Cruz Roja en Ibiza se enfrenta ahora a uno de los periodos del año más complicados al registrar una mayor demanda de ayuda. En la última semana, hasta 170 familias han pasado por la sede para acceder al reparto de alimentos. El servicio se presta tres veces por semana.
«Es algo muy estacional. Es cierto que en verano la necesidad de ayuda siempre es inferior y entre noviembre y marzo, cuando a la gente se le acaba la prestación, suele aumentar. La gente en Ibiza, por las circunstancias, tiene poca capacidad de ahorro y no hay que olvidar que gran parte del dinero va destinado al pago de la hipoteca o el alquiler», señaló la coordinadora Mary Castaño.
Valoración integral
En relación a estos usuarios, desde Cruz Roja explicaron que todos han pasado por una valoración integral para determinar cuál es la mejor forma de asistencia. Participantes en el programa obtienen también tarjetas monedero para dignificar así el hecho de recibir ayuda.
Otro dato llamativo, según comentaron responsables de la entidad, es que en los últimos años la edad media de los usuarios en los programas de reparto de alimentos solía mantenerse estable, desde los 35 a los 60 años.
Sin embargo, la entidad ha detectado que gente cada vez más joven y también cada vez mayor es la que está acudiendo a la sede para demandar algún tipo de prestación. «Van en aumento las personas que se encuentran en situación irregular» insistieron.
En su Unidad de Emergencia Social, la entidad asiste en estos momentos a unas 45 personas sin techo en sus salidas nocturnas de lunes a viernes, un elevado dato a pesar de la puesta en marcha de centros como Sa Joveria donde personas sin hogar pueden pernoctar. «No siempre son los mismos, aunque sí contamos con una población fija a la que atendemos cada día», señaló la responsable de Cruz Roja. El servicio sale también dos veces a la semana en horario diurno en la localidad de Sant Antoni.
«Mucha gente viene con expectativas laborales a Ibiza y después se encuentra con otra realidad. El perfil ha cambiado y son personas trabajadoras que se ven abocadas a vivir en la calle o en un coche. En estos casos, y siguiendo una tendencia que también se da en el resto de Europa, es población cada vez más joven», destacó.
Castaño reiteró que este año van a seguir dando respuesta a las necesidades de sus usuarios. Además de consolidar diferentes iniciativas, la coordinadora resaltó la puesta en marcha de un programa destinado a la inserción de mujeres vulnerables. Tras realizar una prueba piloto con la participación de 25 personas, este año pretenden repetir experiencia.
Entre sus particularidades, las asistentes eran mujeres residentes en Ibiza sin una red social o familiar y con pocos recursos.
Inclusión
«El objetivo del taller es realizar un acompañamiento psicológico, mejorando su autoestima y las relaciones, además de acercarles el contexto social y cultural de Ibiza para trabajar su inclusión de una forma integral», insistió.
Sobre este programa, Castaño reconoció que el resultado de la prueba piloto había sido satisfactorio «porque hemos podido cambiar vidas».