El Barrio de Can Escandell, popularmente conocido también como ‘casas baratas' es un barrio situado a pocos metros al oeste de Vila. La calle Es Canar atraviesa el barrio con sus 450 metros de longitud, donde alberga algunos comercios locales y una cafetería.
Sin embargo, el grueso de la calle, coronada por la iglesia de San Pablo, lo ocupan viviendas y portales. Circunstancia que hace de esta calle un lugar tranquilo y apacible cuando las obras que se desarrollan estos días lo permiten.
En uno de los extremos de la calle se encuentra la peluquería del barrio, Bang Beauty, que regenta Carol con la ayuda de Marta, su empleada. «Es un barrio muy familiar y tranquilo. Los vecinos son muy buena gente, trabajadores y familiares y nos conocemos todos en el barrio. Se está muy bien», opinaba la peluquera mientras Marta apostillaba que «hay bastante aparcamiento y, además, esta calle tiene la mejor peluquería del barrio». En el apartado de quejas ambas peluqueras apuntaban que «ya podría pasar un poco más el barrendero».
Lugar familiar
Marga lleva siete años viviendo y trabajando en esta calle y no duda en afirmar con humor y sinceridad que, «lo mejor de esta calle es poder vivir en ella». Sus argumentos, en la misma línea que las peluqueras, se centran en que es un lugar muy tranquilo y familiar. «Los vecinos son familias de toda la vida y todo el mundo es muy amable y se lleva muy bien. Espero poder seguir viviendo aquí mucho tiempo más, que con el problema de la vivienda en Ibiza, no se me ocurre mejor lugar en Ibiza», indica.
Entre los negocios que se ubican en la calle Es Canar está la carpintería de aluminio que linda con la tienda de bicicletas de J. Ferrer y donde trabaja Sonia desde hace 15 años. «La calle no suele estar limpia. Las hierbas crecen por las aceras, las raíces hacen saltar los adoquines y te tropiezas, apenas se ven barrenderos. Aunque ahora, como vienen las elecciones, se ve que lo quieren arreglar todo y ya hay alguno más. Pero veremos cuando llegue el otoño y, como cada año, se caigan las hojas de los árboles sin que nadie las recoja. Pasa cada año y, por mucho que nos quejemos al Ayuntamiento, no hay manera», opina Sonia que, sin embargo, reconoce que «el barrio está muy bien».
Falta de limpieza
Aurora también es una vecina veterana del barrio que lleva décadas transitando por la calle Es Canar. Sus quejas, de nuevo, vuelven a girar en torno a la limpieza del barrio.
Señala que el otro día había una botella de plástico allí tirada y se tiró una semana sin que nadie viniera a recogerla. «Hace falta que pasen más a limpiar. La calle está sucia, aunque estos días se ve que la están limpiando un poco más. ¡Ojalá hubiera elecciones cada seis meses!», destaca.
De nuevo, confirmando los argumentos del resto del vecindario encuestado, Aurora no se despide sin aclarar que, «eso sí, los vecinos de este barrio somos los mejores del mundo». También señala, sobre la arquitectura de la iglesia de San Pablo, a pocos metros de su casa, que «es muy bonita».
Opinión con la que su vecina Lesly no está nada de acuerdo. «A mí me parece que es muy fea, no pega con la arquitectura de las iglesias de Ibiza. De hecho, hay gente que hasta que no ve la cruz, se piensa que es una mezquita», subraya.
Si la opinión de los vecinos está basada en la veteranía y la experiencia en esta calle, la opinión de Linda ofrece la visión del recién llegado que observa la zona por primera vez.
De esta manera, la holandesa afincada en Ibiza desde hace poco más de un año visitaba por segunda vez esta calle cuando opinaba que «no es una calle que me inunde de optimismo precisamente si tengo que ser sincera. No hay nada que me guste especialmente de aquí comparado con otros lugares de la isla».
«No obstante, si lo comparamos con la parte de Holanda de donde vengo, me parece más bonita y acogedora que algunas de nuestras calles. Tal vez tenga que ver con que, en Ibiza, todo me parece mejor», apunta.