Pepe Pérez (Utrera, 1957) es toda una institución en la ciudad de Ibiza. Artista, peluquero, activista vecinal… Pérez no ha parado y no para. Fundó en los años 80 la Asociación de Vecinos de Platja d'en Bossa, cuando allí faltaba de todo. Y en 2004, tras mudarse al barrio de Es Clot, hizo lo mismo con una zona de la ciudad de construcción entonces muy reciente y cuyas calles estaban, recuerda ahora, «muy desangeladas». En Platja d'en Bossa luchó por cosas tan básicas como el alumbrado público, las aceras o el alcantarillado. En Es Clot, cuando la asociación echó a andar, se marcó como objetivo darle vida al barrio. «Si hubiéramos fundado la asociación cinco años antes, la fuente del parque de la Paz no estaría».
— ¿Por qué?
— ¡Es un muerto aquí en medio! Al 90% de los vecinos no nos dice nada. Esto vino de rebote. Lo quitaron de Isidor Macabich cuando ya estaba hecha la estructura. Pero los vecinos de aquella zona lograron que la quitaran y el Ayuntamiento nos la trajo aquí porque nadie se enteraba ni sabía de qué iba.
—Era la fuente de la paz…
—Eso decían, pero se ha convertido en un conflicto. Es una cosa muy grande en una plaza relativamente pequeña. Esta plaza es mucho más pequeña que la de Bob Marley (Es Pratet). Allí podría tener algo de sentido. Cuando nosotros hacemos un evento aquí, tiene que ser un evento móvil porque, te pongas donde te pongas, pierdes de vista el escenario porque la fuente lo rompe todo. Si esa estructura estuviera en un rincón, estaría mejor. Yo no la desprecio porque da frescor a la plaza. Pero, como artista que soy, es una molestia.
—¿Y ningún alcalde ha accedido a quitarla?
—No, ninguno ha dicho nada de quitarla. Fue un gol que metieron al parque de la Paz porque no existíamos. Si hubiéramos existido o hubiéramos sabido lo que sabemos ahora, nos habríamos opuesto o hubiéramos hecho que la pusieran en otro lugar porque la plaza está inutilizada por la fuente. Ahora está previsto hacer un escenario fijo en un lateral del parque. Se pone ahí porque es el único punto desde el cual, hacia la calle, puedes aprovechar toda la grada. Pero si pones el escenario encarado hacia la plaza, no se ve nada. Está todo muy limitado.
—Ustedes, además, organizan muchas cosas en el parque.
—Pues sí: la zambomba rociera, las fiestas del barrio, los Reyes Magos, el Carnaval y el entierro de la sardina… Son actividades para las que hace falta mucho espacio porque viene muchísima gente de toda la ciudad.
—El próximo fin de semana Es Clot tiene su fiesta grande. ¿Qué significa esto para el barrio?
—Desde que se fundó la asociación celebramos el Sopar a la Fresca. Se trata de que nosotros, la directiva, montamos las mesas y cada uno se trae su comida de casa y compartimos. Este evento ha tenido mucho éxito desde el primer año. La gente se conoce en el Sopar a la Fresca. Uno de mis objetivos al crear la asociación fue que la gente del vecindario se conociera. Yo vengo de Utrera y allí, en mi barrio, si un niño tenía fiebre, lo sabía todo el mundo. Aquí, vas en el ascensor, y miras hacia abajo. Eso es lo que hemos intentado siempre con el Sopar a la Fresca, que la gente se conozca, que tengan relación, sentados en una mesa con gente que nunca has visto y con la que compartes tu tortilla con su gazpacho.
—¿Qué me puede contar del programa?
—El plato fuerte serán los niños, como cada año. Haremos la fiesta de la espuma, que concentra a muchos niños de muchos países. Sobre todo, sudamericanos, familias que han venido aquí a trabajar y han tenido aquí a sus hijos.
—Es Clot es un ejemplo de multiculturalidad. ¿Le gustaría que se integraran en la asociación y aportaran otras ideas?
—Claro que sí. Pero es verdad que ellos vienen a hacer actividades y ven que somos una asociación muy sencilla, sin ánimo de lucro y puede que se sientan un poco desplazados. Y eso no es verdad. En la asociación hay gente de media España, pero no tenemos a nadie que no sea español.
—Es curioso que no participen.
—Sí, es verdad. Aquí ahora mismo tenemos dos bares nuevos, uno de Colombia y otro de Ecuador. Y veo que los colombianos van al de Colombia y los ecuatorianos al de Ecuador.
—¿Usted sabe que los españoles al emigrar lo primero que buscamos es la Casa de España?
—Pues sí. Yo estuve en Marruecos de viaje y también fue lo primero que busqué (risas). Nos pasa a todos. Pero es verdad que nos gustaría que ellos también entraran en la asociación. El otro día hicimos el evento de Peluqueros Solidarios a beneficio de Adif y participaron. Vino gente de varios países americanos a cortarse el pelo y a colaborar. Pero, mire, aquí en el barrio tenemos a Omar de la Cruz, un chaval que la madre es de Rute y el padre es de República Dominicana. Yo le hice el reportaje de fotos de la comunión y resulta que ahora va a los Juegos Olímpicos y va a jugar con un equipo de la primera división de Colombia.
—¿Cómo se organizan estas fiestas?
—Yo tengo ya 20 años de experiencia y mi directiva confía en mí. Pero lo más complicado es que hay que empezar a contratar a los grupos que actúan en enero. La actividad en Ibiza se concentra en julio y agosto, afortunadamente. Y hay que empezar a contratar en enero. Lo segundo más difícil es que cada año queremos innovar con la decoración. Pero casi todo viene rodado porque sabemos lo que queremos.
—¿Qué es lo que más preocupa a su asociación ahora mismo?
—Nos preocupa la limpieza, aunque se ha arreglado un poquito (Pérez pronuncia estas palabras mientras estamos sentados en el anfiteatro del parque, lleno de restos del último botellón). Nos preocupa también la inseguridad en el parque. Yo no he visto personalmente altercados pero sí me lo dicen los vecinos. Ya ve cómo están las gradas. Aquí se hacen botellones y los vecinos no se atreven a decirles nada por si responden. Lo que hay en las gradas no es por los pájaros.
—¿Sucede a diario?
—Va por días. Lo que está claro es que son insolidarios porque, si haces botellón, recoge al menos las cosas. El Ayuntamiento dejó de ponernos el Belén sobre el estanque en Navidad porque una vez le cortaron la cabeza a San José y otro año tiraron al Niño Jesús a un contenedor de basura. También le metieron fuego al Belén. No sé si valía la pena sufrir tanto. Esto sucedió al principio de la legislatura de Rafa Ruiz y tuvieron que dejar de ponerlo. Lo ponen en la entrada del Mercat Nou. En el lago estaba muy bonito, pero imagine cuando amanecimos con la cabeza de San José flotando en el agua… Yo no sé si lo hacen por disfrute o por vandalismo. Nunca se supo quiénes lo habían hecho. Yo creo que esto no tiene que ver con la religión. Es un vandalismo raro, por descontento… Alguno puede pensar que son musulmanes y no lo creo. Yo he estado allí, en Marruecos y en Siria, y uno se adapta.
—El incivismo no tiene nacionalidad.
—Sí, eso está claro.
—La presidenta de la AAVV de Es Pratet, Carmen Cárcel, dice que ella tiene como objetivo que los propios vecinos llamen la atención a los incívicos. ¿Qué le parece?
—Aquí es muy difícil. Mire, ahí hay una parte con césped para los niños y hace poco había un pastor alemán y el dueño estaba esperando a que hiciera sus necesidades. Yo le dije que esperaba que lo recogiera porque mis nietos vienen aquí a jugar y su respuesta fue «pues que no vengan». ¿Quiere que me enfrente a alguien así? Es imposible.
—Hay situaciones en las que no es posible.
—Es que es eso. Hace poco, en una de nuestras fiestas nos pusieron unas barreras en la fuente para impedir el acceso al agua. Los niños se metían en la fuente y ahí está el motor que impulsa el agua y hay una serie de cables. Le llamé la atención a uno y salió el padre a decirme que me iba a cortar el cuello. Al final, llamé al 092 y ya se encargó la policía de sacarlo de ahí. El niño sabía perfectamente lo que estaba haciendo y ahí estaba. Nosotros poníamos unas vallas rojas y unos carteles alertando sobre los cables y diciendo que no era agua apta para el baño. Y ya ve, el padre me dijo que me iba a cortar el cuello si le prohibía al niño entrar.
—Si todo va según lo previsto, en algún momento de este mandato se hará el nuevo mercado en esta zona. ¿Saben algo del proyecto? ¿Cómo les gustaría que fuera?
—La verdad es que de este tema nos tienen muy poco informados. Dijeron que harían el mercado y luego han puesto el mausoleo romano y se va a hacer el escenario. Si van ocupando parte del parque, es que la intención es hacerlo en otro sitio. Parece que será en las pistas de tenis y eso no afecta en absoluto al parque. Mi carnicero dice que es una faena que les trasladen a otro sitio de forma provisional porque tienen que llevarse la maquinaria y luego eso no les servirá en el sitio definitivo. Por otro lado, el club de tenis está muy a gusto en el centro de la ciudad y no quieren que los trasladen a Can Misses. Ahora las familias tendrán que llevarlos en coche hasta que el cinturón se convierta en una avenida. Somos dos barrios separados por una carretera.
—¿Y del proyecto de la reconversión de la E10 tienen información?
—Se está viendo ahora mucha obra ahí y creemos que va todo adelante. Pero yo llevo 20 años en la asociación y ya cuando Xico Tarrés estaba en la alcaldía se hablaba de esto. El problema es que nadie se pone de acuerdo. Es una carretera del Consell que tiene que pasar al Ayuntamiento para ser una avenida.
—Van a estar ustedes rodeados de obras porque también se va a remodelar la avenida de España. Y el año pasado les afectó de lleno la reforma de Isidor Macabich.
—Sí, encima por culpa de las obras de Macabich hay que remodelar ahora la calle Aragón porque se deterioró mucho al recibir todo el tráfico. Está en proyecto hacer esto pero es una obra menor porque, de hecho, es solo el tema del asfalto. Será rápido.
—El parque de la Paz es el centro del barrio. ¿En qué condiciones está ahora?
—Afortunadamente, cada día más bonito. Pero acabamos de pedir al Ayuntamiento que solucione el problema de los árboles y las farolas. Los árboles son invasivos y tapan la luz. La verdad es que han venido estos días a podar algunos. También hemos pedido que mejoren la limpieza en el parque y en el anfiteatro, que lo limpien y le den un pasadita de pintura para las fiestas. Piense que tenemos a Canallas del Guateke, que viene muchísima gente a verlos. Y, además, actuará Adelfa 5, que es un grupo de rocieros que conocen todos los andaluces de la isla. Ellos venían cada año a amenizar la misa y el camino cuando hacíamos el Rocío en Salinas. Además, la Hermandad Rociera está preparando ya sus trajes y habrá premios a los mejores bailarines y a los mejores trajes. No habrá concurso, será un jurado oculto que me dará a mí un veredicto.
—Hace un par de años había mucha preocupación por la situación de los patos. ¿Cómo están ahora?
—Pues, como se suele decir, parió la pata (risas). Hay más patos pero también ha venido gente intentando cazarlos. Yo personalmente se lo impedí. No sé qué daño les hacen estos animales porque son patos mudos, no hacen ruido. Hay cada vez más y ahora están muy bien. Hemos sugerido al Ayuntamiento, además, que esterilicen a las palomas porque son unos animales muy invasivos. Hay vecinos que no pueden ni colgar la ropa por su culpa. El Ayuntamiento tiene un departamento que se ocupa pero a un operario lo ha agredido algún animalista.
—¿Animalistas agrediendo a los que se ocupan de las palomas?
—Sí, eso me han dicho. Viene personal del Ayuntamiento que da de comer a las palomas un producto que las esteriliza. Si hay muchas, las cazan y se las llevan. Y parece que a alguien eso no le ha gustado. Pero no se ha matado a las palomas. Esto es un espacio pequeño y había muchísimas palomas. Recuerde que en otra entrevista que me hizo usted no podíamos ni sentarnos en los bancos.
—Están ustedes entretenidos con los animales.
—Tenemos suerte de que han desaparecido las ratas. En el medievo, cuando mataron a los gatos, llegó la peste por las ratas. Aquí ha sido lo contrario. Han llegado dos o tres gatos encantadores, que tienen aquí su casa, y con ellos han desaparecido las ratas.
—La limpieza es uno de los problemas que más preocupa a los residentes de Vila. ¿Cómo está la situación en Es Clot?
—Ha ido a mejor, la verdad. Vienen los barrenderos los fines de semana, que antes no venían. Y lo mismo por las tardes. Limpian los contenedores. Veo una actividad más frecuente que hace unos años, cuando los fines de semana tenías el botellón y había que esperar al lunes a que recogieran la mierda que dejaban aquí. Yo no estoy en contra del botellón y entiendo que los chavales lo hagan, pero tienen que recoger la basura, ser un poco cívicos.
—¿Y qué tal la relación con el actual Gobierno municipal?
—Bien, bien. Nuestra concejal de barrio es Blanca Hernández. Ella me conoció cuando era una niña, en los primeros rocíos, y ahora es una señora ya con hijos. La verdad es que, en cuanto empezaron, pedimos que subieran los toldos del velador un metro porque alguien los rajaba. Llevábamos años pidiéndoselo al Ayuntamiento y no nos hacían caso. Hicimos dos solicitudes: los toldos más altos y un escenario fijo. Los toldos para que dejaran de cortarlos y el escenario para que nuestros bailarines, que son 50, pudieran ensayar y actuar. Ahora tenemos que pedir el gimnasio al colegio de Sa Bodega para poder hacer cosas. Pero, con un escenario fijo, nuestros bailarines podrán ensayar. Todos los barrios tienen un escenario fijo de obra y algunos no lo usan. En Sa Colomina tienen dos escenarios y no los usan porque no hay asociación. En nuestra asociación tenemos un local muy pequeño, con 20 metros de escenario y 50 bailarines. Físicamente, no cabemos. Con el escenario fijo, podremos ensayar al aire libre. Eso nos sirve mucho. Un bailarín tiene que quitarse de delante del espejo, que es muy adictivo. En el escenario no tienes espejo y te tienes que buscar las habichuelas.
—Para acabar, ¿cuáles son los próximos retos de la asociación?
—Pues se nos dijo que nos cambiarían de local. Esto nos lo han dicho desde hace años. Como le decía, nuestro local es muy pequeño y solo puede hacerse una actividad a la vez de las muchas que tenemos. Si están los de guitarra no pueden estar los de baile ni las de costura. Si están los de baile, no pueden estar los de informática. No podemos hacer dos actividades al mismo tiempo. Además, tenemos muchísimo material de decoración para las fiestas. Si conseguimos dos o tres salas, sería fantástico porque así tendríamos espacio para todos. De todos modos, mi proyecto más grande sería encontrar un nuevo presidente (risas). No es por cansancio, ni mucho menos. Pero hay que renovar savia. No podemos ser como los norteamericanos, que van a escoger entre dos momias (risas).