Cáritas Diocesana de Ibiza y Formentera se encuentra en una situación límite económicamente hablando. Así lo ha puesto de manifiesto su director, Juan Torres, en una carta dirigida a toda la sociedad ibicenca, que se puede leer de forma íntegra en la página 15 de esta edición, en la que ha informado de que el déficit de esta entidad sin ánimo de lucro en la actualidad asciende a 234.000 euros, y el previsto para este año rondará los 400.000. «El número cada vez menor de socios en Cáritas Diocesana de Ibiza y Formentera, la escasez de donaciones y el hecho de que las subvenciones no cubren nunca la totalidad de gastos hacen que el déficit presupuestario en Cáritas sea crónico y creciente», explica Torres en su misiva. «Si a esto le añadimos que el número de familias de Ibiza en riesgo de exclusión supera 20%, que la inflación está disparada y que la oferta de vivienda es escasa y cara, lo previsible es un aumento importante de demandas de asistencia», reconoció el director de este organismo.
Y es que, según explica el propio Torres a Periódico de Ibiza y Formentera, «los socios representan 45.000 euros en ingresos para las arcas de Cáritas. Esa es la única financiación que tenemos segura y supone únicamente un 3% de nuestro presupuesto». El resto de actuaciones que se llevan cabo a lo largo del año se hacen a través de subvenciones «con las que no cubrimos el 100% de nuestros proyectos», matiza el director de la entidad. Esto hace que tengan que ir sobreviviendo a través de un préstamo bancario «con el que usas el dinero que necesitas y pagas en función de lo que has usado». «Tenemos que recurrir muy a menudo a esto», ha reconocido, «pero hay veces que nos encontramos con que no tenemos dinero en la cuenta», algo que les sucedió una vez a la hora de pagar los impuestos y que lograron subsanar gracias a los esfuerzos del tesorero de la entidad.
Insiste, a su vez, en que, ante la imposibilidad de reducir gastos «porque no podemos dejar de dar servicios», tienen previsto hacer este año un mayor esfuerzo a la hora de buscar financiación. Para ello, se han propuesto dar un impulso a la marca Empresas con Corazón», con la que tratarán de lograr una mayor colaboración empresarial. «Si las empresas publicitan sus certificaciones ISO como garantía de calidad, también podrán publicar ésta como garantía de compromiso social».
Los servicios
Juan Torres afirma también que, si bien es «muy importante la acción de alimentar y vestir a las personas que más lo necesitan, es sólo una pequeña parte de nuestra actividad», una actividad que se complementa con el centro de día, comedor social, acogida y acompañamiento, programas y talleres de integración social, centro socioeducativo Betania, pastoral penitenciaria, talleres de orientación y formación laboral, empresa de inserción y agencia de colocación, entre otras. «Pero no basta con mantener la actividad expuesta e incrementarla en cantidad», insiste, «tenemos que asumir nuevos y muy necesarios retos, que por otra parte también son ilusiones». Retos tales como racionalizar y reestructurar las dependencias de Cáritas, «de modo que nos permita ser más eficaces y ahorrar en gastos de alquiler y transporte». Por ello, dentro del capítulo de inversiones, «tenemos el proyecto de construcción de una nave donde, además del almacenamiento y logística de la ropa de recogida, se centralizará todo el área laboral de orientación, formación, talleres e inserción y también los servicios administrativos de Cáritas y su dirección».
Otra inversión prevista es la reforma y remodelación del Centro socioeducativo Betania que según las palabras del propio Torres «está en un estado que va más allá de la simple consideración de austeridad». También, y gracias a haber recibido un piso en herencia, van a poner en marcha un proyecto para poder facilitar el acceso al tercer grado a los presos más desfavorecidos. «Antes de concederles el tercer grado los presos tienen que haber salido algunos días de permiso», afirma Torres, «y muchos no disponen de un lugar a donde ir, por lo que se les retrasa ese tercer grado. Este piso será para que puedan tener un lugar al que ir, y de esa forma se cumple la voluntad del testador, que dijo que el piso tendría que ser para la atención penitenciaria». Esto conlleva una serie de gastos «que esperamos que las administraciones nos ayuden a sufragar», subraya.
Y para acometer toda esta inmensa labor que tiene prevista Cáritas Diocesana de Ibiza y Formentera en 2023 «necesitamos que Sus Majestades los Reyes Magos nos ayuden un poco y que la sociedad ibicenca nos ayude un mucho». Por eso, el director de este entidad benéfica hace un llamamiento al empresariado ibicenco «que tan buenos resultados de negocio está obteniendo en esta isla de encanto, fiesta y diversión, pero cuyos efectos secundarios no pocas veces acaban haciendo cola en nuestras dependencias. Necesitamos su sincera solidaridad, su compromiso y colaboración».
Ha hecho a su vez un llamamiento a toda la sociedad pitiusa ante «la imperiosa necesidad de aumentar significativamente el número de socios, ya que con los actuales escasamente cubrimos el 3% del presupuesto». También ha apelado a la «conciencia social» de los ayuntamientos y el Consell Insular «y que consideren que, a diferencia de ellos, Cáritas no cobra impuestos y realiza una gran labor de colaboración con estos organismos, a menudo con mayor eficacia, pero al final, año tras año, nos quedamos con nuestro déficit. Es necesario que estos organismos arbitren mecanismos de compensación para que esto no siga sucediendo», concluye el director de Cáritas.