El feminismo ha vuelto este miércoles a demostrar toda su fuerza por las calles de Ibiza, como cada 8 de marzo, con un clamor unánime por la igualdad entre hombres y mujeres y contra la violencia de género. Desde las 17:30 horas, las asociaciones feministas de Ibiza se unieron una vez más para dar voz al Día Internacional de la Mujer Trabajadora. El Parque de la Paz, lugar de encuentro, empezó a llenarse de carteles contra la violencia machista, el acoso y la desigualdad salarial. Las mujeres no esperaron a la marcha y empezaron a alzar la voz para pedir la igualdad, pero también alzaron unos carteles morados en los que se podía leer varias consignas como ‘El patriarcado es un dinosaurio, nosotras el meteorito', ‘Nosotras no somos histéricas somos históricas' o ‘Por qué callar si nací gritando', entre otros letreros. Se acercaba la hora de emprender el recorrido y muchas mujeres ultimaban sus rótulos. Es el caso de la madre de una niña pequeña que portó durante la manifestación un cartel que decía ‘Las niñas marchando también están luchando'.
«Es el momento de escribir en una pancarta todo aquello que nos representa», explicó la manifestante Carla Hernández mientras muchas de las mujeres empezaban a abrazarse y a ponerse escarcha púrpura en las mejillas. Y, así, entre abrazos y cánticos comenzó ayer una de las manifestaciones feministas más reivindicativas en Ibiza que llenó de carteles, camisetas con frases y música las calles de Vila. Para encabezar el recorrido, las asociaciones feministas de la isla escogieron una pancarta con la frase ‘Vivas, libres y unidas. Más hechos menos palabras'.
Así permanecieron desde la calle Baleares hasta el parque Reina Sofía, lugar donde tuvo lugar la lectura del manifiesto. Sin embargo, antes de llegar hasta este espacio llenaron de mensajes feministas, frases reivindicativas y color morado toda la avenida España. «El objetivo de cada año es reivindicar una sociedad más igualitaria, libre y sobre todo feminista», señaló una mujer durante la marcha. A estos cánticos también se sumaron los bailes y las batucadas del grupo Aiyé. En total, más de 500 personas han participado este miércoles en la manifestación del 8M en Ibiza. Desde el colectivo feminista, encargado de organizar esta manifestación, explicaron que a las mujeres las quieren calladas, invisibles, sumisas, culpables, incluso asesinadas. «Pero no, una vez más no nos callamos y salimos a la calle a gritar contra el sistema heteropatriarcal y capitalista que nos oprime y nos enferma», explicaron.
Entidades unidas
Por su parte, la portavoz del colectivo Graciela Massiano ha señalado este miércoles a Periódico de Ibiza y Formentera que estas entidades están unidas y lucharán siempre juntas, no como sucede en otras partes de España donde el feminismo se ha mostrado dividido por la ley de libertad sexual. En este sentido, las medidas del 'solo sí es sí', la llamada ley trans o la prostitución son algunas de las cuestiones que han avivado en otras ciudades diferencias en la lucha feminista.
«Aquí no pasará. El grito es unánime para demandar una mayor respuesta contra la violencia machista», subrayó. En esta misma línea, Graciela indicó que las entidades están totalmente de acuerdo con las medidas de la ley trans. Respecto a la ley del ‘solo sí es sí' subrayó que, aunque tenga afinidad con Podemos, es una medida intolerable. «Se han realizado más de 700 disminuciones de encarcelamiento y más de 70 excarcelaciones», lamentó. También recalcó que todos los colectivos feministas de Ibiza están a favor de la abolición de la prostitución. «Los puteros no deberían existan y si existen que paguen impuestos, pero prefiero que dejen de existir para siempre», puntualizó con indignación mientras sonaban frases en las que se reflejaba cómo el machismo sigue formando parte del día a día de la mujer, especialmente en el trabajo y en casa, con el cántico ‘Manolo manolito hazte la cena tu solito'. Y poco a poco los cientos de mujeres, muchas de ellas adolescentes, llegaron al parque Reina Sofía.
«Este año hemos salido a la calle con mucha rabia porque la violencia contra las mujeres sigue siendo una lacra y porque ha aumentado el machismo en muchísimos sectores», subrayó la vecina Lourdes Gómez minutos antes de la lectura del manifiesto.
Lectura del manifiesto
Un escrito que comenzó destacando la energía de todas las mujeres que luchan por sus derechos. Desde las personas con diversidad funcional, hasta las mujeres precarizadas, gordas, locas y cuestionadas. «Somos disidencia y rabia, diversidad y abrazo. Somos las migrantes, las racializadas, las negras y marrones. Somos trans, intersex y no binarias, somos bolleras y bisexuales, somos las madres y las abuelas, las familias monoparentales, las familias disidentes, las disidentes de la familia», decía el escrito de las asociaciones.
Un documento que también exige la mejora de las condiciones laborales de todas las mujeres y la eliminación de la división sexual del trabajo y la precarización de sectores feminizados. «Hay que eliminar la brecha salarial y los techos invisibles que todavía existen en los salarios y las pensiones, por mucho que el sistema capitalista se niegue a reconocerlo. La discriminación sexual del trabajo, las dificultades para conciliar vida personal y laboral, la falta de una perspectiva de género en todos los sectores sociales, laborales y económicos de nuestras vidas, nos lleva a las mujeres a pedir reducciones de jornada con disminución del salario, lo que nos mantiene en la precariedad laboral y acaba afectando nuestras pensiones», apuntaron.
También exigieron acabar con la invisibilidad de las mujeres y la falta de representación en todos los ámbitos públicos. «Exigimos un cambio inmediato de las leyes, que nos niegan el acceso de oportunidades cuando somos migrantes y nos empuja a la esclavitud y servidumbre en todas sus formas. Eliminemos las consecuencias de la emergencia climática que provoca millones de desplazamientos y personas refugiadas», puntualizaron habiendo hincapié en que la defensa de la paz, la soberanía y el planeta tiene rostro de mujer: Berta Cáceres, Marielle Franco, Ahed Tamimi, o Mahsa Amini ya incendiaron este tornado en la revolución feminista.