El Consell de Ibiza ha acogido este miércoles el debate sobre el estado de la isla, en el que el grave problema de la vivienda y la necesidad de cambiar el modelo turístico han sido los principales protagonistas. El presidente de la institución, el popular Vicent Marí, ha defendido las políticas adoptadas en lo que va de legislatura tanto por el Consell como por el Govern, mientras que los partidos de la oposición han mostrado sus dudas sobre los resultados de las mismas. Y eso que Vicent Marí ha puesto sobre la mesa la necesidad de abrir seriamente un debate sobre lo que ha llamado «la gestión de la crisis del éxito».
Sobre esta crisis, el presidente ha señalado que es necesario que en ese debate se implique toda la sociedad «con honestidad, con lealtad y con claridad». «Sin miedo y con firmeza», ha añadido, «porque solo así podremos avanzar hacia ese futuro que hemos de construir teniendo bien claro lo que queremos, para conseguir que sea posible».
Esta crisis del éxito afecta especialmente a los ciudadanos en lo que a la vivienda se refiere. Y, en este sentido, el presidente ha señalado que la crisis habitacional y el incremento de los precios condicionan «el día a día más inmediato de la isla» así como su futuro. En la actual situación, se hace necesario «controlar y revertir los impactos negativos y los desequilibrios que genera el turismo sobre el territorio y sobre la sociedad». Y es que, ha subrayado, Ibiza no puede ser una «isla de oportunidades» cuando parte de sus residentes han de vivir en «caravanas, tiendas de campaña y asentamientos». «No podemos crecer por encima de nuestras posibilidades», ha advertido el presidente, que ha propuesto «un gran pacto social que vele porque los beneficios del turismo reviertan en el bienestar de los residentes». Un pacto que, además, debe garantizar que en Ibiza «se pueda vivir de una manera digna y donde el crecimiento económico no sea sinónimo de precarización».
Este pacto tendrá como objetivos la vivienda y el empleo, buscando «la sostenibilidad social y económica necesarias para avanzar con éxito». Así, el Consell seguirá trabajando en el impulso de «medidas que faciliten que los pisos residenciales vuelvan al mercado del alquiler, que vuelvan a estar disponibles para las familias y los trabajadores». Así, con las medidas puestas en marcha por el Govern, los ayuntamientos y la institución insular, Marí cree que podrán salir al mercado unos 1.300 pisos en los próximos años.
En este objetivo es fundamental la lucha contra el intrusismo, cuya gestión en el Consell depende directamente del vicepresidente, Mariano Juan. Este ha explicado que la Oficina de Lucha contra el Intrusismo ha abierto solo en lo que va de año 216 expedientes por alquiler turístico ilegal. Además, la oficina ha logrado en los seis últimos meses recaudar 521.000 euros en sanciones, una cifra que supera al total registrado en 2023. Desde su creación en 2019 la oficina ha logrado cobrar un total de 2 millones de euros en multas por alquiler turístico ilegal.
Mariano Juan ha admitido que aún «queda mucho por hacer» pero ha destacado que los pasos que están dando tanto el Consell como el Govern balear en este sentido son seguros. «El enemigo está retrocediendo», ha asegurado el vicepresidente, que ha destacado medidas como el incremento de los recursos destinados a la lucha contra el intrusismo por parte del Consell, el acuerdo con el Govern para que fondos del impuesto de turismo sostenible se dediquen a este objetivo y la colaboración de los ayuntamientos.
Tanto Vicent Marí como Mariano Juan, por otro lado, han subrayado la importancia que tendrá la colaboración con la iniciativa privada para poder afrontar el problema de la falta de vivienda en la isla. En este sentido, el presidente ha recordado la lentitud con la que opera el Ibavi. «Al ritmo al que construye, necesitaríamos décadas», ha subrayado Marí para justificar la necesidad de activar otras alternativas que pasan por la implicación del sector privado.
El Gobierno insular, finalmente, ha defendido en esta primera parte del debate sobre el estado de la isla otras iniciativas como la necesidad de cambiar el modelo turístico para afrontar problemas como el de la masificación. Así, se ha puesto sobre la mesa la importancia de la iniciativa legislativa para la limitación de la entrada de vehículos en Ibiza, que ahora se tramita en el Parlament, o la diversificación con inversiones como la que se hará, vía impuesto de turismo sostenible, en la construcción de la segunda fase del Palacio de Congresos de Santa Eulària. Vicent Marí ha dejado claro que Ibiza puede morir de éxito si no abandona el modelo basado en la cantidad para trabajar por la calidad. El presidente se ha mostrado partidario de poner límites porque «Ibiza no puede crecer más si crecen las desigualdades». «El decrecimiento no es solo de plazas turísticas legales», ha añadido, «es la capacidad física y real. Esto va de población, de vehículos, de número de negocios, de turistas. Hace tiempo que decimos que el crecimiento económico basado en la cantidad no es el camino. El crecimiento tiene que ser de calidad turística, de calidad de empleo y de calidad de las condiciones de vida».
Para estos objetivos será fundamental la activación de los planes de intervención en el ámbito turístico (PIAT). Unos planes que, según ha señalado, por su parte, Mariano Juan, tendrán que servir para «reformar y enderezar» con la pretensión de «mantener el éxito y no morir de empacho».