Elisa Roselló (Ibiza, 1977) es la presidenta de la Asociación de Comerciantes de la Marina. Una entidad que lleva años luchando con el objetivo de que el Ayuntamiento de Eivissa refuerce la presencia policial en este barrio durante todo el año. Bajo esta premisa, esta entidad se reunirá con representantes del Consistorio en septiembre para poder abordar esta situación. No obstante, pese a la disputa con arma blanca ocurrida hace una semana, Elisa Roselló señala que el barrio no es peligroso. Respecto al balance de las ventas durante esta temporada, la presidenta de esta asociación explica que se ha reducido la facturación como consecuencia de varios factores. Entre ellos, la expansión del turismo y los elevados precios de otros sectores turísticos.
—Hace justo una semana se vivió en la Marina la pelea con disparos de fogueo que conmocionó al barrio, ¿cómo vivieron este suceso los comerciantes de la zona?
—He podido hablar con los comerciantes de la zona y todos vivieron este altercado con un poco de estupor porque nunca había sucedido nada de esta magnitud. A veces sí que han habido peleas porque es una zona turística y es inevitable que pasen estas cosas, pero un altercado con cuchillos y armas detonadoras nunca había ocurrido. Esto provocó que la gente empezara realmente a preocuparse más que en otras situaciones en las que no intervinieron armas blancas ni de fogueo porque son elementos a tener muy en cuenta. Es por eso que la gente de la zona vivió el suceso con mucho miedo e intranquilidad. Además, le otorga al barrio una imagen que no es real, ya que no suelen pasar este tipo de altercados.
—La resolución judicial estableció la libertad provisional para los cinco detenidos y se creó cierto alarmismo entre los vecinos.
—Yo entiendo que se haya creado una alarma social, es normal. Creo que el elemento diferenciador de esta alarma respecto a otras veces es que se haya producido este suceso con arma blanca y con arma de fogueo. En cuanto a la puesta en libertad, te explico, pero lo hago de manera general porque no he tenido acceso a las actuaciones judiciales. Para que se acuerde una medida cautelar de prisión provisional tras un altercado de estas características se requieren una serie de requisitos legales y de instrumentalidad e idoneidad que entiendo que el juez, después de una debida y cuidada ponderación, ha estimado que no se cumplían y por ello no se ha acordado tal medida, que es la más gravosa de las medidas cautelares que se pueden adoptar. Pero ello no implica que se pueda haber acordado una medida cautelar de libertad provisional lo cual implicaría que en caso de no cumplir una serie de condicionantes, tales como por ejemplo, acudir a firmar al Juzgado periódicamente, o la prohibición de volver a delinquir, no se pueda revocar y provocar un ingreso en prisión.
—Este suceso volvió a poner el foco en la Marina y la inseguridad en el barrio, incluso los propios comerciantes exigieron aumentar la presencia policial y cámaras de vigilancia.los comerciantes de la zona?
—A los comerciantes nos preocupa mucho la seguridad del barrio y de la gente que vive en la Marina, pero afortunadamente no es una zona peligrosa. No obstante, es verdad que desde hace tiempo llevamos solicitando esta presencia policial durante el año. En verano nos gustaría que hubiese más patrullas a pie -tanto agentes locales como nacionales- así como un policía de barrio que esté siempre en la zona. También reclamamos esta presencia policial en invierno porque en esta época el barrio queda mucho más desierto debido al cierre de los locales. Son peticiones que venimos reiterando desde la Asociación de Comerciantes de la Marina al Ayuntamiento de Eivissa.
—Ante estas exigencias, ¿cuál es la respuesta del Consistorio?
—La mayoría de las veces nos responden que no hay efectivos para poder cubrir de forma fija este barrio, especialmente en verano, ya que los agentes suelen cubrir delitos como robos o peleas en otras zonas de Vila. Esto es lo que nos explican, pero desde la asociación no conocemos exactamente el origen del problema; no sabemos si es que no hay suficientes plazas convocadas o si es consecuencia del gran problema de acceso a la vivienda, que también afecta a los funcionarios. Lo que sí sabemos es que esta falta de efectivos no puede afectar al ciudadano y es un asunto que se tiene que resolver rápidamente desde las administraciones porque lo que más le preocupa a cualquier ciudadano es poder estar seguro en su propio barrio.
—¿Qué soluciones viables se contemplan desde la asociación en este sentido?
—Desde la entidad somos conscientes de que los agentes no quieren venir a Ibiza por el problema de la vivienda y los que vienen piden el traslado a otra ciudad enseguida. Por este motivo, creemos que esta falta de accesibilidad a un inmueble se podría solventar con más viviendas sociales o con una cesión de pisos a policías. También se deberían convocar más plazas tanto fijas como temporales; maneras de solventar la falta de efectivos hay. Sin ir más lejos, después de la pelea con disparos de fogueo que ocurrió en la Marina, hemos estado hablando con los comerciantes y vamos a solicitar reuniones con el Consistorio y con la Policía Nacional para ver cómo podemos abordar este asunto porque la gente, tras lo ocurrido, está preocupada pese a no ser un barrio peligroso. Además, también queremos tratar el tema de la instalación de cámaras con la Policía Nacional.
—Algunos comerciantes del barrio sí destacaron la inseguridad que sienten en la zona debido a la presencia de yonquis y personas sin hogar.
—Es verdad que es un barrio con zonas cercanas complicadas en el que históricamente se han llevado a cabo ventas de tóxicos y, claro, es un gran problema. Este tipo de situaciones que se repiten requieren de presencia policial. En invierno, como decía, cierran los negocios y la gente que vive en la Marina se puede sentir más insegura. En verano es cuando se multiplica la gente que visita el barrio y las probabilidades de vivir peleas aumentan porque se junta mucha gente. Por este motivo necesitamos esta implementación policial.
—¿Es habitual vivir en la Marina disputas entre bandas o robos a comerciantes?
—Para nada. Por eso insisto en que no es un barrio inseguro ni peligroso, pero estamos en un momento en el que estamos sufriendo una gran problemática social en la isla agravada por la falta de recursos policiales que provoca, entre otros factores, el problema de la vivienda.
—¿Qué otras reivindicaciones trasladarán al Ayuntamiento de Eivissa en las próximas reuniones?
—La limpieza es verdad que es una de nuestra reivindicaciones. Es cierto que durante el invierno ha mejorado, pero en verano volvemos a lo mismo debido al incremento de personas que hay en la Marina. El servicio de limpieza debería ampliar el número de servicios en la zona porque en verano hay más residuos en los contenedores y es necesario un refuerzo de limpieza. Es verdad que ahora han puesto carteles en todos los contenedores con los horarios de recogida de basura y con los horarios que contemplan la tirada de residuos por parte de los negocios. Además, los containers metálicos albergan unas pegatinas verdes visibles con el tipo de basura que pueden tirar según los horarios. Esta medida señalizada fue una petición de los comerciantes al Ayuntamiento de Eivissa.
—¿Cómo es la relación de la entidad con el Consistorio?
—Estamos empezando a andar con este nuevo Consistorio, pero la relación es buena y fluida, y hay contacto directo. Es cierto que quedan muchos asuntos por resolver, pero la Marina es como una casa de campo, no te la acabas nunca. Ahora cuando acabe la temporada, que todos los comerciantes, vocales y miembros de la Junta estarán más tranquilos, empezaremos otra ronda de reuniones que comenzará el día 17 de septiembre.
—Finalmente sa Peixateria no será un mercado sino un centro cultural, ¿cuál es la posición que adopta esta asociación en relación a este proyecto?
—Tengo que decirte que en relación a esta cuestión los comerciantes de la Marina están divididos. Sí que me consta que las personas que viven en el barrio quieren un supermercado, que me parece muy lógico. De hecho, yo particularmente también lo habría querido. Sin embargo, desde la asociación hicimos una encuesta a pie de calle y se registró aproximadamente un 50 % de comerciantes que quería la instalación de un centro cultural mientras que el otro 50 % quería que hubiese un supermercado. También se propuso hacer una zona mixta que albergase una zona polivalente y una zona de alimentación y otros productos necesarios. Entonces, como la opinión está dividida, nosotros como asociación no nos podemos posicionar. En mi caso yo preferiría que hubiese un sitio para ir a hacer la compra, porque si bien hay algún colmado y por supuesto está el Mercat Vell, en la zona de la Marina falta un negocio de este tipo donde comprar toda la variedad de productos de alimentación, limpieza, etc., que necesita un hogar para abastecerse.
—Este mercado hubiese ayudado a revitalizar la zona en invierno.
—Sí, porque este barrio no sólo es una zona de comercios. También hay mucha gente que vive todo el año y quiere hacer la compra en el barrio, y no tener que desplazarse a otros rincones de la isla.
—A estas alturas de la temporada, ¿qué balance de ventas se ha registrado por parte de los comerciantes de la Marina?
—La verdad es que este año, como el anterior, han sido un poco regulares. Vas al barrio y ves a gente en el puerto, cenando y comprando, pero si comparamos las ventas con la facturación de hace años el balance registrado es regular porque ahora competimos con otras zonas turísticas de la isla cercanas al puerto. Por ejemplo, está Platja d’en Bossa y ses Figueretes. Los turistas que están alojados en estos lugares tienen la opción de quedarse todo el día en esta zona; pueden empezar la mañana desayunando, luego se van a un beach club y terminan en una discoteca; todo este ocio es una competencia para nosotros. Además, ya no llegan barcos de pasajeros al puerto de Ibiza debido al nuevo muelle de atraque, excepto las barcas de Formentera pero que tampoco están en la zona des Martell del Puerto de Ibiza que es donde se encontraban antes, por lo tanto, ya no tienes a esa gente que tiene que hacer la compra de última hora antes de embarcar.
—¿Qué otros factores son responsables de esta caída en las ventas?, ¿los elevados precios de otros sectores turísticos influyen?
—Sí, consideramos que otro factor son los precios de Ibiza, ya que son muy elevados. Estamos perdiendo ese turismo familiar que se gastaba más dinero. Ahora también padecemos los precios del alojamiento porque estas cantidades repercuten en todos los demás comercios. Si eres una familia que va mirando el sueldo o el presupuesto para las vacaciones estarás menos días o te gastarás menos dinero en otras cosas. Por lo tanto, esta caída en las ventas tiene que ver con este turismo más repartido y, por otro lado, con la subida de los precios. Yo recuerdo hace ocho o nueve años que en la Marina se cerraba tranquilamente a las 2.30 horas de la madrugada, ahora se cierra antes.
—¿En qué porcentaje se han reducido las ventas en la Marina?
—Pues si comparamos las ventas con años anteriores, hace una década por ejemplo, se ha reducido la facturación en el barrio hasta un 40 %. Creo que todos seguimos teniendo en la mente aquella Ibiza de hace quince años donde no cabía un turista en esta zona, pero creo que esa época ya no volverá porque el modelo ha cambiado y ahora el turismo se ha dispersado demasiado con varias zonas para elegir. Al final es una evolución lógica y todo el mundo va teniendo sus espacios.
—¿De qué manera la Marina quiere revitalizar este espacio?
—Queremos ir preparando ya los eventos que hemos pensado para octubre, Navidad y los actos que celebraremos a principios de la temporada que viene. Este año, por ejemplo, nos gustaría volver a festejar un evento similar al celebrado en 2023 con el aniversario de los 150 años del Mercat Vell de Ibiza, que fue un éxito porque vino muchísima gente. Se hicieron muestras de artesanía, jornadas de panellets y una flower, y contamos con mucha ayuda por parte del Ayuntamiento de Eivissa. Luego en Navidad haremos algún mercadillo y para primavera nos gustaría celebrar algún concierto o muestra de fotografía o pintura antes de que empiece la temporada. Nosotros lo que queremos es que haya gente todo el año porque a muchos comercios les gustaría poder abrir todo el año. Además, no dejamos de reivindicar que el barrio es de todos y para todos y, por supuesto, para todo el año.