Muchos agricultores y ganaderos de Ibiza coinciden en lamentar que la falta de lluvias en estos últimos meses les está causando verdaderos quebraderos de cabeza. Dicen también que, en mucho tiempo, no habían visto nada similar.
Uno de estos profesionales es el ganadero y presidente de la Federación Pitiusa de Razas Autóctonas, Xavier Prats. Tal es la situación que en su finca de Sant Josep ha causado la sequía, que Prats asegura no querer saber cuánto deberá invertir en alimentar al ganado si se cumplen las previsiones y los cultivos de cereales y forraje no salen adelante.
«Si ahora lloviera, nos salvaríamos», considera.
Según explica, los efectos de la sequía actual pueden llegar a ser «muy graves» puesto que, si no crece aquello que ha sembrado, «no tendré nada para alimentar al ganado». Prats recuerda que las ovejas, entre otras especies, necesitan un elevado aporte vegetal para mantener una buena alimentación.
«Además de cereales o vegetales, también es muy importante la paja y, ahora mismo, esto es lo que no está naciendo», reconoce.
Prats dice además que este año muchos payeses no se han atrevido a sembrar porque no ha llovido nada en los últimos meses. Por tanto, de no cambiar drásticamente la situación, este vecino de Sant Josep difícilmente tendrá comida para sus animales este próximo verano. «Evidentemente, quienes tenemos más animales, necesitamos más comida. Al no tenerla, supone que deberemos comprarla», explica también.
Repercutir el coste
El ganadero tendrá que repercutir después el coste de lo invertido en la venta de la carne que comercializa, «aunque el problema es que no podré recuperarlo todo y me resultará menos rentable criar ganado».
«No puedo pedir mucho más de lo que se está pagando en el mercado», considera.
También el director insular de Medio Rural y Marino del Consell d'Eivissa, Joan Marí, expresa su preocupación por la falta de lluvias. «Está afectando muchísimo», reconoce Marí, quien se refiere además a los efectos colaterales de esta situación de sequía que ya se está prolongando demasiado tiempo.
«Todavía queda invierno por delante y esperemos que la tendencia cambie, aunque no pinta bien, más bien todo lo contrario porque durante estas jornadas las temperaturas se nos han disparado y la poca agua que cayó hace unos días muy pronto se habrá secado», lamenta Marí.
El director insular confirma que, en relación a los cultivos de secano como los cereales y el forraje, «lo poco que se sembró después del verano, ha muerto o no ha nacido». Sin embargo, Marí declina asegurar por ahora que toda la cosecha de secano se ha perdido, «aunque seguramente los daños podrán ser del 100%. Habrá que ver lo que pasa porque las próximas semanas serán cruciale».
«Paseando por cualquier lugar de Ibiza, vemos muchos campos sin cultivos. Si llueve poco y las semillas no pueden germinar, todavía es peor porque morirán bajo tierra. Sería muy importante que en los próximos días lloviera, aunque no es lo que parece», reitera.
Para Joan Marí, también a la larga los cultivos de regadío podrán verse afectados por esta falta de lluvias. «No quiero ser alarmista porque quedan tres meses, pero no pinta bien», insiste.
Marí confirma que, por el momento, no se prevén restricciones por parte de la Dirección General de Recursos Hídricos.
«El Consell, si es necesario, estará al lado de ganaderos y payeses, como ya estuvimos hace dos años cuando comenzó la guerra de Ucrania y aumentaron los precios», explica Marí, quien avanza que esta misma semana celebrarán varias reuniones con el Govern para abordar esta situación y definir posibles subvenciones destinadas al sector.
El Consell de Formentera, en este sentido, anunció ayer ayudas para que el sector ganadero de la isla pueda paliar los efectos de la sequía. La institución repartirá dos sacos de comida por cada animal reproductor de las especies ovina y caprina inscrito en el censo obligatorio de 2023.
En la Cooperativa Agrícola Sant Antoni avanzan también que este año «habrá muy poco cereal» puesto que, con la falta de lluvias, muchos agricultores han dejado de sembrar o lo poco que ya se había sembrado no ha salido adelante.
«Está complicada la cosa. No he oído a nadie que hablara antes de un año tan difícil», lamentan también.
«La falta de lluvias afecta a todo, a los algarrobos y a los almendros también puesto que afecta a sus ciclos naturales», aseguran.
Desde Agroeivissa, sin embargo, explican que la situación «nos preocupa mucho» aunque, a día de hoy, no supone para sus asociados un gran problema puesto que esta cooperativa trabaja con cultivos de regadío y «de momento hay agua». Si no cambia la situación, el problema llegará después, en verano.
«El año pasado, sí sufrimos problemas de temperaturas, pero no de agua. Hubo algunos cultivos que ya resultaron afectados por el calor y hubo una merma de la producción», concluyen.