A lo largo de este fin de semana, Ibiza ha estado en vilo esperando el desenlace del accidente sufrido por un médico de 28 años en el Ullal de na Coloms, enclave también conocido como Cueva de la Luz. Desgraciadamente, el cuerpo del joven apareció el domingo flotando en el mar, tras haberse lanzado el sábado al pozo que las redes sociales han convertido en uno de los polos de atracción de la isla para los amantes de la naturaleza. Un lugar que los expertos consideran que no puede tomarse a la ligera.
Stivi Stivanello, de Balearic Outdoor Adventures, tiene claro que el fallecimiento del joven médico se produjo porque no pudo salir del agua. Y es que, en las condiciones meteorológicas registradas el sábado, con un fortísimo viento y el mar más que agitado, no se explica cómo A.F.C. decidió saltar: «Lo siento mucho por su familia. Es una tragedia. El sábado había mucho viento y olas y allí el mar sube y baja hasta dos metros dentro de la cueva en esas condiciones. Es muy temerario meterse en el agua estando las cosas como estaban. Incluso los equipos de rescate lo tuvieron muy difícil y tuvieron que esperar casi 24 horas para poder acceder por la mala mar».
Guía de montaña titulado y con una larguísima experiencia en la organización de rutas para senderistas en Ibiza, Stivanello lleva a poca gente al Ullal de na Coloms. Las condiciones físicas de los excursionistas y la meteorología le indican quién puede y quién no acceder a un punto de la isla que, en redes sociales, se presenta como mágico pero que, en la realidad, puede llegar a ser letal si no se tiene la preparación necesaria. «Yo hago un cribado muy selectivo», explica a Periódico de Ibiza y Formentera, «voy con gente que sé que tiene la preparación física necesaria para ir. Ya solo la caminata para llegar es muy dura. Y luego hay que volver. Hay que estar muy preparado. Piensa que, además, si quieres ver el momento cuando entra el sol, que solo es en los meses de verano, hay que hacerlo a mediodía, así que hace muchísimo calor. Es una excursión muy dura».
A juicio de Stivanello, es difícil controlar el acceso de los excursionistas a la también conocida como Cueva de la Luz cuando se ha convertido en un atractivo de Ibiza a través de las redes sociales. Por eso, él mismo colocó este verano en la zona un cartel alertando de los peligros a los que se expone quien, sin el acompañamiento de un experto, decide saltar al agua. Así, en su escrito, este guía profesional recuerda que la caída es de 8 metros y que para salir de la cueva solo hay dos opciones: o bucear o la cuerda que cuelga a lo largo de la pared. Para salir bajo el agua, informa de que es necesario sumergirse «en picado unos tres metros primero y luego cubrir unos 10 metros de distancia sorteando un pico de roca invertido y sumergido». Un trayecto que lleva entre 15 y 20 segundos pero para el que hay que estar preparado: «Si nunca has hecho nada por el estilo, este no es el sitio para intentarlo por primera vez». Sobre la cuerda, alerta de que «transmite una sensación de seguridad completamente falsa» porque, añade, «tienes que estar en muy buena forma y conocer la técnica para subir. El 95% de la gente no es capaz de subir con ella». Algo que mantiene en su conversación con este periódico: «Subir por ella es muy difícil. Que esté ahí, da una falsa sensación de seguridad. Yo creo que habría que quitarla». A la pregunta de si una escalera fija contribuiría a facilitar el acceso a este pozo, Stivanello responde que eso «solo serviría para vaya más gente sin las condiciones físicas adecuadas y, por lo tanto, habría que hacer más rescates. Estaríamos como en Sa pedrera de Cala d'Hort (Atlantis), que te encuentras allí a familias con niños pequeños, que van todos en chanclas y con una botella pequeña de agua y luego tienen que ser rescatados por deshidratación y/o insolación».
Stivanello deja claro que no se debería prohibir el acceso al Ullal de na Coloms porque «eso sería una estrategia equivocada». Pero insiste: «Es una excursión para personas que están en muy buena forma física y hay que tener siempre en cuenta las condiciones meteorológicas. Yo organizo excursiones y quiero que mis clientes estén seguros y que disfruten. Por eso no incluyo el salto. Eso depende de la persona, aunque yo les advierto de lo que tienen que hacer. Primero, pasamos por la zona donde se puede nadar en el mar y ahí hay también la posibilidad de hacer unos saltos de menos altura e bucear. Esto a mí me sirve para ver cómo actúan, si saben saltar, su capacidad de buceo y, en función de lo que veo, les digo si pueden o no tirarse en la cueva. La mayoría de la gente al final está contento con ver la cueva desde arriba».
Para el propietario de Balearic Outdoor Adventures, finalmente, las excursiones a enclaves como la Cueva de la Luz deben realizarse teniendo en cuenta la seguridad. «En condiciones normales», concluye, «es una excursión muy difícil. Las condiciones meteorológicas del sábado no podían ser peores».