El presidente del Consell de Formentera, Llorenç Córdoba, lamentó la «herencia envenenada» recibida por los anteriores ejecutivos insulares. El líder de Sa Unió fue el protagonista ayer del programa Bona nit Pitiüses de la Televisió d'Eivissa i Formentera (TEF), donde repasó sus primeras semanas al frente de la institución insular. Un Consell de Formentera que se ha encontrado «desorganizado. Así como estaba el Consell es difícil que funcionaran las cosas. En la oposición ya avisábamos de las cosas que no iban bien. No es culpa de los funcionarios, que trabajan muy bien y si el Consell ha funcionado es porque estaban ellos. Ahora nos están ayudando mucho. Sabíamos que había problemas de gestión pero no esperábamos encontrar las cuentas a cero».
En este sentido, Córdoba insistió en que «la situación económica es muy grave. Normal que nos dijeran que no había déficit si no pagaban las facturas. Nos hemos encontrado convenios sin firmar que, por lo tanto, aún no costaban dinero así como facturas de cientos de miles de euros. Estamos intentando aguantar y reorganizar el Consell para poder aplicar nuestro programa electoral cuando podamos». El presidente del Consell de Formentera explicó que han tenido que aprobar dos disposiciones de fondos con cargo al remanente de la institución para poder pagar las facturas pendientes y las obligaciones contraídas. «No nos lo esperábamos, esto hipoteca las cuentas del Consell durante varios años. Es la herencia que hay, pero nosotros hemos venido a solucionar los problemas y a provocar el cambio que ha pedido la gente», aseguró Llorenç Córdoba.
Urbanismo
El presidente del Consell de Formentera también se refirió al atasco que sufre el departamento de Urbanismo de la institución insular, donde se acumulan cientos de expedientes sin resolver desde hace años. «El conseller de Territorio e Infraestructuras (Javier Serra) lo está desatascando. Nos hemos encontrado expedientes de muchos años atrás. No puede pasar que el proyecto de vida de un joven de Formentera tenga que esperar seis años. Hay unos plazos legales, entendemos que estamos en Formentera y es más complicado, que somos un ayuntamiento–consell y tenemos más trabajo, pero no hay explicaciones para la cantidad de expedientes que tenemos atascados. Estamos resolviendo muchos expedientes, los datos mejoran cada día y la gente lo agradece», afirmó Córdoba, quien añadió que su intención es «simplificar la burocracia, lo que no significa que se puedan construir más metros sino no frenar a quien tenga derecho a construir».
En cuanto al problema de la vivienda, el presidente del Consell de Formentera espera que con la contratación de un inspector turístico puedan sacar al mercado del alquiler muchas viviendas que ahora se están alquilando ilegalmente. «Sabemos que no gustará a todo el mundo, pero hay que aplicar la normativa que ya tenemos y quien ha querido regularizar su alquiler turístico ha tenido tiempo para hacerlo», apuntó Córdoba.
Turismo
El presidente formenterés apostó por «consensuar» con el sector la promoción turística de la isla y luchar contra el intrusismo de los alquileres turísticos ilegales, que provoca «que vengan más turistas de los que podemos atender». «Nuestro éxito no podemos valorarlo por la cantidad de turistas que vengan sino por la calidad. Esto no quiere decir que tengan más o menos dinero sino que respete y valore que aquí es más caro ofrecer ciertos servicios», añadió.
Córdoba también consideró que el control del litoral «tiene que ser importantísimo» y destacó que las embarcaciones que llenan las playas de Formentera en verano «disfrutan de los recursos de Formentera, pero pagan la ecotasa, el alojamiento, la tasa portuaria y los alimentos que consumen en el barco en Ibiza. Esto se tendría que compensar de alguna manera. El número de embarcaciones que hay no se tendría que dar porque es un parque natural, pero no lo parece. No se entiende que los que acceden al parque por tierra tengan que pagar y los que vienen en barco desde Ibiza no».
Córdoba también se mostró partidario de reducir los trayectos de barcas de línea entre las Pitiusas: «Tenemos claro que hay demasiado tráfico entre Ibiza y Formentera. Hay que llegar a un acuerdo aunque haya que ceder».
Estany des Peix
Córdoba también se refirió a la polémica de los amarres en s'Estany des Peix. Un asunto que ahora está judicializado y del que admitió que «no podemos hacer demasiados cambios». En este sentido, el presidente del Consell de Formentera aseguró tener «claro que se tiene que modificar el reglamento» en cuestiones como la obligación a que las 285 embarcaciones tengan que estar amarradas durante todo el invierno. «No tiene ningún sentido, porque muchas no están preparadas para estar todo el invierno», apuntó Córdoba, quien recordó que tradicionalmente los dueños de las barcas pequeñas las sacaban del estany para guardarlas en casa. «Habrá que arreglar las rampas, intentar que quepan más barcos en la Savina y que las actividades económicas se tienen que hacer en el puerto, no es s'Estany», añadió el presidente.
Córdoba insistió en que «las instalaciones no nos gustan, pero son las que hay», y desveló que «empiezan a soltarse fondeos ecológicos, tenemos que contratar una empresa de mantenimiento. El pantalán está preparado para estar en un puerto, no allí. Hay que aprovechar lo que tenemos y ver qué opciones tenemos a largo plazo».
Por último, Llorenç Córdoba explicó que el Consell de Formentera ha encargado un estudio a la UIB «para saber en qué situación legal» se encuentra la licitación de los quioscos de playa de la isla. «Ahora nos encontramos con las manos atadas. El modelo de quiosco tradicional es el que nos gusta, pero no podemos ir en contra de la ley. Unos u otros acabarán quejándose, pero a nosotros nos tiene que mover lo que es lo justo y lo correcto», aseguró el presidente.
Córdoba señaló que la decisión que se acabe tomando, ya sea la de continuar con el concurso iniciado o la de volver a iniciarlo de nuevo, se tomará en base a lo que dictamine el estudio de la UIB: «Sin informe legal no puedo decir qué decisión se va a tomar». El presidente del Consell de Formentera señaló que aceptar la ampliación de dichas instalaciones «fue un error», ya que «ha hecho que sean más golosos para empresas más grandes, pero se pierda el quiosco típico de Formentera gestionado de forma familiar».