Voy a escribir este artículo de opinión en castellano, con permiso de Josep Marí Ribas ‘Disgustinet', porque hasta donde yo sé, cada cual es muy libre de hablar como quiera, dentro y fuera del Consell d'Eivissa. Y también de escribir en cualquiera de las dos lenguas oficiales de Baleares. Que no hemos llegado hasta aquí para tener que pedirle autorización al líder de la Federació Socialista d'Eivissa (FSE-PSOE) para hablar y escribir como se nos antoje.
Vaya a la plataforma audiovisual que uno vaya, ya sea Youtube, Vimeo, TikTok, Twitter (o como quiera que ahora se llame esa ciénaga pestilente) o la que sea, los vídeos que más visitas acumulan, con diferencia, y que se hacen rápidamente virales son los de caídas. Ver a alguien partirse la crisma, no se sabe por qué, nos produce risa. Grabar los trompazos ajenos, obviamente, y subirlos a la red, es garantía de éxito.
Eso fue lo primero que pensé cuando el viernes por la mañana comencé a ver vídeos de la nueva piscina que el Ajuntament de Sant Josep construyó, en los tiempos del alcalde Ángel Luis Guerrero (PSOE), en Platja d'en Bossa. Ver la calle Murtra y la rotonda de la calle Begonias completamente anegadas fue gracioso. Pensar en la cantidad de agua que habría entrado en todos aquellos locales que han estado cerrados durante las obras y que ahora verían sus almacenes y sótanos anegados. Pero aún más divertido fue cuando comenzamos a ver a guiris tragados por el agua, como si no hubiese suelo bajo sus pies, algo que no podían ver porque el agua les llegaba por las rodillas. ¡Qué risa, oye! ¡Tronchante!
Claro que uno luego cae en la cuenta de que, si esos turistas con camisas de colores que tuvieron la mala fortuna de meter el pie en una alcantarilla cuya tapa decidió irse a dar un paseo, están vivos, será de milagro. Y que las primeras lluvias de cierta entidad nos han demostrado que aquella obra fue una chapuza colosal, que requerirá de nuevas actuaciones si se quiere eliminar la nueva piscina, gentileza de PSOE y Unidas Podemos.
Tras calibrar el desastre que estábamos viendo, una vez recobrada la serenidad tras las risas por las caídas, me pregunté quién iba a responder por aquello. ¿Algún líder socialista o podemita de Sant Josep dará a cara y asumirá alguna responsabilidad? ¿O sucederá como suele pasar, que nadie querrá saber nada, a mí por qué me pregunta que yo sólo pasaba por aquí?
Al alcalde Vicent Roig le corresponderá averiguar por qué nos encontramos en esta situación, buscar las tapas de las alcantarillas que se fueron a dar un garbeo aprovechando la fuerza del agua y encargar unas obras que arreglen el desaguisado, además de ayudar a los comerciantes y vecinos que hayan visto sus bienes y negocios afectados por la inundación en una calle recién inaugurada, cuyas obras costaron 1,6 millones de euros. Aunque, bien pensado, igual las obras aún están en garantía… Que le pregunten a Ángel Luis Guerrero, que él de obras sabe mucho y algo tan reciente no es posible que se le haya olvidado.