Un año más, el barrio de la Marina se vistió de gala este martes para celebrar la fiesta de su patrón: San Salvador. Entre las actividades organizadas no faltó la misa solemne, una procesión por las calles de la zona y el 'ball pagès' a los pies del obelisco dedicado a los corsarios. Al igual que el pasado año, durante la celebración religiosa la espada del marino Riquer presidió el oficio desde el altar.
El obispo Vicent Ribas, entre otros asuntos, aprovechó su homilía para cargar duramente contra determinadas ideologías y, más en concreto, contra la «blasfemia» mostrada durante la inauguración de las Olimpiadas de París, «un ataque contra lo más sagrado de todos los cristianos, que es la Eucaristía».
«Nos piden a todos respeto, pues que respeten», espetó. Ribas también cargó contra aquellos que utilizan imágenes de mujeres vestidas de virgen para promocionar determinados eventos, preguntándose si es «realmente necesario».
Finalizada la misa, la procesión recorrió algunas calles del barrio hasta el monumento a los corsarios. A sus pies, y tras un breve responso y una ofrenda, el alcalde Rafa Triguero destacó que los corsarios son «figuras esenciales en la historia de nuestra isla y, especialmente, de nuestra ciudad». Estos personajes, según añadió, contribuyeron a construir la identidad «de lo que hoy somos como pueblo», no siendo únicamente hombres del mar, sino «defensores de nuestra tierra».
Triguero dedicó también unas palabras a la Marina que celebraba este martes la festividad de San Salvador. El alcalde se comprometió a dar un impulso a la zona y facilitar que los ciudadanos de Ibiza puedan vivir en este barrio y puedan disfrutarlo. También dedicó unas palabras a Pere Vilàs, Medalla de Oro de la Ciudad de Ibiza, resaltando a su vez datos históricos sobre el corsario Antoni Riquer.
La jornada finalizó en el Casino des Moll con una conferencia sobre corsarismo y la presentación de la segunda edición del libro 'Los corsarios ibicencos de los siglos XVIII y XIX' de Pere Vilàs.
Obelisco
Fue un joven Isidor Macabich quien a comienzos del pasado siglo propuso conmemorar el centenario de la captura del barco inglés 'Felicity' con la construcción de un monumento. En el libro 'Corsaris', Fanny Tur relata cómo después el alcalde de Ibiza, Bartomeu de Roselló, impulsó una comisión para organizar toda una serie de actividades destinadas a recordar aquel histórico episodio. Así, se optó por construir un obelisco.
El 1 de junio de 1906, justo el día en que se cumplían 100 años de la batalla, se colocaba la primera piedra del monumento, aunque las obras no empezarían hasta 1914. Finalmente, el 6 de agosto de 1915 fue inaugurado el obelisco a los corsarios. El próximo año se conmemorarán sus 110 años de existencia.