Los usuarios de Cáritas hace tiempo que dejaron de pedir regalos en sus cartas a los Reyes Magos y comenzaron a soñar con un hogar y comida caliente en su mesa. Un deseo que en Navidad sienten un poco más cerca gracias a la labor de la entidad y la colaboración de empresas como la Taberna Cebo, la cual elaboró ayer una cena especial de Reyes para las personas sin hogar atendidas por Cáritas Sant Antoni. Poco a poco estos usuarios fueron llegando ayer a una sede que lucía varios motivos navideños que adornaban la sala gracias a los voluntarios Teresa, Mari Mar e Isidro, quienes llegaron horas antes para organizar la noche especial en Cáritas. La mesa tenía un mantel rojo a juego con las servilletas y las cortinas, y un pequeño belén con luces brillaba en uno de los pequeños estantes.
Los invitados fueron sentándose a lo largo de la mesa navideña. Entre ellos, estaban los usuarios Driss y Mohamed, ambos de Marruecos. Con una amplia sonrisa, los dos hombres se mostraron muy complacidos con poder celebrar en compañía estas fiestas navideñas. «Siempre nos están ayudando y nos dan comida caliente. Nos respetan siempre que venimos», señaló Mohamed a este medio minutos antes de cenar.
En lista de espera
Este usuario, que forma parte de Cáritas desde hace cuatro meses, tiene que vivir en un coche por la falta de plazas disponibles en los albergues de Ibiza. Lo mismo le sucede a Driss, quien se ha visto obligado a dormir en una casa abandona por esta misma situación: «Hace un año que vivo en la isla. Estoy en lista de espera para poder acceder a una de estas plazas». Al preguntarle por las condiciones ambientales adversas en invierno, este hombre explicó que, aunque hace mucho frío, dispone de varias mantas para taparse por las noches. «Todavía me siento afortunado porque podemos venir a la sede a ducharnos, a lavarnos la ropa y a comer platos calientes», subrayó haciendo hincapié en que actualmente está recibiendo orientación laboral para mejorar sus competencias profesionales y lograr un empleo.
Por su parte, Mohamed ha realizado a través de Cáritas un curso de construcción de 20 horas que, según este usuario, costaba 200 euros. «Estoy tan agradecido», apuntó. En este sentido, explicó que desde que llegó a Ibiza procedente de Canarias ha vivido una auténtica odisea, ya que él trabajaba en una empresa constructora que le recomendó su traslado a la isla. «Vine con alojamiento, pero al poco tiempo nos empezaron a esclavizar y a reducir el salario. Así que me puse a buscar otro trabajo hasta que servicios sociales me derivó a Cáritas», añadió Mohamed junto al resto de comensales de esta cena especial. Todos ellos se miraban con complicidad, olvidándose por un momento de sus problemas actuales y centrándose únicamente en su mágica noche de Reyes.