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Dentro de la Fundación Deixalles: apoyando la inserción desde 1986

La Fundación nació en Mallorca hace casi 40 años y lleva 19 en Ibiza

La zona de la tienda de Deixalles. | Irene Arango

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Más de 1.500 personas en riesgo de exclusión social atendidas a lo largo de los casi cuarenta años que lleva la fundación en Baleares, facilitándoles el acceso al trabajo. Todo ello combinado con la gestión medioambiental y el tratamiento, reutilización y reciclaje de gran parte de los residuos que se generan en nuestras islas. Esto y mucho más es la labor realizada por la fundación Deixalles en Baleares.
Seguramente a muchos les suene el nombre de la fundación, ya sea por su labor de recogida de muebles y otros electrodomésticos, o de ver su logo al pasar por la carretera de Ibiza a Sant Antoni, a la altura del polígono de Montecristo, donde se ubica la nave. Sin embargo, a la hora de saber cual es su verdadera función, seguramente esta sea mucho más desconocida.

Y es que el proyecto de Deixalles en Ibiza es muy amplio. No en vano incluye dos vertientes principales, la social y la medioambiental, ejecutadas mediante nueve programas diferentes. Esta amplitud de campos hace que pueda resultar complejo enteder qué es exactamente Deixalles. Por ello es de gran ayuda la explicación de sus dos Coordinadores en Ibiza, Raquel Martínez y Joan Carlos Palerm.
Para entender qué es la Fundación, a rasgos general, es imprescindible comprender estas dos vertientes vertebradoras. Según su coordinadora en Ibiza: « Deixalles es una fundación social y ambiental, que lleva desde 2005 trabajando en Ibiza. Nosotros tenemos las dos vertientes, la ambiental y la social, y nos retroalimentamos, la parte medioambiental es la herramienta con la cual realizamos la parte social» explica Martínez. «Dentro de la parte social tenemos diferentes programas, dependiendo de la vulnerabilidad de las personas, desde prelaboral, orientación laboral, empresa de inserción y, finalmente, los servicios de intermediación», así explica la coordinadora los rasgos generales de los programas de la Fundación. Y ahí es donde se integra la parte medioambiental, ya que el trabajo que se desarrolla en la ya citada nave forma parte del itinerario prelaboral. Y es que está relación entre ambas viene dada «por el programa de formación práctica de alta intensidad, en la que acondicionan, separan y trabajan con todo el material donado por la ciudadanía y las empresas. Esto lo hacen en los diferentes talleres que sirven como herramienta de trabajo. Las personas no solo están haciendo tareas manuales, sino que luego se complementa con formación en aula, todo enfocado en mejorar la empleabilidad de las personas y su posible inserción». Así explica Martínez la labor de fundación.

Retroalimentación

La labor medioambiental es coordinada en Ibiza por Joan Carles Palerm, quien destaca que Deixalles ante todo «es una herramienta para obtener unas donaciones de materiales -muebles, electrodomésticos, textil...- a las ellos pueden darle una segunda vida ambiental. Esto permite dos cosas, una financiar el trabajo de toda la delegación y la otra es dar materiales útiles para que los talleres se puedan desarrollar. «Seleccionar ropa no es una herramienta útil en el mercado laboral. Lo que sirve es trabajar en equipo, asumir responsabilidades, mejorar la atención en el trabajo, saber asumir una orden, además de la puntualidad o la higiene», explica Palerm respecto a la labor en los talleres. Lo importante es que «todo ruede», porque una parte no puede funcionar sin la otra, añade.

Cifras

Hablando de cifras, en el año 2023 han sido atendidas 294 personas en Ibiza a través de los nueve diferentes proyectos sociales, que se dividen en dos categorías: personas en situación de riesgo de exclusión social y personas con enfermedades mentales. En todo Baleares, en los últimos doce meses han sido hasta 1.524 los usuarios. Y es que la Fundación Deixalles nació en Mallorca en el 1986 por iniciativa de Pimem y Cáritas, ya que en ese momento «había muchos objetivos que se tiraban y no había proceso de reciclaje, además de mucha exclusión social» explica Xesca Martí, su actual directora.

«Ha habido diferentes etapas, en los 90 hubo muchos movimientos europeos, lo que nos permitió crecer mucho. En ese momento surgieron iniciativas de reciclaje muy importantes en Mallorca, que fue cuando surgió la posibilidad de insertar personas en situación de vulnerabilidad en las plantas de selección de residuos. Otro hecho importante fue el inicio de las empresas de inserción en el 2011» cuenta con orgullo Xesca. Según sus propias palabras, en los últimos diez años se han atendido a más de 1.200 personas anualmente en la Fundación, lo cual llena a Xisca «de orgullo cuando echa la vista atrás». Ella lleva en Deixalles desde 1997 y considera que «el crecimiento ha sido espectacular, y que combinar las labores sociales con las ambientales es algo único que está ayudando a mucha gente».

Testimonio personal

Una de las personas que ha sido atendida por la Fundación Deixalles en Eivissa es Abderrazzak Bourhime. Por situaciones personales delicadas, estuvo dos años fuera del mercado laboral, así que pasó a formar parte del itinerario prelaboral de la fundación hace ahora poco más de un año.

Su primer labor cuanto entró en Deixalles fue en los talleres, encargado de limpiar y restaurar los muebles que llegaban para «darles una nueva vida a estos y que se pudieran destinar a la venta» como él mismo explica. En este proceso prelaboral estuvo poco más de seis meses, en los que volvió a adquirir los hábitos y rutinas tan necesarias para ingresar nuevamente en el mercado laboral.
Una vez cumplido este plazo en el programa inicial, pasó a formar parte del itinerario laboral, lo cual cambió su situación, ya que pasó a ser contratado por la propia Fundación. En dicho programa de inserción lleva otros seis meses encargado de la limpieza de la nave, función que realiza de manera completamente autónoma.

Abderrazzak sabe que su tiempo en la fundación tendrá un punto y final pronto. Echando la vista atrás cuenta que sus compañeros se han convertido en su «segunda familia», una familia de la que no quiere marcharse. Sabe que el siguiente paso es fuera de Deixalles, pero cuenta que «el día que tenga que dar ese paso será muy difícil» y que «le da miedo», pero que espera estar preparado para «cumplir nuevos retos».

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