Con palpitaciones, alucinaciones y sin poder dormir. Así llego la paciente Rosa María de la Cruz de 90 años a Urgencias del hospital Can Misses de Ibiza, junto a su hija Carmen Ferrer, este pasado domingo a las 09.00 horas. Precisamente fue esta usuaria de 56 años la que denunció ayer que su madre tuvo que esperar hasta seis horas en la sala de espera para pacientes y acompañantes antes de poder ser atendida por un médico. «Mi madre es una paciente infartada que tiene cardiopatías. Cuando llegamos estaba alterada y nerviosa, pero nos dejaron esperando en la sala. Es injusto», apuntó esta usuaria con indignación resaltando que no fueron recibidas por el personal de triaje en el servicio de urgencias. En este sentido, desde la Conselleria de Salud destacaron que no tienen constancia de que pasaran por el servicio de admisión, pero sí que hay dos registros de esta mujer; una constancia escrita inicial a las 09.05 horas y el cierre del informe clínico de Urgencias de ese día, que fue a las 16.15 horas.
Saturación
En esta misma línea Carmen Ferrer insistió en que ambas tuvieron que permanecer en la sala de espera hasta las 15.00 horas para que su madre pudiese ser atendida. Cabe recordar que este fin de semana pasado Can Misses vivió una saturación de pacientes debido, según la Conselleria de Salud del Govern balear, a un «pico asistencial puntual». Una presión que se tradujo en 34 personas esperando en ser atendidas este domingo por la mañana, cuando en el mismo día de la semana anterior sólo hubo 18 usuarios en la sala. Además, un sanitario resaltó que también se contabilizaron varios usuarios pendientes de ingreso que esperaban una cama en planta. Desde Salud indicaron que es habitual que los servicios de Urgencias de todos los hospitales se tensionen porque estos flujos pueden fluctuar de un día para otro. «Durante la jornada se normalizó la situación», apuntaron.
Este colapso sanitario empezó el viernes, que fue cuando se produjo una llegada masiva de usuarios, según un médico de Urgencias. En total, 82 pacientes acudieron al centro hospitalario ese día antes de las 15.00 horas. Una demora similar es la que padeció la usuaria Rosa María de la Cruz acompañada de su hija, quien relató cómo su madre se iba poniendo cada vez más nerviosa por la espera. «Cuando por fin la atienden, no le midieron la tensión arterial ni la trasladaron al área de observación en Urgencias, únicamente le hicieron una analítica», explicó Carmen Ferrer resaltando la demencia y las cardiopatías que sufre su madre. Sin embargo, pese a estos hechos, la usuaria puntualizó que la medicación proporcionada por el personal sanitario a su familiar fue la correcta porque Rosa María de la Cruz empezó a encontrase mucho mejor.
El alta
Es por eso que sobre las 16.00 horas esta paciente de 90 años recibió el alta y pudo volver a su casa acompañada de sus otros dos hijos, ya que Carmen Ferrer se quedó a comer en la cafetería del hospital. Fue entonces cuando esta usuaria vivió, según la propia afectada, un percance con un trabajador del centro «que le ha provocado una inflamación de rodilla». Tras los hechos, Carmen Ferrer llamó a la Policía Nacional, que se personó en el lugar, y esperó en Urgencias a ser atendida. En este sentido, apuntó que estuvo en el centro hospitalario hasta las 22.00 horas para poder ser recibida. A las 23.00 horas salió de Can Misses con la rodilla inflamada y con el objetivo de acudir a la comisaría e interponer una denuncia por el incidente.
Por su parte, desde la Conselleria de Salud del Govern balear desmintieron esta versión ofrecida por la usuaria, afirmando que no es cierto lo que explica.
Además, respecto a las demoras asistenciales provocadas por esta presión sanitaria, subrayaron que «desgraciadamente» este fin de semana pasado se produjo este pico asistencial puntual muy difícil de prever por el Área de Salud de Ibiza y Formentera. «Tenemos herramientas que permiten a los usuarios tramitar quejas y reclamaciones y, también, recibir respuestas como son los servicios de atención al paciente», puntualizaron.