Aunque a simple vista la joven de 16 años Paula Rodríguez Rovira pueda parecer tímida en su interior esconde una determinación y unas ganas de triunfar en esta vida que le han llevado a ir derribando todas las barreras que se ha encontrado desde que era pequeña.
No en vano, parece que hay pocas cosas que puedan detener a esta estudiante del IES Sa Serra que sufre atrofia óptica bilateral, provocando que tenga afectado el nervio óptico y que éste no se haya desarrollado correctamente generándole una agudeza visual de como máximo un 16%.
Sin ir más lejos, recientemente acaba de recibir dos premios académicos al acabar la ESO, a la Excelencia Académica y al Esfuerzo, siendo la única estudiante de la isla de Ibiza en conseguirlos. «Estoy muy contenta porque todos los reconocimientos son bienvenidos y alegran mucho pero yo la verdad es que no me considero un ejemplo para nadie sino una chica normal de mi edad que tiene un día a día como todos los demás», ha asegurado este viernes la joven con una gran sonrisa.
Y es que Paula no le da importancia a tener este problema de vista y lo lleva con total normalidad, siendo muy querida entre sus compañeros de clase. Además, compagina sus estudios con una serie de actividades extraescolares que tampoco parecen al alcance de cualquiera, clases de japonés y de kárate, tras haber practicado también judo. «Desde siempre me ha atraído mucho esta cultura, tal vez cuando empecé a ver las series de anime, y por eso desde hace cuatro años doy clases particulares con un profesor nativo y cada vez estoy más contenta porque noto que estoy evolucionando mucho».
Todo ello sin tener que recurrir a métodos especiales. «No creo que sea una chica especial porque convivo con ello desde que nací y al final me he acostumbrado a ir tirando para adelante con pequeños gestos como hacer más grandes las letras del ordenador y de los libros y, sobre todo, gracias al apoyo de todos los que me rodean».
Ahora el próximo objetivo de Paula cuando termine los estudios en ir a la Universidad. Allí sueña con poder ser intérprete y traductora de lenguas orientales, principalmente japonés, chino y coreano. Y sobre todo, seguir demostrando que no hay barreras que puedan interponerse en su camino.