El Ayuntamiento de Ibiza ha solicitado formalmente su ingreso en Icomos (Consejo Internacional de Monumentos y Sitios). Se trata de una organización de carácter internacional vinculada a la Unesco y que se dedica, según explica en su página web, a «la promoción de la teoría, la metodología y la tecnología aplicada a la conservación, protección y puesta en valor del patrimonio cultural». La solicitud la ha formulado el alcalde, Rafa Triguero, en un encuentro mantenido este lunes en Can Botino con el presidente de Icomos España, Juan Carlos Molina. En la reunión han participado también el concejal de Patrimonio, Juan Flores, y el vicepresidente del comité español de Icomos, Jordi Tresserras.
«Hace meses», ha explicado el alcalde, «que se trabaja en posicionar a Ibiza como referente cultural para poner en valor todo nuestro patrimonio». A esto se suma, además, la pretensión de que los gestores municipales del patrimonio ibicenco tengan el reconocimiento de Icomos, con el que colaborarán ofreciendo su experiencia y compartiendo la misma con los más de 400 integrantes de la entidad y entre los que se encuentran el Ministerio de Cultura o el Patronato de la Alhambra.
Triguero ha recordado que Vila ya tiene experiencia a la hora de compartir formas de gestión patrimonial y cultural con el resto de ciudades Patrimonio de la Humanidad españolas. Y ha explicado que han sido los propios técnicos del departamento municipal los que han puesto sobre la mesa la conveniencia de que el Consistorio se integrara en Icomos. «El objetivo», ha subrayado Triguero, «es que Ibiza pueda ser un referente nacional e internacional en cultura y patrimonio. Ibiza ha de posicionarse como una ciudad que cuida su entorno y su patrimonio».
El presidente de Icomos, Juan Carlos Molina, ha valorado muy positivamente, por su parte, el estado en el que se encuentra Vila. Y ha destacado, para sorpresa de todos, «la limpieza de la ciudad», poniendo como ejemplo el cuidado en este sentido del entorno de las murallas. «Está muy limpio y muy bonito», ha asegurado. Molina ha explicado que para conservar el patrimonio es necesario que los ciudadanos estén concienciados del valor del mismo. Algo que, en su opinión, sí sucede en el caso de Vila: «Aquí en Ibiza la ciudadanía es consciente del valor de su patrimonio».
Molina también ha señalado que pertenecer a Icomos supone beneficiarse de la experiencia de sus más de 400 miembros, cuyo objetivo es «ayudar y asesorar en patrimonio». «Venimos a asesorar», ha añadido el presidente de Icomos, «ver los problemas antes de que surjan y las soluciones. Se trata de defender el patrimonio».
Vila ha planteado a Icomos la posibilidad de convertirse en una de las sedes de la entidad. Una petición que se habrá de estudiar. De momento, sí que existe el compromiso de celebrar el próximo mes de octubre la reunión trimestral de la junta directiva de la entidad, formada por 14 personas.
La relación de Vila con Icomos entra así en una nueva etapa. Y es que, hasta ahora, los ibicencos solo habían escuchado el nombre de esta entidad como destinataria de las numerosas denuncias que contra la gestión municipal del patrimonio se han presentado en los últimos 25 años, desde la declaración del Patrimonio de la Humanidad. Una de las últimas denuncias presentadas ante Icomos fue firmada en 2017 por 300 profesionales y políticos ante las amenazas que consideraban que se cernían sobre el patrimonio ibicenco. Icomos envió a la ciudad al entonces vicepresidente de la Real Academia de Bellas Artes de San Carlos de Valencia, Álvaro Gómez-Ferrer, quien elaboró un informe en el que proponía un plan para la gestión integral del patrimonio. Gómez-Ferrer mostró entonces su preocupación por cuestiones como la gentrificación del casco histórico de Vila, el tamaño de los cruceros, los problemas del puerto o la falta de promoción de la necrópolis de Puig des Molins.