En la sede del Institut d´Estudis Eivissencs (IEE), minutos antes de comenzar el tercer taller de SOS Salvem sa Sargantana, la doctora en Ciencia Biológicas, Antònia Maria Cirer, reconoce que estas sesiones han sido todo un éxito. Desde quienes nunca habían tenido contacto con las serpientes hasta aquellos que tienen cierta práctica en cazarlas, los asistentes han podido aprender cómo funciona el cerebro de un reptil o cómo es su anatomía. Cualquier conocimiento servirá para enfrentarse después a esta invasión.
«En Ibiza ya hemos llegado tarde. Hoy en día ya es una situación que no podemos revertir y lo único que podemos hacer es intentar paliar los daños y realizar un estudio serio para valorar las consecuencias que tendrá esta presencia permanente de serpientes», explica Cirer.
María, residente en Santa Eulària, comenta cómo «hace mucho tiempo que cazo serpientes» y afirma que, el pasado año, en solo tres meses llegó a capturar cerca de 20. «Empecé a poner trampas hace unos seis años porque no veía lagartijas y ya fue demasiado tarde. Por mi zona, se han extinguido», reconoce.
Neus, una vecina de Sant Miquel, acude al taller «para aprender más sobre las serpientes» y, aunque este año no ha encontrado tantos ejemplares por su zona, lamenta que mucha gente siga restando importancia a la invasión que ha sufrido la isla.
Cirer recuerda que, desde el IEE, este año plantearon estos talleres puesto que, debido a la convocatoria electoral de mayo, los ayuntamientos no dedicaron tantos esfuerzos a impulsar las campañas habituales para el reparto de trampas «y eso sabiendo que el mes de mayo es muy delicado».
Antes de iniciar el taller, los asistentes comentan también la importancia de mantener un buen sistema de «suministro y reparto de ratones», tal como ha conseguido hacer el IEE.
Comienza el taller y en esta ocasión la doctora en Biología va a centrarse en explicar cómo es la anatomía de un reptil y qué diferencias presenta con los mamíferos para que los asistentes puedan conocer mejor cómo enfrentarse a los ofidios.
«Las serpientes son reptiles, igual que las lagartijas», manifiesta. Así, una de las primeras cosas a tener en cuenta es que un hábitat bueno para la lagartija, también lo será para una serpiente. Además, hay que tener claro que estos reptiles no piensan y, por tanto, nunca soltarán una presa, aunque en ello les vaya la vida. Si una serpiente se encuentra atrapada en una trampa, nunca dejará escapar al ratón, aunque ello le permita salir de este recipiente.
Cirer explica lo bien que nadan, lo cual es todo un riesgo para los islotes de las Pitiusas donde todavía se preservan poblaciones de lagartijas. La culebra nunca decidirá nadar y, si lo llega a hacer, será por alguna causa circunstancial que le lleve a ello.