Un joven argelino de 22 años ha negado este viernes haber patroneado una patera con 12 personas desde Argelia hasta Ibiza el pasado octubre, si bien ha reconocido que no pagó por el viaje.
La Sección Segunda de la Audiencia Provincial ha celebrado por la mañana el juicio, donde el fiscal pide para el hombre cinco años de prisión por un delito contra los derechos de los ciudadanos extranjeros.
La patera llegó con 12 pasajeros, todos argelinos, a Es Codolar, y una vez allí los ocupantes se bajaron y acudieron voluntariamente a dependencias de la Guardia Civil.
Ante la Policía Nacional, dos pasajeros de la patera señalaron, sin ninguna duda, al joven como el conductor. Del mismo modo apuntaron a él en los reconocimientos fotográficos. Los policías que intervinieron han destacado que el joven tenía rasgos distintivos que lo hacían inconfundible, como el peinado o el hecho de que fuera muy joven y el único con los ojos claros.
Uno de los testigos también aportó un vídeo donde una persona con esas características aparece a los mandos del motor, aunque el acusado ha rechazado en el juicio que sea él. El joven también ha sostenido que una de las personas que testificó contra él sería la pareja del auténtico patrón. La mujer viajaba con su marido en la patera y explicó que les habían prohibido decir quién era el guía.
DICE QUE LE QUERÍAN TIRAR AL AGUA POR NO HABER PAGADO
El joven ha indicado que en Argelia trabajaba como peluquero, y que llevaba tiempo esperando a que saliera una barca hasta que un amigo le avisó.
Los pasajeros habrían pagado unos 300 euros por la travesía desde Tipaza (Argelia), pero el acusado ha admitido que él no pagó nada. De hecho, en la fase de investigación dijo que el resto del grupo quiso lanzarle al agua en alta mar por ese motivo, y que pasó miedo.
Sin embargo, ha negado que temiera por las condiciones del mar y ha asegurado que llevaban chalecos, bengalas, comida y bebida. Los testigos, en cambio, dijeron que sólo les dieron dátiles y agua. También negaron que todos los viajeros dispusieran de chaleco salvavidas, y recalcaron que durante el viaje hubo fuerte oleaje que hizo que entrara agua en la embarcación.
El acusado también ha afirmado que llevaban gasolina suficiente y que incluso sobró. Mientras, los testigos apuntaron que el destino original era Alicante, y no Ibiza, pero que se desviaron porque no tenían suficiente combustible.
En la investigación, el acusado se desentendió de los problemas durante el viaje afirmando que estuvo toda la travesía durmiendo. En el juicio insistía en que apenas duró 14 horas, pero según los testigos habrían sido cerca de 48. Este viernes ha reconocido que mintió al decir que estuvo todo el viaje durmiendo, pero se ha excusado en que se lo habría recomendado su abogado.
PRÁCTICA DE RIESGO PARA REPOSTAR
Según el acusado, la patera llevaba bidones de gasolina dentro de la embarcación para ir repostando. Un perito ha corroborado el peligro de rellenar el tanque de combustible en alta mar con el motor aún caliente, una práctica bastante común en los viajes en patera.
«Supone riesgos enormes para las vidas humanas», ha explicado el experto, que también ha alertado de los peligros por el modo de transportar la gasolina. El perito ha constatado igualmente la precariedad de la embarcación.
Por su parte, los agentes de la Unidad Central de Redes de Inmigración y Falsedades Documentales (UCRIF) de la Policía Nacional han expuesto que los dos testigos se prestaron a colaborar voluntariamente.
Uno de los funcionarios ha advertido de que la llegada de pateras a Ibiza se ha disparado en el último año, y lamentado los problemas diplomáticos que impiden las devoluciones y las carencias de recursos y espacios. «Son temas políticos que trascienden lo que nosotros como Policía hacemos», ha razonado.
La Fiscalía ha mantenido su petición de prisión mientras que la defensa ha pedido la absolución, si bien de forma alternativa se ha abierto a una condena de tres meses de cárcel. El juicio ha quedado visto para sentencia.