En julio de 2015, el socialista Rafa Ruiz, que había sido elegido alcalde de Vila solo dos meses antes, presentaba junto a los entonces concejales de Patrimonio y Comercio, Pep Tur y Gloria Corral, el centro artesanal de sa Pedrera. Un centro que, según él mismo aseguró, había estado «cuatro años durmiendo el sueño de los justos» y cuya reactivación había sido puesta en marcha meses antes por la concejal de Cultura del PP Lina Sansano.
El socialista aseguró entonces que aquella era una jornada «importante» para sa Penya porque la apertura de sa Pedrera, con los artesanos de es Juvert al frente, permitiría «dinamizar» el barrio. Una zona que, añadió, el nuevo gobierno de Vila consideraba «de las más importantes» de la ciudad. La responsable de Comercio, Gloria Corral, afirmó al respecto que la apertura de sa Pedrera les hacía «mucha ilusión». Y afirmó, incluso, que el centro serviría tanto para «revitalizar el barrio» como para que los ciudadanos perdieran «un poco el miedo» a moverse por sa Penya.
Cuatro años más tarde, el mismo Rafa Ruiz sacó a los artesanos de este espacio cuya construcción costó en 2010 la friolera de 900.000 euros y lo reconvirtió en almacén de material y maquinaria para las constructoras que llevaron a cabo del proyecto de las viviendas protegidas de la UA27 de sa Penya.