Ana Vide protagoniza ‘Bona nit Entrevistes’, en la TEF, y habla de su larga trayectoria profesional y también personal.
—¿Cómo se concilia ser actriz, productora y, sobre todo, madre?
— Con muchas ganas de aprender, con pasión y mucho amor, además de ganas por hacer cosas. Sí que es verdad que en este momento estoy volcada en la maternidad principalmente, que es algo que me ha cambiado la vida y por elección propia, por querer estar muy presente. También es verdad que desde que soy madre estoy mucho en Ibiza y aquí la realidad es que el mundo del cine se limita.
— ¿Su vida se ha reorganizado?
— Tengo mucha estabilidad y paz mental y eso me hace estar muy cómoda. Ahora, voy a Madrid en momentos puntuales y la ciudad ya me altera, aunque haya estado 20 años allí. Ha sido increíble a nivel profesional y personal, pero ahora estoy muy bien en Ibiza. Te debes readaptar y buscar nuevas versiones. Eso es crecer. Estoy aprendiendo muchísimo y en otros ámbitos, lo que me encanta. Mi pasión es actuar, pero en Ibiza está limitado y por eso he dado el paso de producir. En la isla, se van haciendo más rodajes, pero cuesta.
— Si hablamos de su trayectoria, estudió Magisterio.
— Lo tenía clarísimo desde pequeña. Yo recuerdo ser muy pequeña y ya decir que quería ser profesora. Fui a Barcelona a hacer la carrera y, durante las prácticas, con 21 años, daba clase a niños de 14. Pensé que era muy joven y que necesitaba hacer otras cosas, así que me matriculé en Psicopedagogía hasta que una agencia se cruzó en mi camino. Entré en una agencia muy grande y allí había mucho trabajo. Entré en ese mundo y me encantó.
— ¿Quién le dio esa oportunidad?
— Yo en Ibiza empecé con Charo Ruiz, que siempre me decía que tenía que ser modelo. Gracias a ella comencé haciendo mis cositas, pero me topé con un agente en Barcelona que me vio desfilar. Es fundamental tener una agencia que te respalde, si quieres dedicarte a ello. Yo hacía castings todos los días, hasta seis diarios. Una vez trabajas, ya suele estar bien remunerado sobre todo si son campañas de publicidad o rodajes, pero inviertes mucho tiempo en castings y nunca sabes. Hay épocas muy buenas y otras, en las que el tiempo de espera es largo, aunque siempre he trabajado.
— ¿La pasarela es donde se siente más a gusto?
— A mí me encanta. Yo también hice baile desde los cinco años y el escenario lo he tenido desde pequeña y la energía del público, las luces, es increíble.
— Pero habrá sombras y luces.
— Por supuesto. En España siempre he tenido muy buenas experiencias y en Alemania, también. Yo he sido una modelo comercial y la sonrisa ha sido fundamental y me ha ayudado mucho para hacer un tipo de trabajo determinado.
— Si le digo Claudia Schiffer.
— He coincidido con ella. Es maravillosa. Para mí, las grandes de verdad son las mejores. Con ella he coincidido tres veces, aunque no he podido hablar mucho. Impone. Es preciosa y es quien es porque tiene un aura. Hay gente que entra y te giras, tiene magia. Precisamente, hace poco una amiga me contó que antes de conocerme, tenía una visión de las modelos distorsionada y puede ser por el tema de los concursos.
— Se ha hablado mucho de lo que pasa en ellos.
— Pero yo quiero pensar que eso es más antiguo y que las cosas han cambiado un poco. Casi todas mis amigas modelos tienen sus carreras y siempre nos hemos ido formando en distintas cosas.
— A las puertas del primer aniversy el Consell?
— Una vaibicencos, de los ciudadanos.
— ¿Volvería a desfilar?
— Sí. En la moda Adlib, que año tras año estoy, pensaba esta última vez que ya estaba bien, pero después es verdad que pensé que si lo dejaba, yo misma ponía un muro para mujeres de una determinada edad. Somos nosotras mismas las que debemos ir a favor de madurar y crecer bien y por eso sigo haciéndolo.
— Las actrices lamentan que, a partir de una edad, desaparecen y se vuelven invisibles.
— En todas las escuelas de interpretación me lo han dicho, que cuando seas madre y tengas 40 años, estás fuera. Cuando tenía 25, yo ya era mayor en la moda. Yo comencé profesionalmente con 21 y ya lo hice tarde. Desde los 25, llevo sintiéndome mayor, aunque después de los 30 trabajé mucho más. Además, las cosas están cambiando.
— ¿El yugo del peso también está cambiando?
— También. Estamos viendo más diversidad de cuerpos y razas en las campañas. Estamos yendo, en general, hacia una mayor diversidad.
— ¿Se ha planteado alguna vez diseñar ropa?
— No y no me interesa. Yo la luzco. Así como en mi faceta actoral sí que me he ido a la producción, en la moda no.
— Si hablamos de cine, ¿cómo comenzó?
— Empecé a estudiar Arte Dramático en Barcelona y mis profesores me dijeron que me fuera a Madrid porque allí estaba todo más limitado. Hablo catalán, pero sin acento, lo cual también te limita. Había hecho teatro y me sirvió. Todo te sirve. Todo lo que he hecho en la vida, algo se va quedando y va sumando y más para un actor, incluso las experiencias por las que paso emocionalmente. Lo intento guardar y retener. A veces, incluso paro y lo dejo registrado para cuando me toca utilizarlo. Soy además muy exigente y perfeccionista, que es algo que estoy trabajando y me he relajado mucho. Por eso, he trabajado mucho. He tenido clientes maravillosos con los que he estado muchos años y, claro que siempre habrá gente más guapa y joven, pero nunca he llegado tarde a un trabajo o me he quejado o puesto una mala cara. Todo eso me ha llevado a poder estar siempre trabajando.
— ¿Le han pasado anécdotas curiosas en pasarelas?
— A veces los diseñadores ponen vestidos y zapatos imposibles y muchas veces sufres y sólo quieres que pase. Sobre todo, pasarelas que resbalan, vestidos que te quedan muy largos y que no sabes cómo defender. Hay que estar preparada para eso. Es muy divertido.
— Arabia Saudí, ¿qué pasó allí?
— Me fui a trabajar tres meses. La experiencia me nutrió mucho, pero no sé si volveré. Al final, allí no hay nada para hacer y estar encerrada en un hotel tres meses, es duro. Cuando llegué, estaban cambiando la ley para que las turistas pudieran ir descubiertas. Éramos un grupo de 25 personas y, durante dos semanas, fuimos tapadas. Había mucha represión y una mujer presentando, chocaba. Fue una experiencia positiva al poder conocer esa cultura tan de cerca porque te hace crecer y te permite volver valorando otras cosas. Vuelves con otra cabeza.
— También hay un antes y un después de la pandemia.
— Porque decidí ser madre. Me tocó estar en Ibiza porque justo iba a estrenar una obra a comienzos de marzo. La estaba preparando y me pilló aquí y estuve bien por estar en casa con la familia. Además, pude parar tras 20 años yendo de un lado a otro. Tuve una tranquilidad y una visión muy clara de que quería quedarme y ser madre.
— ¿Es usted espiritual o religiosa?
— Mucho y desde los 20 años estoy haciendo todo tipo de terapias. De hecho, soy maestra de Reiki. Me ha ayudado mucho para la profesión, para conocerme y saber lidiar mejor con la vida. Tenía muchas migrañas y me ayudó a reducirlas. Creo mucho en la energía.
— Si le pido que me hable de una foto y una canción.
— Es difícil. Me siento muy afortunada, aunque también me lo he trabajado mucho, pero sólo poder dedicarte a tu pasión es un regalo. Tengo muy buenas amistades, pocas, pero buenas. Me llevo momentos muy divertidos, fiestas sanas. Yo siempre he vivido esa parte de la moda
— ¿Le ha abierto las puertas decir que es de Ibiza?
— Siempre es interesante. Ya me pasó en la universidad. Resulta exótico ser ibicenca y porque no hay tantos además.
— Hablemos de ‘Ellas’ con Bárbara Hermosilla.
— Yo le dije que estaba embarazada y al mes me lo dijo ella. Habíamos estado comentando que queríamos llevar a cabo un proyecto audiovisual. En cuanto me lo dijo, y por una serie de situaciones que me dieron un golpe de realidad, pensé que era el momento. De repente, las dos teníamos una gran fuerza para seguir adelante y sabíamos que el reloj nos jugaba en contra porque debíamos preparar todo en unos cuatro meses. Nos ha dado muy buen resultado, con un recorrido por festivales muy bonito. Muchas alegrías.
— Han abierto una puerta para otras mujeres embarazadas.
— Se puede trabajar, pero la realidad es que te limitas mucho. Puedo entender que en nuestro sector debe ser un personaje que encaje, pero he visto mucho. Muchos tipos de comentarios. Eso me ha llevado a reflexionar, con un tiempo de decepción y pereza hacia este mundillo.
— ¿Va a montar su fundación?
— Estoy en ello. Cada vez más, me surgen proyectos ligados a temas de solidaridad. Reconforta mucho. Aunque no era consciente de las grandes necesidades en Ibiza. Es una fundación -Flying Birds- para ayudar a niños que han sufrido abusos o se encuentran en situaciones desfavorables. Cuando he visto todo lo que hay en Ibiza, no daba crédito.