Un agente de la Guardia Civil con chaleco de intervención selecciona qué vehículos serán inmovilizados para su registro mientras otros dos agentes sujetan una cadena de pinchos para evitar la huida de coches. Paralelamente un perro policía se prepara para detectar droga a través de su alta capacidad olfativa. En total, cerca de una decena de agentes del Grupo de Reserva y Seguridad (GRS) formaron parte ayer del control preventivo instalado en la rotonda de la carretera de Platja d’en Bossa para identificar posibles turismos robados o la presencia de conductores ilegales. «En los controles hay una persona que hace la selección. Este agente, que suele ser el mismo, tiene mucha experiencia y determina su elección según cómo se comporta la gente y cómo reaccionan ante su presencia», destacó ayer el cabo Paco Molina, portavoz de comunicación de la Guardia Civil en Baleares. En esta misma línea destacó que hay varios agentes que suelen portar cadenas con pinchos por si hay coches seleccionados para su inmovilización que deciden huir.
«También tenemos coches preparados para la persecución por si fallan las cadenas», agregó, mientras el agente con chaleco de intervención solicitó la paralización de varias motos que llegaban a la rotonda. Fue entonces cuando la unidad canina se acercó a los conductores para oler las prendas de ropa y el interior de las guanteras. En un momento dado este perro policía se quedó inmóvil, sobre dos patas, mirando fijamente a uno de los conductores. «El perro ha marcado el lugar; puede que esta persona sea consumidora o que lleve encima droga», explicaba Paco Molina, mientras otro agente le practicaba al conductor de la moto el registro corporal externo. Durante este cacheo el perro policía recibió de parte de una guardia civil un premio en forma de juguete.
Registros rápidos
Una recompensa que, según Molina, estas unidades caninas relacionan con la detección de droga. En este sentido, aclaró que este tipo de controles aleatorios tienen que ser rápidos para que sean efectivos. Además, explicó que hay grupos de WhatsApp dedicados a informar sobre estos registros para que los conductores intenten evitar estos controles de vigilancia. Este registro contó con varios agentes del GRS bien equipados. Sin ir más lejos, uno de los agentes de este operativo explicó a este medio en qué consistía el material especializado que conlleva esta unidad. «Portamos un chaleco balístico y disponemos de varios cargadores de repuesto. En el vehículo tenemos un compañero dotado con arma de fuego larga y todos estamos dotados de un fusil que nos han dado recientemente este año. Además, en el vehículo también llevamos material especializado por si hubiese problemas de mayor calibre como son los cascos balísticos y placas balísticas. Este material se añadiría al chaleco por si hubiese cualquier tipo de atentado súbito o algo similar», subrayó este agente durante el control. También añadió que este material está especializado en el control de masas con un chaleco acolchado para evitar los golpes, una defensa de goma, espinilleras y un casco de protección por si fuera necesario. «Nuestra especialidad contempla este material específico», precisó este agente del GRS.
Operación de alto impacto
Cabe recordar que estos profesionales son refuerzos de la Guardia Civil que se han desplazado desde la Península a Ibiza durante la temporada estival para llevar a cabo la operación de Alto Impacto Zulú Bravo en la isla por segundo año consecutivo. En este sentido, según Molina, estos agentes refuerzan todos los servicios de la Benemérita con unidades de élite con el objetivo de controlar aquellas zonas turísticas más complicadas que requieren una mayor atención y una rápida actuación ante los delitos cometidos. Al preguntarle por estos puntos más conflictivos, el portavoz de comunicación de la Guardia Civil en Baleares, precisó que se está incidiendo mucho en los puertos de la isla, en el aeropuerto de Ibiza y en Sant Antoni. Y, para ello, se ha contado este verano también, además de con el Grupo de Reserva y Seguridad, con el Grupo de Acción Rápida (GAR), especialistas en Policía Judicial, policías caninos y agentes de otras especialidades.
Durante todo este tiempo, agregó, se han realizado numerosos controles de carretera en toda la isla y se están llevando a cabo operaciones contra la delincuencia organizada. «Hemos desarticulado en Ibiza tres bandas organizadas que se dedicaban a sustraer relojes de alta gama en zonas concurridas», manifestó, haciendo hincapié también en las detenciones registradas por estas unidades en los puertos y el aeropuerto de la isla en relación al robo de móviles de alta gama sustraídos de forma ilícita. Hay que señalar que antes de instalar el operativo en la rotonda de la carretera de Platja d’en Bossa, primero habilitaron un control en el aeropuerto con varios de estos agentes «Estas unidades están para prevenir y evitar que se cometan esta clase de delitos», puntualizó Molina.
No obstante, no quiso adelantar el balance de criminalidad durante estas semanas de trabajo. Lo que sí adelantó a Periódico de Ibiza y Formentera fue el aumento de robos en la isla en las zonas turísticas con mayor afluencia. Además, según subrayó un agente, la presencia de estas unidades en la isla provoca una sensación de seguridad entre los vecinos y visitantes. No obstante, en relación a los turistas, dejó claro que hay visitantes que vienen a disfrutar de sus vacaciones, pero hay otros que utilizan el turismo para delinquir y robar. «Hay bastante delitos de robo por parte de extranjeros que vienen a la isla en verano», puntualizó este agente, minutos antes de desplazarse a Sant Antoni e implantar otro control de vigilancia.