La calle Bisbe Huix conecta la avenida España con la Isidoro Macabich, rozando en su trayecto la iglesia de Santa Cruz en su cara oeste. Sin embargo el personaje a quien se dedica la calle, el obispo catalán Salvio Huix, nunca pudo ver esta iglesia. Su periodo como obispo de Ibiza duró entre 1927 y 1935.
En el trayecto de esta calle, iglesia aparte, podemos encontrar desde restaurantes, jugueterías, centros de psicología o estancos. Sin embargo, el centro neurálgico de esta calle lo marca la plaza del pintor Vicent Calbet, donde varios establecimientos de hostelería animan el movimiento del barrio.
Entre los comercios de la calle, se encuentra Novedades Koket, una tienda desde la que María ha visto evolucionar la calle durante medio siglo. «He conocido esta calle cuando tenía hierbas y socavones», asegura la veterana comerciante. Hablando de hoy en día, María apunta a la limpieza de la calle poniendo el foco en los vecinos y viandantes «no es que no limpien, es que la gente ensucia. No puede ir un barrendero con una escoba detrás de cada uno que va por la calle tirando cosas».
Sin embargo, para María, «lo peor es lo de los animales, ya no las cacas, que sí que hay quién no las recoja, pero, la mayoría sí. Lo que me molesta son los pipís. En cada esquina o farola te encuentras un rincón negro y asqueroso». En este sentido pone un ejemplo de solución: «habría que hacer como en Santa Eulària, que se obliga a limpiar con una botella con agua y vinagre el pis de los animales en la calle». En cuanto a los valores positivos de la calle, María pone en valor «la familiaridad con los vecinos. Ten en cuenta que he llegado a conocer hasta a cuatro generaciones de la misma familia».
Pascual es uno de los vecinos de esta calle. En cuanto a la limpieza, considera que «últimamente está bastante más limpia que antes. Hay una señora que no para de limpiar y barrer de arriba a abajo» Él también apunta al civismo de los dueños de animales «lo peor es la caca de los animales, aunque eso es temprano, como lo les ve nadie lo dejan para que alguien lo recoja después».
Alfonso y Javier reconocen que no vive en esta calle, sin embargo, pasan a menudo por ella y advierten que «no hay aparcamiento y está más sucio que limpio», tal como explica Alfonso que se pregunta «¿por qué no ponen multas a la gente que deja las cacas de los perros en la calle?». Javier opina que «no es la peor calle de Ibiza, aunque siempre se puede mejorar. Sobre todo, si hablamos de parking».
De la falta de aparcamiento también hablan Marga y María, empleadas de la copistería Copión. «Hay clientes que vienen de fuera de Vila y, alguna vez se han tenido que ir porque no encontraban aparcamiento. Quienes tienen que venir de Santa Eulària o Sant Antoni, se lo piensan dos veces. ¡Si por lo menos hubiera un buen servicio de transporte público!», explica Marga.
Su compañera, en este sentido, asegura que «la ciudad está colapsada. Ya me dirás quién se va a marcar al Cetis para ir cargando con bolsas por toda la ciudad». «Ahora se ha convertido en una vía principal, con motivo de las obras de Macabich, todo el mundo pasa por aquí», aportilla Marga.