Un año más, el Ayuntamiento de Sant Antoni ha puesto en marcha la Unidad Territorial de Playas de la Policía Local, creada hace tres años y compuesta por cuatro agentes encargados de vigilar y controlar la zona costera del municipio en pequeños delitos y venta ambulante.
Esta iniciativa empezó a funcionar en el verano de 2021 desde Es Pouet hasta las playas de Cala Gració y Cala Saladeta, brindando más seguridad a residentes y turistas que visitan Sant Antoni. El horario en el que desarrollarán su actividad será de 11.00 horas a 20.00 horas, la franja horaria que más se adapta a las horas de uso de las playas. «Esta unidad hace un trabajo extraordinario en todas las zona del litoral, tanto en playas urbanas y no urbanas», señaló Neus Mateu, concejala de Seguridad Ciudadana del municipio portmanyí.
En ese sentido, Mateu incidió en los objetivos que realizan los cuatro agentes que forman las dos patrullas de dicha unidad. Primeramente, atender a turistas de la calle y dar respuesta a hoteleros y comerciantes de la zona. En segundo lugar, controlar la venta ambulante de las playas de Sant Antoni, una problemática que se ha visto disminuida año tras año gracias a esta iniciativa. «En esta tercera temporada seguimos cumpliendo nuestro objetivo y hemos conseguido que en playas como Cala Saladeta esté prácticamente erradicada la venta ambulante», afirmó la concejala.
Según ha confirmado Mateu, estos buenos resultados se manifiestan en las denuncias por ventas ambulantes de esta temporada: tan solo 65 denuncias frente a las 147 con las que se saldó la temporada estival el año pasado. Un hecho que, como señala la concejala, «es muy positivo porque significa que los vendedores están yéndose de las playas de Sant Antoni».
Uno de los motivos de estos datos es, sin duda, la puesta en marcha de las motos náuticas, con las que los agentes alternan las motos, que permite llegar más rápidamente y «por sorpresa» a aquellas zonas de difícil acceso del municipio, como Cala Saladeta o Punta Galera. «Estas calas del municipio son accesibles con vehículo pero se demora mucho tiempo. Con las motos de agua somos capaces de tener una reacción de cinco minutos y, además, ofrece una presencia que se requiere en esta zona», afirmó Roberto Sánchez, agente de la Policía Local de Sant Antoni y uno de los miembros más veteranos de la Unidad Territorial de Playas. «El objetivo sigue siendo erradicar por completo el tema de la venta ambulante y controlar los hurtos. Que Sant Antoni tenga las playas más limpias, seguras y tranquilas posibles», puntualizó.
Tal y como señaló el agente, Cala Saladeta sigue siendo la playa del municipio con más presencia de venta ambulante al no contar con servicios de restaurante o hamaca. Este verano, únicamente han tenido incidencias puntuales en Cala Salada y Cala Saladeta de tres o cuatro ocasiones. Mientras que en otras playas del municipio como la playa de s’Arenal, la venta ambulante está erradicada completamente desde el año pasado. «Lo que se trata es que esta gente no estén en las zonas claves y de fácil salida de las playas. El objetivo es que no estén cómodos, que vean que hay presencia policial y hacer lo máximo posible dentro del marco legal. Tenemos conocimiento que hay vendedores habituales que ya han dejado la actividad por completo», afirmó Sánchez.
En este sentido, los vendedores ambulantes en playas de la isla se exponen a sanciones que pueden llegar hasta los 1.600 euros, además de la retirada del material y la incautación de el dinero recaudado con otras ventas.
Asimismo, Sánchez señaló a su vez la poca incidencia de hurtos en playas del municipio respecto a hace tres años, cuando se puso en marcha la Unidad Territorial de Playas. «El año pasado sorprendimos a unos cuantos, ya que tenemos que actuar in fraganti. Cuando empezamos contábamos con el factor sorpresa pero con el tiempo los delincuentes habituales nos conocen, indiferentemente que vayamos de paisanos. El objetivo es mantenerlos lo más alejados posible y dificultar que permanezcan fijos en la zona», explicó el agente.
Finalmente, se abordó la problemática de la venta de drogas a turistas de la mano de algunos vendedores ambulantes. «Sabemos que la comunidad senegalesa realiza venta ambulante de gafas y otros souvenirs pero sospechamos que la mayoría de ellos ofrecen otro tipo de sustancias», afirmó tajante el agente Sánchez. «Desde que hemos empezado a actuar, hemos apartado a este tipo de vendedores de las zonas de paseo y de playa porque ya no tienen pretexto para estar allí», según concluyó.