A las 12.30 horas, cerca de una treintena de manifestantes llegaban a la estación de buses del Cetis, en Ibiza, ataviados con banderas del sindicato CCOO, desde donde venían. Se sumaban de esta manera a las protestas a nivel nacional para pedir que se apliquen los coeficientes adecuados para calcular su jubilación anticipada. Se trata de la primera concentración que realizaban en una segunda jornada de huelga que los transportistas consideran cerciorada «por los servicios mínimos impuestos desde el Consell d’Eivissa».
Desde ese lugar, Patricio Montoro, delegado sindical de CCOO explicó que el seguimiento de la huelga en ambos días ha sido del 70%, pero que «los servicios impuestos son tan abusivos hacen imposible que mucha gente pueda ejercer su derecho a la huelga. Solamente no podemos hacer algunas expediciones en algunas frecuencias».
La plantilla aproximada de transportistas en Ibiza es de 450 personas, explicó Montoro. De esta plantilla, aseguró que muchos pueden haber visto disminuido su interés de secundar la huelga por los servicios mínimos impuestos: «el 95% de la plantilla secundó la huelga el pasado octubre».
Tal y como afirmaron los huelguistas, no cesarán en su empeño «hasta que se consiga un acuerdo con la patronal para que se cumplan las criterios de jubilación anticipada». De este modo, anunciaron otra convocatoria de huelga para el próximo jueves día 5 y para el lunes día 9 de diciembre.
Igual que en la anterior protesta de octubre, los servicios mínimos establecidos han sido del 60% para la mayoría de líneas de transporte regular y del 75% de los viajes que tuvieran como origen o destino el aeropuerto. En el caso del transporte discrecional, se estableció el 100% para los trayectos que salen o tienen dirección en el puerto o aeropuerto, mientras que no se fijaron servicios mínimos en el resto de discrecionales. También se estableció el 100% del servicio en el transporte de autobús escolar.
Tras una media hora larga concentrados en la estación del Cetis, los manifestantes desplazaban su protesta frente al Consell. Después de recorrer en una quincena de minutos la distancia que los separa, los manifestantes se colocaron delante de la máxima institución insular, donde ya había una pequeña concentración de cuatro personas que protestaban por la situación de Palestina.
Después de unos minutos de protesta delante de la institución insular llegó Roberto Algaba, director insular de Transportes, a quien se le unía, otros tantos minutos después, el vicepresidente y conseller de Movilidad, Mariano Juan. Ambos atendían a los reproches que los manifestantes realizaban por los servicios mínimos impuestos.
De un lado, los transportistas incidieron en que la imposición del 60% de servicios mínimos en línea regular, que la patronal aplica en las líneas menos frecuentadas del día, es una «condición abusiva». También fueron muy críticos con que la frecuencia al aeropuerto sea aún mayor y que en los traslados al aeropuerto sea aún mayor. Las quejas también han ido dirigidas al 100% impuesto en los traslados al aeropuerto y en los servicios escolares.
Por su parte, desde la institución insular incidieron en que el servicio discrecional -más allá del que tiene como destino el aeropuerto-, no tuvo ningún servicio mínimo y que las cuotas establecidas «han sido para mantener la relativa normalidad entre los usuarios del transporte público», manteniendo en su opinión, «el legítimo derecho a huelga de los trabajadores».
En este sentido, Algaba afirmó que «en Ibiza el servicio de transportes ya está tensionado de por sí y, por ello, no pueden equipararse los servicios mínimos necesarios con los que se podrían aplicar en ciudades como Madrid o Barcelona». Por su parte, Juan recordó que la negociación colectiva ha de ejercerse con la Administración Central, responsabilidad por tanto del Ministerio de Transportes.
Con todo, tras unos minutos de discusión en los que se llegó a plantearse como idea realizar un parón durante el verano «para colapsar la isla», la manifestación se disolvió cerca de las 14.00 horas, sin abandonar en ningún momento la cordialidad entre manifestantes e instituciones.