Cala Salada y Cala Saladeta vuelven a contar desde este miércoles 1 de mayo con las ya tradicionales barreras de control de acceso a las playas. El objetivo, un año más, es mantener la vigilancia y el control de los vehículos que acceden a las playas del municipio portmanyí, así como cumplir el aforo en la zona durante la temporada turística y garantizar el paso de los servicios de emergencia en caso de necesidad.
Por primera vez, la barrera de Cala Salada y Cala Saladeta se instala desde el primer día de mayo y no desde el día 1 de junio, como se venía haciendo otros años, debido a la puesta en marcha del nuevo contrato que se adjudicó el año pasado y que tiene una duración de dos años. «Es necesario establecer este servicio ante la situación de la playa y sus accesos, ya que se ubican en un enclave clasificado como riesgo extremadamente alto en cuanto a incendios forestales, además de por temas de seguridad en cuanto a garantizar el paso de servicios de emergencia y control de aforo de la playa», recordó Pepita Torres, concejala de Medio Ambiente de Sant Antoni.
Asimismo, el nuevo contrato también contempla una ampliación en el horario, que permanecerá de manera ininterrumpida de 09.30 horas a 17.00 horas hasta el próximo 15 de octubre cuando el sistema de control dejará de estar operativo. «Al ser una de las mejores playas de la zona, se llena muy pronto. A partir de las 10.00 o 10.30 ya está todo completo», señaló Ana, una de las trabajadoras del control de acceso. Cabe recordar que Cala Salada fue la primera playa de Ibiza en la que se regula el acceso rodado desde su implementación en el año 2016.
En este sentido, Ana señaló que, por el momento, se ha instalado la barrera en el parking más cercano a la playa, debido a la poca afluencia de gente. Sin embargo, en un par de semanas el control se trasladará al primer acceso a la playa. «Cuando el parking de abajo se llena, nos situamos más arriba, donde también hay otro parking», puntualizó la joven. De esta manera, aquellas personas que quieran acceder a algunas de las dos playas cuando todas las plazas de los aparcamientos estén completas deberán hacerlo por medio del transporte público de la línea L34 (Sant Antoni - Can Coix - Cala Salada), que estará operativa desde el 18 de mayo al 30 de septiembre. «Hay que aprovechar ahora para venir a Cala Saladeta porque después no la piso en todo el verano. Es imposible», señaló Teresa, una residente de la zona, que matiza que desde que está en marcha esta medida, las dos playas han quedado alejadas del día a día de los vecinos de Sant Antoni. «No sé en que momento pegó el boom pero cuando era niña podías venir a cualquier hora», puntualizó.
Únicamente estarán exentos del control de acceso los vecinos o trabajadores de la zona, clientes con reserva en el restaurante ubicado en Cala Salada, vehículos adaptados a personas con movilidad reducida así como motocicletas, taxis y bicicletas.