El pasado miércoles era inaugura, con mucha expectación, la intervención artística del artista Okuda Sant Miguel en la calle Santa Agnès, en la zona del West End, popular por ser uno de los epicentros del turismo inglés en la isla. Se trata de una apuesta muy importante por el consistorio portmanyí, como su gran apuesta «en el plan de reconversión de la zona». Fruto de ello, los 371.000 euros invertidos en la obra -si bien 220.000 euros provienen de los fondos NextGeneration-. Ahora, y después de algunos retrasos -los inicios de los trabajos se tuvieron que posponer debido a las lluvias-, «El arcoiris infinito» cumple ya una semana.
Si bien, como toda pieza artística, la obra de Okuda suscita opiniones muy diversas entre los ciudadanos, la realidad es que por la zona muchos turistas pasean y se paran para hacerse fotos en un entorno tan colorido como es la nueva versión de la calle Santa Agnès. Ello gusta a unos comerciantes de la zona que, por lo general, han acogido de manera positiva esta nueva obra, no sin olvidar otras reivindicaciones históricas que tienen para el WestEnd.
Una de las más entusiastas es Miriam, propietaria de una peculiar tienda que combina la moda con una zona de bar. Ella abrió sus puertas para la temporada en abril, cuando todavía estaban las vallas que restringían el acceso y, asegura que, desde que estas se retiraron «se ha notado un trasiego mucho mayor de gente por la zona». Miriam considera que, con esta obra, la ruta de la gente por San Antonio cambia «la gente sale a pasear por aquí, se hacen mil fotos delante, y a los niños les encanta saltar de un lado a otro».
Foto: Arguiñe Escandón
También muy positiva es la valoración de Lidia, empleada del Delilah’s, un conocido bar de la zona, quien asegura estar «encantada con la obra, que ha hecho cambiar la calle al cien por cien». Asegura que a sus compañeros del negocio también les gusta, y que ve «a mucha gente hacerse fotos en la zona». Muy similar es la opinión de Eva, encargada de otro comercio de la zona, el Hunza, quien se muestra muy contenta de que se intente potenciar la zona «cuando llevaba cincuenta años sin hacerse nada en el WestEnd».
Entre esos bares de la zona cuyos propietarios a duras penas manejan el español y en los que se habla inglés como lengua habitual, Jhon, propietario del Bar Boozer, es muy optimista «con la gente que va a atraer para poder crear contenido o hacerse fotos en el entorno. Me gusta mucho como ha quedado y lo que se ha hecho, hay más cosas que se podrían hacer para la zona, pero creo que es un paso en la dirección correcta».
Los turistas que se toman fotos en la zona lo hacen de manera más notoria en el mural, nombrado por Okuda como «la Estrella del Kaos». Dos de ellas, dos chicas jóvenes provenientes de Armenia, Sona y Angela, señalan que les gusta mucho una obra que consideran «muy divertida y colorida». Pese a que es su primera vez en la isla, y no pueden comparar con como era antes, supieron de la intervención a través de las redes sociales.
Sin embargo, los hay más escepticos con la intervención artística de Okuda. Esta es la opinión de, entre otros, Mariano, responsable de uno de los comercios colindantes, quien asegura que «se han gastado mucho dinero en esto cuando sigue faltandado seguridad, en primer lugar, y limpieza en segundo lugar. También es una zona gris y oscura, enfocada para la noche, pero para los comercios de día haría falta un poco más de verde».
Una opinión muy similar a la de Catalina, otra comerciante de la zona, quien asegura que «todavía es muy pronto para analizar un impacto positivo para la zona» y que esta sigue siendo «un lugar muy enfocado al público de siempre al que le sigue faltando una mayor limpieza en las calles».
CatamaribzLineker, Ayuntamiento y Periódico de Ibiza, van de la mano. Es algo bastante obvio.