«Es triste lo que voy a decir, pero yo tenía totalmente normalizado lo que pasa en el instituto Xarc». Así de rotunda se mostró anoche en el programa Bona Nit Pitiuses de la Televisió d'Eivissa i Formentera Silvia Pérez, profesora y miembro de la APIMA del IES Xarc de Santa Eulària, al expresar lo interiorizado que tenían los profesores las graves deficiencias del edificio, tanto es así que ni se percataban de ellas. «La primera vez que dijeron que iban a hacer huelga pensé que era normal que el centro estuviera así, al tratarse de un edificio viejo. Pero cuando vi las fotos en la prensa me di cuenta del verdadero estado en que estaba el instituto. Son los alumnos los que realmente se dieron cuenta del lamentable estado en el que está», reconoció Pérez.
Las graves deficiencias del inmueble suponen un peligro tanto para alumnos como para profesores. Tanto es así que «el año pasado una profesora resbaló por las filtraciones de agua en una jornada de intensa lluvia y estuvo varios días de baja», explicó la profesora y miembro de la APIMA. «A otra profesora, en mitad de la clase, se le calló la pizarra mientras escribía, y afortunadamente no pasó nada», señaló.
Y pese a las reclamaciones y a las protestas, la Conselleria de Educación sigue sin acometer las más que necesarias obras en el centro. «Estamos indignados», manifestó Silvia Pérez, «porque siempre dicen que van a hacer cosas pero nunca hacen nada». De hecho, recordó, en octubre de 2021 «vino un arquitecto del Ibisec y dijo que había que hacer reparaciones urgentes». Unos trabajos para los que desde la Conselleria dijeron que había una partida económica de 600.000 euros y que se iban a llevar a cabo ese mismo verano. «Pasó el verano y no hicieron nada. Después dijeron que las harían durante el curso y tampoco se ha hecho nada», lamentó la profesora y madre de alumno.
Ante la pasividad del Govern balear, los docentes se están planteando denunciar el Estado en que se encuentra el centro educativo a Riesgos Laborales. Asimismo, en el consejo escolar municipal se miró la posibilidad de denunciar a la Conselleria por el estado del edificio. «Cuando llamaron para visar de que se iba a plantear esta denuncia al día siguiente se presentó un arquitecto en el instituto, y según la persona que le acompañó en su visita al centro alucinó un poco de cómo estaba todo», concluyó