A las cuatro de la tarde de este mie´rcoles, la iglesia de Puig d’en Valls acogió el emotivo funeral de Toni Marí Ribas, conocido por todos como Toni ‘Frígoles’, el maestro ceramista que falleció el pasado martes a los 90 años.
Desde que se anunciara su fallecimiento, el respeto y cariño hacia su figura no ha dejado de manifestarse. Amigos, familiares, antiguos compañeros y vecinos se dieron cita en la iglesia para rendir homenaje a un hombre que dejó una huella imborrable tanto en el ámbito artístico como en el social de la isla. A lo largo de su vida, Toni ‘Frígoles’ fue un hombre generoso con su tiempo y conocimiento, siempre dispuesto a enseñar y compartir su arte.
El maestro ceramista, conocido por sus habilidades y por haber sido uno de los últimos grandes representantes de la cerámica tradicional ibicenca, dejó una marca imborrable en su oficio. Comenzó a trabajar desde muy joven en Can Planes, donde entró con la intención de aprender otro oficio, pero acabó siendo seducido por el arte de la alfarería.
‘Frígoles’ relataba que su padre le aconsejó convertirse en ceramista cuando solo quedaba un maestro del oficio en la isla, su futuro mentor, Joan ‘Daifa’. Tras años de aprendizaje, Toni continuó el legado de ‘Daifa’ y se convirtió en uno de los últimos maestros del oficio, un trabajo que pasó luego a su hija, María José.
Durante el funeral, los asistentes no solo recordaron a Toni como un maestro de su arte, sino también como una persona cercana, amable y siempre dispuesto a compartir su sabiduría y experiencias. La misa fue acompañada por la música tradicional ibicenca, interpretada por una ‘colla’ local que hizo sonar las ‘castanyoles’, la ‘flaüta’ y el tambor, impregnando el ambiente de un profundo sentido de identidad cultural. Este sonido, tan ligado a las tradiciones de la isla, sirvió no solo como un homenaje a la vida de Toni, sino también a la rica herencia cultural de la que formaba parte.
Hombre activo
El féretro de ‘Frígoles’ estuvo acompañado por un dibujo de Carlos Genicio que retrata al maestro ceramista en su torno, inmortalizando la imagen de Toni ‘Frígoles’ con las manos en el barro, dando forma a sus piezas con la maestría que lo caracterizaba.
Su hija María José, visiblemente afectada, compartió con algunos asistentes lo inesperado y doloroso de su pérdida. A pesar de su avanzada edad, Toni seguía siendo un hombre activo, y de hecho, había pasado la mañana de su último día paseando con ella. Apenas unas horas después, un infarto acabó repentinamente con su vida. La rapidez con la que se produjo su muerte dejó a su familia en estado de shock, pero también con el consuelo de haber compartido esos momentos finales de cercanía.
A lo largo de su vida, Toni ‘Frígoles’ no solo fue un maestro ceramista, sino también un hombre de convicciones que participó activamente en la política local. Durante la década de los ochenta, ocupó el cargo de concejal en el Ayuntamiento de Santa Eulària des Riu, contribuyendo al desarrollo de su comunidad con el mismo compromiso y dedicación que ponía en su taller.
El taller que ‘Frígoles’ heredó de su maestro ‘Daifa’ fue un centro de creación y aprendizaje durante décadas. Por él pasaron jóvenes aprendices, incluida su hija, quien continúa hoy en día con la tradición familiar. En vida, Toni fue reconocido con distintos premios y menciones por su dedicación a la cerámica y su aportación al arte ibicenco, además de un parque dedicado a su figura, siendo admirado tanto por su destreza técnica como por su creatividad.
El funeral fue una despedida sencilla pero cargada de simbolismo y amor por parte de todos los que le conocieron.