El presidente de la Asociación Hotelera de Formentera, Juan Manuel Costa, acudió la tarde de ayer al programa Bona Nit Pitiüses de la TEF para hablar sobre el pasado, presente y futuro del sector hostelero de la isla. Entrevistado por los periodistas Toni Ruiz, Juanan Torres y Arnau Camarena, Juanma Costa comenzó agradeciendo «la vuelta a la normalidad» después de la pandemia.
Sobre las expectativas de la temporada, el presidente de la patronal recordó las altas esperanzas que se tenían el año 2022 y cómo terminó la campaña veraniega casi de sopetón en septiembre. «Las expectativas de este año eran muy positivas hasta el mes de abril», afirmó Costa, que no está tan contento con la subida ocupacional del mes de mayo en comparación al año pasado: «Subir un 14% de un 30/40% sigue siendo poco».
Costa, que acaba de cumplir dos años ostentando su cargo, recalcó que la temporada baja en Formentera es un problema que se lleva arrastrando desde hace mucho tiempo: «O bajamos la cabeza y nos conformamos con lo que tenemos o tomamos políticas decisivas para tener una temporada buena de principio a fin».
«Lo que necesita Formentera es preguntarse qué queremos, qué mercado buscamos y qué podemos ofrecerles para que vengan de lunes a domingo, no solo los fines de semana», explicó Costa. El antiguo alcalde de la isla cree que responder estas cuestiones ayudaría a que el turismo fuese más estable, sobre todo en la temporada baja.
Precios demasiado elevados
«Formentera no es cara. Formentera tiene un precio elevado», respondió el presidente de la Asociación Hotelera al ser cuestionado sobre las quejas de los turistas por los altos precios. «De hecho, en Eivissa los turistas no tienen esta queja y en los últimos años se han abierto muchos hoteles de lujo», añadió Costa, quien se mostró muy preocupado con el futuro turístico: «No tenemos un modelo ni una estrategia en la que todos nos podamos embarcar».
«Creo que todos sabemos que Formentera no puede crecer en cantidad ni por capacidad ni por voluntad, así que deberíamos crecer en calidad», sentenció Costa, que incidió en que «si hay un modelo de isla, que se diga». Igualmente, sostuvo que el crecimiento calitativo requeriría, a su vez, una solución al problema de la falta de vivienda para los trabajadores. Pese a todo esto, el formenterense niega que exista en la actualidad un déficit de personal.
Ante la enorme crisis de alquileres turísticos que vive Formentera (y Eivissa), Costa cuestionó: «El turismo es una actividad, y toda actividad está regulada. Yo no puedo montar un bar en mi casa porque en las casas no se permite ejecutar ninguna actividad. Entonces, ¿por qué una persona dentro de su casa puede llevar a cabo esa actividad turística?».
Una isla sin rumbo
«En estos momentos, Formentera no sabe lo que quiere», afirmó un Costa muy consternado por la falta de políticas que regulen el turismo. «Notamos la falta de inspección tanto en el turismo como en la oferta complementaria o la piratería. Suplirla ayudaría a que se calmase todo el sector», añadió el que fuese el último alcalde de Formentera del PP.
Sobre política, Costa destacó el «balance positivo» del Consell de Formentera en sus 16 años en funcionamiento, independientemente de haber tenido gobiernos de diferente color político al que perteneció. «Ahora la gente ha dicho que ya está bien e intentará que otras personas solucionen los problemas» que arrastra la isla. Finalmente, Costa acentuó que espera que el diálogo con los nuevos equipos de gobierno continúe para elaborar una estrategia que ayude a todos.