La sección del Batallón Filipinas del Regimiento de Infantería Palma 47 continúa su entrenamiento en Ibiza, donde está pasando una semana realizando diversas actividades. Una cita que ya se ha convertido en habitual cada verano en la isla y cuyo objetivo es ofrecer presencia, vigilancia y disuasión. «Queremos darnos a conocer a la población civil, ofreciendo seguridad ciudadana, además de establecer puntos de control y reconocimientos para preservar la integridad territorial», explicó el teniente Gallego.
En total son cerca de una treintena de militares junto a mecánicos para los 10 vehículos reglamentarios y cocineros, quienes se hospedarán hasta el próximo lunes 26 de agosto en las instalaciones del antiguo acuartelamiento de sa Coma.
En este sentido, Gallego aseguró a Periódico de Ibiza y Formentera que, aunque el principal cometido es fomentar la cercanía del ejército a la población mediante patrullas motorizadas por los distintos municipios de Ibiza, también es habitual realizar tareas de atención prehospitalaria. «En este despliegue en Ibiza aprovechamos para reforzar todas aquellas maniobras salvadoras de vida. Los militares, al trabajar siempre en zonas aisladas, no tenemos tan fácil acceso a que un facultativo militar o civil llegue hasta nuestra zona», aclaró el sargento Sevilla, quien en esta ocasión se encuentra al mando de formación prehospitalaria. Tal y como explicó el sargento, desde hace un tiempo la formación en sanidad táctica es fundamental para evitar la mayoría de bajas en combate.
Asimismo, otro de los talleres al que los soldados se enfrentarán estos día son los Cuidados Tácticos de Baja en Combate para todo Tipo de Interviniente (TCCC). En esta ocasión, el pelotón estuvo instruyéndose en la atención a un herido en combate donde hay un enemigo que no está siendo percibido por el soldado, un rescatador y una víctima que no puede rescatarse. «En este ejercicio fomentamos que el rescatador acuda al sitio más peligroso, donde se ha producido el disparo, y lo rescate con total seguridad», afirmó el sargento Sevilla.
En este ejercicio, el primer paso por parte del rescatador es intentar contactar con el compañero herido para asegurarse de que está consciente y, si se diese el caso, que pueda desplazarse hasta el lugar del rescatador para no exponerse al enemigo. «Si esto no resulta efectivo, el rescatador debe acudir a la zona más peligrosa del mundo que le llamamos la X o zona caliente», continua Sevilla. «Tras ello, es fundamental pedir apoyo a un compañero y empezar a desplazarse con seguridad es decir, abriendo fuego cuando sea necesario para protegerse. Hasta que no se encuentre con el herido no puede abandonar su fusil», puntualizó. Al llegar al herido, la primera maniobra que debe realizarse es la preparación y colocación de la baja, es decir, levantar y trasladar al compañero. En el caso de que tuviese que abandonar al compañero es importante dejarlo en posición lateral de seguridad, dejando al herido con las vías aéreas permeables.
El sargento Sevilla y los soldados Gómez y Montilla, todos ellos parte de la sección que se ha desplazado a Ibiza estos días, fueron los tres militares que lograron evacuar la isla de Cabrera el pasado 14 de agosto tras el temporal de la DANA. En la isla, que es de presencia militar, el temporal se presentó de manera repentina y causó que los tres militares lograsen salvar a 61 civiles. «Con soldado Gómez organizamos la evacuación directa de playa a coche; eran 61 personas. Los que mas dinámicos vi los mandé al barco y al resto les metimos en el vehículo donde soldado Gomez lo transportó al embarcadero donde aguardaba el soldado Montilla», contó el sargento Sevilla.
Además, un pequeño velero con una pareja y su hija que se encontraba cerca del barco avisaron a los soldados porque el capitán, el padre, perdió ligeramente el control. «Nos acercamos y la madre nos dijo que llevármos a su hija a puerto. Ella decidió soltar a su hija al mar y el soldado Gómez entró al mar y sacó a la menor con el temporal que había, desde unos 50 o metros de la orilla. La metimos en el vehículo porque tenia síntomas previos de hipotermia», concluyó el sargento Sevilla.