Prefiere mantener oculta su identidad, aunque la protagonista de esta historia es una vecina de Sant Antoni, de origen magrebí, que ha perdido su trabajo ante la imposibilidad de renovar a tiempo su tarjeta de residencia de larga duración. Todo debido al colapso que sufre la Oficina de Extranjería en Ibiza.
Esta mujer, de 40 años, explica que este documento debe renovarse cada cinco años, por lo que desde comienzos de abril está intentando contactar con la oficina para solicitar una cita. Ella debía incorporarse a su puesto de trabajo -relacionado con servicios de limpieza- el pasado 2 de mayo.
«Ante la imposibilidad de no poder contactar telefónicamente con ellos, me acerqué a la oficina y me dijeron que no me podían dar cita porque el servicio está saturado y no se podía hacer nada. Aunque les expliqué mi caso, no me dieron ninguna respuesta. Ni tan solo me han dado un papel que acredite que estoy en el proceso de renovación de la residencia. Yo, que llevo tantos años en Ibiza, ¿no me pueden dar un minuto de su tiempo para ayudarme?», se lamenta.
Ella asegura que «ya he perdido mi trabajo y me iban a hacer fija discontinua. Era muy importante para mí porque me daba seguridad y estuve más de tres años intentando conseguir este empleo». Con su denuncia, intenta que otros no se vean en la misma situación. Hace cinco años, cuando tuvo que renovar en la isla el mismo documento, afirma que no tuvo tantos problemas. «Económicamente, ¿qué hago yo ahora para poder sobrevivir?», se pregunta.
«Nadie sabe qué está pasando en la oficina, pero hay mucha gente en la misma situación. Otros están pidiendo citas a través de abogados o locutorios, pero solo en Extranjería pueden darnos este papel. Se ha convertido en una pesadilla y creo que en Mallorca sucede lo mismo y están dando citas para agosto», insiste.
Según reconoce, lo ha pasado «bastante mal», incluso con problemas de ansiedad, puesto que nunca se había imaginado cómo le iba a afectar esta situación de colapso.
Alejandra Gámez, de la Asociación de Empresarios Extranjeros, confirmó ayer que dicho colapso se está produciendo en todas las Baleares: «Venimos arrastrando este problema desde hace tiempo, pero se ha agravado porque en los últimos cinco años ha habido una avalancha impresionante de extranjeros que vienen. Sucede también en Mallorca o Menorca».
En relación a Ibiza, Gámez recordó que la situación es muy preocupante puesto que ha comenzado la temporada y son muchos los trabajadores que deben renovar documentos como el NIE. «Tienen un contrato laboral, pero el documento ha vencido y ello les genera problemas porque el empresario no les puede contratar y los bancos tampoco funcionan con estos papeles vencidos», asegura.
Según Gámez, cabe recordar que esta situación afecta a numerosos trabajadores regularizados, con muchos años de residencia en las islas, que contribuyen a mover la economía insular. A la dificultad de conseguir una cita, hay que sumar también la demora de determinados trámites. «Todo se va enquistando porque, detrás del trabajador, normalmente hay una familia u otra gente dependiente. Es un círculo que se va rompiendo», lamenta.
Entre las soluciones, Gámez considera que debería incrementarse el número de funcionarios que atienden las oficinas de Extranjería . «Aunque los políticos digan que no es competencia del Consell o de los ayuntamientos, el bienestar social de los ciudadanos sí es su competencia», advierte.
La experta también alerta: toda esta problemática ha generado mafias que cobran hasta 100 euros por ceder una cita.
El colapso en la oficina ha provocado que muchas personas hayan perdido trabajos ante la imposibilidad de tener a tiempo los documentos necesarios, concluye Gámez.
Desde la Delegación del Gobierno en Baleares declinaron ayer hacer valoraciones, limitándose a señalar que las colas en Extranjería «no es un tema nuevo». También aseguraron que «existen medios telemáticos para hacer la mayoría de trámites en Extranjería».