El nuevo semáforo instalado por el Ayuntamiento de Eivissa en la confluencia de la calle Fray Vicente Nicolás con la avenida de Isidor Macabich se ha convertido en nuevo punto negro para la circulación en la ciudad de Ibiza. Y es que, de momento, este semáforo está provocando grandes atascos, sobre todo en Fray Vicente Nicolás, una calle que se ha visto especialmente afectada por la paralización de la circulación en Isidor Macabich durante más de un año.
Profesionales del taxi
Profesionales del volante como los taxistas afrontan la situación «esquivando esta calle», según explica el presidente de la Asociación de Autónomos del Taxi de Vila, Alejandro Cardell, «es la única manera de evitar el atasco». Declina pronunciarse sobre si este semáforo está o no bien instalado porque entiende que «eso lo deciden los que están preparados para esto», es decir, la Policía Local y su jefe de Tráfico. Y cree que, a medida que pase el tiempo y los conductores sean conscientes de la existencia de este semáforo, la situación se calmará. Sin embargo, admite que circular por Vila en estos momentos es más complicado de lo habitual. Por ello, considera que el gobierno municipal debería plantearse la habilitación de carriles para taxis, que facilitaran la circulación de estos vehículos profesionales. «Si se ha hecho para las bicicletas, que ha costado mucho dinero, ¿por qué no para los taxis?», se pregunta, «pero está claro que tiene que haber voluntad política».
Una visión diferente tiene el delegado de Élite Taxi en Ibiza, Lolo Ruiz, quien considera que el semáforo de Fray Vicente Nicolás sí está afectando de forma notable a la circulación en la ciudad. Ruiz recuerda que «antes no había retenciones en esta calle» y que ha sido la instalación de este dispositivo la que ha generado esta situación. «Se forman atascos tremendos», asegura, «y es evidente que este semáforo no sirve para repartir el tráfico. Tendrían que darle unos segundos más para que realmente fuera efectivo y poder sacar los coches rápido de esa calle». En su opinión, la remodelación de Isidor Macabich ha tenido consecuencias para la circulación en Vila, no solo por este semáforo en sí sino porque «ahora mismo, son muy pocos los coches que van por la avenida». «Parece que, después de un año de obras, la gente se ha acostumbrado a hacer otros recorridos y lo mismo se puede ver en Bartolomé Roselló». En esta última calle, añade, «los semáforos han llegado a desincronizarse pero ahora no hay problemas porque no hay casi tráfico».
Expertos en movilidad urbana consultados por Periódico de Ibiza y Formentera consideran que, en lo que la gestión de la circulación se refiere, Vila «no ha sabido o no ha querido aprovechar todo lo que tiene a su disposición». En este sentido, apuntan que el Ayuntamiento regula el tráfico «con semáforos de los años 80». Algo que consideran «inaceptable» cuando, en este área, se han producido importantes avances en los últimos años. «Podrían haber aprovechado la remodelación de Isidor Macabich para implantar un sistema piloto de semáforos inteligentes», lamentan, «pero, en lugar de esto, han hecho lo de siempre, que sea un operario el que vaya allí, los configure y así se quedan, haya o no atascos».
Los mismos expertos, que han declinado identificarse, han explicado que una de las posibilidades sería «instalar semáforos con cámaras» que podrían enviar al momento «las imágenes a la sala de comunicación de la Policía Local». En esta instalación, serían los mismos policías los que podrían «regular los semáforos, añadiendo o quitando segundos, en función del tráfico que hay y pensando en toda la ciudad en su conjunto». Sin embargo, el Gobierno municipal «ni ha instalado estos semáforos inteligentes ni tiene operativa la sala de comunicación», tal y como ya avanzó días atrás este rotativo.
También recordaron que, en 2018, el Ayuntamiento contrató a Citelum, a través de un contrato menor, para implantar un sistema que permitiera «sincronizar los semáforos de las avenidas de España e Ignasi Wallis». «Contrataron a una empresa que no es experta en movilidad pero que luego ya sabemos lo que pasó [en referencia a Alfonso Molina] y luego se olvidaron del tema», añadieron, «cobraron casi 15.000 euros por regular ocho semáforos. Y es verdad que al principio funcionó pero no tardó mucho en dejar de funcionar».
Para estos profesionales de la movilidad urbana, Vila ha perdido «un tiempo precioso» para mejorar la circulación en las calles de la ciudad. Algo que achacan sobre todo a la pretensión del Gobierno del PSOE y Unidas Podemos «de desterrar el coche» y que consideran «una grave equivocación». «Ni siquiera han sido capaces de aprovechar los fondos Next Generation para mejorar en este sentido y a pesar de que, con un buen plan, hecho por expertos de verdad, hubieran logrado la financiación sin ningún problema», añadieron. Y han puesto como ejemplo de posibles avances, además de la instalación de semáforos inteligentes, la de dispositivos para personas con discapacidad visual o «los simples pulsadores para los peatones». Sistemas que «evidentemente, no acabarían del todo con los atascos pero ayudarían a paliar mucho la situación que tenemos ahora».
«La ciudad», concluyen, «tiene graves deficiencias en materia de movilidad. No puede ser que no haya pasos de peatones debidamente señalizados o que tampoco lo estén los ceda el paso. Estas cosas provocan que los conductores pierdan tiempo y eso da lugar a los atascos. En movilidad, lo importante es ayudar al conductor a salir de la ciudad. Pero en el Ayuntamiento prefieren pensar que si convierten Vila en un infierno para los coches, la gente dejará de conducir. Y el resultado es precisamente todo lo contrario».