En una jornada de lo más primaveral, usuarios, familiares y amigos de la Asociación Asperger Ibiza y Formentera (AIF) han celebrado la mañana de este sábado una comida de hermandad en la casa de colonias de Can Tomeu. De esta manera quisieron conmemorar el día mundial de este síndrome, una fecha que aprovecharon para intercambiar experiencias y dar visibilidad a esta «particularidad» que tienen muchas personas.
La psicóloga coordinadora de la entidad, Mar Ferre, reconoció que en los últimos años «estamos creciendo mucho», llegándose a duplicar el número de usuarios. «Se detectan más casos y, por otro lado, hay muchos adultos que, al contar con más información, se sienten identificados y vienen a nosotros buscando un diagnóstico», explicó.
Alberto es uno de esos adultos que, en su día, se sintieron completamente identificados con otras personas que tienen asperger. En su caso, todo sucedió cuando su hijo Ariel fue diagnosticado y, aunque él nunca ha querido someterse a las pruebas, «tengo todos los papeles». «No tenía ni idea de lo que era hasta que le hicieron el diagnóstico a mi hijo. Entonces, muchas cosas que fueron ocurriendo en su momento en la escuela principalmente yo las viví como situaciones que a mí también me habían pasado. Hasta me enfadaba con los docentes porque creía que no lo estaban gestionando de forma correcta. Llegó después el diagnóstico, una explicación de lo que era, empecé a leer y me llegué a hartar de que estos libros hablarán sobre mí», explicó Alberto.
Este padre comentó que su hijo «tiene dificultades en algunas cosas, igual que yo, pero somos perfectamente normales». Daniel es otro de los usuarios que no faltaron este sábado a la comida de la asociación. Diagnosticado de Asperger hace 13 años, señaló que algunos ciudadanos registran esta «peculiaridad» y resaltó la importancia de ser valorado «en todos los aspectos».
Jordi, otro usuario de la asociación y camarero de profesión, añadió que «cada persona es diferente», por lo que tener asperger no debe suponer ninguna traba para disfrutar de una vida completa y feliz.
Desde AIF destacaron que la asociación agrupa a cerca de 120 socios, con 135 usuarios directos y casi 300 indirectos. Entre sus funciones, tratan de acompañar a los afectados en el difícil proceso de aceptación del diagnóstico y en el trabajo terapéutico posterior. «Tratamos de ofrecerles apoyo para compensar las dificultades que afrontan las personas en el espectro del autismo debido a sus diferencias. No creemos que los afectados por Asperger tengan de partida ningún problema, pero funcionan de un modo diferente. Por un lado, nuestra labor es de prevención, apoyando a familias y a centros educativos, además de intervenir en casos cuando ya hay dificultades, centrados mucho en la adolescencia, que es una etapa complicada», relató la coordinadora.
Ferre destacó también la labor realizada en 22 centros educativos de las Pitiusas para prevenir el acoso escolar. «Son un blanco fácil», alertó Ferre en relación a los estudiantes con asperger.
Solo durante el pasado curso, la asociación atendió de forma individual a 80 personas diagnosticadas de síndrome de asperger y realizó 1.416 sesiones de intervención psicológica.
Las pedagogas Beatriz Marcos y Mireia Rota no faltaron este sábado a la comida. Forman parte de Eadisoc (Equip d'Avaluació de les Dificultats de Socialització i Comunicació) y precisamente acaban de recibir un Premio por la Inclusión Educativa del Alumnado Asperger.
«Es un honor que se nos reconozca la labor que hacemos todos los días y que los centros puedan acogernos con las estrategias y el apoyo que brindamos para hacer visible a toda esta comunidad que está muy presente en las escuelas», según concluyeron.