Brujo Roig asegura estar «sorprendido» por el interés mediático que suscitó su jubilación. No es para menos puesto que este ibicenco fue miembro fundador del servicio de Bomberos en Ibiza, hace más de cuatro décadas. Todo comenzó después de aprobar unas oposiciones, convirtiéndose en uno de los primeros bomberos funcionarios de la isla. El pasado 20 de mayo colgó la manguera y sus prendas de trabajo para empezar una nueva vida.
Arrancaba la década de los 80 y Bruno había terminado el Bachiller superior. Al ponerse a buscar un trabajo y descubrir que el Consell había convocado las oposiciones, optó por presentarse «porque pensé que podía ser una salida laboral y conseguí entrar, aprendiendo el oficio sobre la marcha».
Roig recordó que en ese examen le preguntaron cuestiones de cultura general, además de tener que superar una prueba física, mientras que ahora los aspirantes a bombero deben pasar exigentes y difíciles test, con temáticas técnicas directamente relacionadas con el servicio. «Cuando comenzamos, nos dieron dos camisas y dos pantalones de algodón y no había cascos para todos. Sólo teníamos dos o tres en total», explicó también.
El actual sargento del Parque Insular reconoció a este rotativo que en las últimas oposiciones más de 400 aspirantes intentaron superar las pruebas, lo que demuestra el interés de los más jóvenes por esta profesión, mientras que en su examen fueron alrededor de 60 candidatos.
Repasando su larga trayectoria, Roig aseguró que aquellos servicios en los que hay niños implicados son los que más le han impactado, especialmente el suceso de Benimussa, cuando en los años 80 fue asesinada una familia y sus dos niñas pequeñas. «Pasaron muchos días y lo seguíamos teniendo en la cabeza. También me impactan mucho las intervenciones con mayores, cuando es posible que una persona de edad se haya caído y haya pasado días en el suelo esperando a que alguien se diera cuenta. Son cosas que marcan bastante», destacó.
En la parte positiva, Roig resaltó la alegría que les supone cuando alguien a quien han rescatado en un accidente o incendio se traslada, una vez recuperado, al Parque Insular para agradecer a los bomberos que le salvaran la vida.
«Antes no había nada, pero ahora hay un servicio del 112 de atención psicológica que podemos solicitar si es necesario», insistió.
«Seguiré siendo bombero hasta el último día de mi vida. Es una forma de entender la vida. Voy a cualquier sitio y lo primero que hago es mirar si tiene las salidas a punto y ver cómo está la seguridad. Una cosa es aprobar unas oposiciones y trabajar como bombero y otra cosa es serlo. Ser bombero no lo da una oposición», manifestó.
Aprovechando su presencia en los medios, Roig aprovechó para solicitar la puesta en marcha de dos subparques en la isla -en el norte y en el municipio de Sant Josep- para actuar con mayor rapidez ante posibles incendios. También, que haya más efectivos puesto que la población en la isla no deja de aumentar.
GRANDE BRUNO, MUCHAS GRACIAS POR TANTOS AÑOS DE DEDICACION Y AYUDA!!!!!!!!!!!!!!!!!!!