Hay historias asombrosas en Ibiza que son un ejemplo, historias increíbles sobre personas que, siendo fiel a su vocación, han conseguido mejorar y cambiar las cosas luchando en contracorriente. Es el caso de Elena Klusova, una trabajadora rusa del Servicio de Atención Médica Urgente del 061. Esta mujer, que lleva toda la vida formándose en el ámbito de la salud, llegó a la isla hace siete años después de especializarse en el Hospital Universitario 12 de Octubre de Madrid. Desde que llegó a Ibiza, empezó a ser consciente de los problemas intrínsecos de vivir en la isla. Entre ellos, la falta de vivienda asequible, los problemas para contratar a funcionarios o la pésima situación de los servicios públicos en las Pitiusas.
No obstante, pese a tener una vivienda en Madrid propia que, según Elena Klusova, cuesta la mitad de lo que paga aquí por un piso en alquiler, decidió quedarse de interina y esperar a la próxima convocatoria de oposiciones para conseguir una plaza fija en el Servicio de Medicina de Urgencia y Emergencia Extrahospitalaria. Una espera que, tras la publicación del último Boletín Oficial de las Islas Baleares (BOIB), ha resultado muy amarga. «Están jugando con nuestro futuro por motivos políticos. Primero nos dicen desde Salud que nos dan una moratoria de dos años a todos los interinos para que acreditemos el nivel lingüístico y ahora resulta que no, que el personal sanitario que quiera presentarse a las oposiciones para ejercer con plaza fija deberá acreditar un nivel B2 del catalán», señaló indignada esta sanitaria a Periódico de Ibiza y Formentera.
Sin oposición
En este sentido, adelantó que el Govern balear ha dejado a cientos de médicos sin poder presentarse a las oposiciones de Baleares debido a la imposición del catalán. «En plena crisis de desatención sanitaria a los pacientes por falta de profesionales y exigen esta medida absurda. En Ibiza y Formentera pedir el catalán es un ‘nonsense' criminal», explicó esta médica del 061 de Ibiza resaltando que, si este requisito idiomático sólo se exigiera en Mallorca, y no en las Pitusas, un gran número de profesionales querrían desplazarse desde Palma a Ibiza y Formentera para trabajar. «Así se resolvería el problema del déficit de profesionales cualificados aquí», apuntó.
Y, sin embargo, Elena tiene que ver constantemente como desde el Área de Salud de Ibiza y Formentera contratan a decenas de médicos extranjeros sin una especialidad homologada, que utilizan la isla como lugar de tránsito para conseguir homologar la carrera de Medicina y trasladarse a otras zonas de España con mejores condiciones para vivir. «Ellos no aspiran a quedarse aquí. He conocido a muchos extranjeros que vienen sin una especialidad y ven Ibiza como una experiencia temporal», apuntó.
Explicó que hace tiempo que la isla padece un gran déficit crónico de facultativos, sobre todo por las condiciones laborales y los precios de la vivienda. «Si, además, le sumas la imposición del catalán nadie querrá venir aquí a trabajar», subrayó Elena Klusova tras terminar el curso de tripulante de transporte aéreo sanitario en Madrid. «Si quiero seguir formándome, tengo que hacerlo en otras ciudades. En Ibiza no hay recursos en materia de formación», explicó.
La salud, por encima de todo
En esta línea también quiso dejar claro que respeta mucho las diferencias culturales y los idiomas de cada región, pero por encima de todo está la salud. «No necesito saber catalán para curar a un paciente. Los payeses son bilingües desde nacimiento, son personas encantadoras que se sienten agradecidas si reciben una atención sanitaria digna. El problema es político. Nos estamos muriendo por la falta de profesionales y estos sinvergüenzas juegan al juego de tronos políticos», explicó esta sanitaria con indignación.
También puntualizó que los ibicencos entienden la situación y que los únicos que consideran que el catalán debe ser un requisito en la mayoría de categorías sanitarias son los catalanistas de Mallorca. Tampoco entiende como, teniendo en cuenta el déficit de oncólogos y cardiólogos en Can Misses, desde el Govern han determinado que ambos servicios no son deficitarios y, por ende, se ha legitimado la exigencia del catalán en estas especialidades. Una decisión que para Elena, que también es paciente oncológica, es «inadmisible».
Esta sanitaria señaló a este medio que tuvo cáncer de mama hace varios años y que desde hace cinco recibe un tratamiento de inmunoterapia que le ha permitido estabilizarse. «Me encuentro muy bien y seguiré luchando como he hecho siempre asistiendo a todas las manifestaciones frente a Can Misses para cambiar las cosas», explicó mientras resaltaba que, aunque tiene plaza fija en el SUMMA de Madrid, seguirá de interina en Ibiza porque está enamorada de la isla y quiere luchar por quedarse. Subrayó que intentará opositar en un futuro y sacar plaza aquí, aunque «lamentablemente» tenga que acreditar el B2 de catalán. «Lucharé, aunque no soy yo la que necesita quedarse. Es la isla la que me necesita a mí. Necesita médicos con vocación, médicos entregados que tengan calidad profesional», apuntó esta gran mujer con rotundidad.