El Ayuntamiento de Ibiza prepara ya la nueva ordenanza municipal que regulará el consumo de alcohol entre los menores de la ciudad. Mientras tanto, el pleno del Consistorio ha derogado este jueves, con los votos a favor del PP, Vox y Unidas Podemos, la que estaba vigente, que fue aprobada en 2017. Según ha explicado la concejal de Asuntos Sociales, Catiana Fuster, el objetivo es contar con una normativa «más actual y adaptada a la realidad» y que incida en «los trabajos de prevención».
Fuster ha dejado claro que la ordenanza derogada este jueves será sustituida por otra de la que ya se ha preparado el borrador. «Está demostrado», ha afirmado la edil, «que hay que mejorar esta ordenanza». Fuster ha justificado la premura en suprimir la que estaba vigente hasta ahora porque el nuevo gobierno de Vila quiere tiene «prisa por cumplir sus compromisos con los ciudadanos». Además, ha señalado que el anterior equipo de gobierno ya planteó la modificación de esta normativa dentro del Plan Municipal de Drogas. La concejal también ha dejado claro que, a pesar de la derogación y mientras se prepara una nueva ordenanza, no se permitirá, por ejemplo, la venta de alcohol en las instalaciones deportivas municipales. Y es que, según ha dejado claro la concejal, la venta y el consumo de alcohol en la ciudad ya está regulada en la ordenanza para fomentar y garantizar la convivencia ciudadana y las conductas cívicas en el espacio público. En su apartado 7, esta ordenanza tiene en cuenta lo establecido en el Plan Municipal de Drogas, busca controlar los botellones y prohíbe expresamente el consumo de bebidas alcohólicas en actividades en las que participen menores. La misma ordenanza, además, contempla un régimen de sanciones que considera como infracción grave lo relacionado con el consumo de alcohol en esas situaciones.
De poco han servido las explicaciones de la concejal para apaciguar las críticas del PSOE. La socialista Carmen Boned, anterior responsable de este área, ha recordado que la ordenanza derogada fue propuesta por el último gobierno del PP en 2015 con el objetivo de «regular la relación entre los jóvenes y el alcohol». Esta ordenanza, ha añadido Boned, se redactó teniendo en cuenta que era necesario, por un lado, reducir la demanda de bebidas alcohólicas y, por otro, obstaculizar el acceso a las mismas por parte de los jóvenes. Decisiones que se tomaron al constatar que la práctica del botellón comenzaba a extenderse en la ciudad, provocando que, por ejemplo, numerosos adolescentes admitieran que habían cogido su primera borrachera antes de los 14 años. Un dato que ahora, según Boned, es aún peor pues «hay un 10% de menores de 12 años que ya se ha emborrachado».
Carmen Boned ha subrayado que la ordenanza derogada «fue pensada para proteger a los menores frente a los derechos de los adultos». Y aunque ha admitido que apoyará una nueva regulación, se ha preguntado por qué no se puede mantener la ordenanza en vigor hasta que se pueda dar luz verde a la que tendrá que sustituirla. A su juicio, es «sospechoso» que aquellos que promueven una nueva ordenanza sean los mismos que derogan la que ya estaba regulando el problema. «Pensamos», ha afirmado, «que es para contentar a determinados empresarios de la ciudad».
Por otro lado, el socialista Pep Tur ha cuestionado al nuevo gobierno por el uso del catalán en las redes sociales del Ayuntamiento. Y es que, al parecer, ha detectado «faltas de ortografía» en los mensajes publicados, por lo que les ha pedido que «revisen» estos. Tur ha insinuado, además, que el Consistorio solo puede publicar mensajes en catalán y no en castellano, a pesar de que ambas lenguas son oficiales.