Los vecinos de los apartamentos Don Pepe empiezan a impacientarse. Y no es para menos. Francina Armengol y el conseller de Movilidad y Vivienda, Josep Marí Ribas, les prometieron que antes de que acabara el año 2022 habrían firmado el convenio por el que les cederían una vivienda nueva a cambio de sus hogares en ruina en es Codolar. Pero estamos a mediados de febrero y nadie sabe nada. O si lo saben, callan.
La situación está atascada en la valoración del solar escogido en Can Raspalls para levantar las nuevas viviendas donde ubicar a las cien familias de los dos edificios Don Pepe, tanto las desalojadas en diciembre de 2021 como las que aún viven en es Codolar. Una vez valorado este terreno, indican desde el Ayuntamiento de Sant Josep, se establecerá «el sistema de gestión adecuado». Según ha podido saber este rotativo, los técnicos municipales del consistorio josepí dudan de que se pueda llevar a cabo una permuta sin que los vecinos de los Don Pepe tengan que aportar dinero, que es lo que se les ha prometido. De ser así, consideran que se podría estar cometiendo malversación de fondos públicos al estar regalando un piso nuevo a cambio de unos apartamentos declarados en ruina, en el caso de los vecinos desalojados hace poco más de un año, y cuyo valor es mínimo.
IVA
«¿Quién pagará el IVA de la permuta? ¿Quién el aumento de patrimonio que supondrá pasar de tener un piso declarado en ruina a uno que puede valer 250.000 euros?», se preguntan fuentes internas del Ayuntamiento de Sant Josep, que no ven nada claro cómo encajar jurídicamente la promesa del Govern. De hecho, en su día el Ayuntamiento de Sant Josep ofreció 1,9 millones de euros para comprar todo el bloque de apartamentos, lo que supondría alrededor de 38.000 euros para cada uno del medio centenar de propietarios que tuvierno que abandonar su hogar. Una oferta que los vecinos rechazaron al calificarla de «irrisoria».
Temor
«Se nos ha dicho que era una permuta y para mí esto es una cosa por otra y punto. Ves que todo se va alargando, que los plazos no se cumplen, pero que las instituciones se vayan tirando la pelota la una a la otra no te hace gracia y tampoco te da confianza», apuntó semanas atrás Anisa Mohamed, una de las vecinas de los Don Pepe que fue desalojada en diciembre de 2021. Como ella, son numerosos son los vecinos que temen que tendrán que pagar por sus nuevos hogares, algo a lo que Anisa Mohamed se niega. «Yo y muchos vecinos tenemos miedo de que nos pidan equis dinero. Yo no voy a pagar un duro porque ya pagué las costas de IVA de las hipotecas en su momento, en 2004 y en 2007, porque la cambié de banco. Estaría bonito que ahora que nos echan a la calle que la permuta llevara letra pequeña, cuando todo esto ya lo hemos pagado», avisó Mohamed.
El conseller balear de Vivienda, Josep Marí Ribas Agustinet, tampoco despejó las dudas hace dos semanas. «Seguimos trabajando. Estamos avanzando en el proyecto de lo que construiremos. Se ha decidido hace poco el lugar y la recalificación y ahora se tiene que hacer un proyecto mimetizado con lo que hay al lado, no podemos hacer más altura. Nos gustaría que el tipo de viviendas también formara parte del proyecto. No se trata tanto de correr como de avanzar seriamente», apuntó. Y sobre si la permuta les costará dinero a los vecinos de los Don Pepe tampoco aclaró nada: «Estamos negociando ahora y hasta tener el proyecto básico no sabremos el coste de lo nuevo. No puedo avanzar más». Unas dudas que no está nada claro que se resuelvan antes de las elecciones.