La remodelación de la avenida de Isidor Macabich estaba llamada a ser uno de los proyectos estrella de la segunda legislatura del socialista Rafa Ruiz. Sin embargo, la ejecución de las obras ha causado graves problemas a los comerciantes y vecinos de esta arteria estratégica de la ciudad. Y todo para una modernización que, en su parte visible, resulta más que cuestionable.
Las obras comenzaron en marzo de 2022 y el Ayuntamiento afirmó por activa y por pasiva que el plazo de ejecución sería de un máximo de 12 meses. Sin embargo, la realidad es que a 13 de abril los trabajos aún no han concluido y no da la impresión de que vayan a terminar rápido. A simple vista se aprecia que aún hay tramos de la avenida en los que las aceras están todavía levantadas. Además, nada se sabe de la fuente que debía decorar uno de los inmensos chaflanes ubicados entre la calle Fra Vicent Nicolau y la plaza Enric Fajarnés i Tur. Y a esto se suma que todavía falta por ejecutar el carril bici que debe discurrir a lo largo de toda la avenida hasta enlazar con la E-10.
Las quejas de los comerciantes y los peatones han sido una constante a lo largo de estos meses. Y se mantienen. Los trabajos de asfaltado que se llevan a cabo estos días están provocando nuevas molestias por el ruido y el desorden con el que, aparentemente, se están llevando a cabo. Además, el alquitrán ha impregnado parte de las nuevas aceras y, por si no fuera suficiente, algunos comerciantes se lamentan porque ha llegado hasta el interior de sus establecimientos en los zapatos de sus clientes.
Las papeleras son también motivo de sorpresa. Se han instalado una veintena a lo largo de la avenida pero con una lógica que escapa a buena parte de los consultados por este periódico. Y es que en los cruces puedes encontrar una papelera en cada esquina pero luego no hay ninguna a lo largo de las manzanas, salvo en la ubicada entre Fra Vicent Nicolau y Bisbe Abad i Lasierra, que hay una.
Más llamativos son los bancos, dentro de los cuales se han plantado los árboles que en algún momento del futuro darán sombra a la avenida. Hasta hace escasas semanas, más de uno pensó que los huecos existentes en estos bancos, aun teniendo ya los árboles en su interior, eran a la vez papeleras. Algo que los responsables del proyecto han solucionado llenándolos de tierra hasta el borde. Y la pregunta que muchos se hacen ahora es qué pasará con esta tierra cuando llueva.
Una pregunta que también cabe en el caso de la marquesina instalada a la altura del Parque de la Paz. Está construida con materiales sostenibles, eso sí, pero no parece que pueda cumplir la función de proteger a quienes esperen el autobús pues los listones de madera que forman la estructura permiten pasar tanto el sol como la lluvia.
Así las cosas, cierto es que en este tipo de obras nunca llueve a gusto de todos. Pero es casi seguro que pocos proyectos como el de la remodelación de Isidor Macabich habrán causado en Ibiza tantas críticas. Y es que resulta prácticamente imposible encontrar en la calle a alguien que esté satisfecho con el resultado.