Carmen Ferrer, alcaldesa de Santa Eulària, se pronunció en redes sociales sobre el desalojo de Can Rova 2. «La prioridad es la seguridad y la dignidad de todas las personas. No podemos legitimar ni normalizar que alguien llegue con trabajo sin tener resuelto un lugar digno donde vivir», expresó.
La primera edil de la Villa del Río quiso destacar que en el operativo de este martes «se ha evitado una posible catástrofe humana y medioambiental: decenas de bombonas de butano, conexiones eléctricas extremadamente peligrosas, toneladas de material inflamable y pozos negros en suelo rústico suponían un riesgo inaceptable. También hemos activado los Servicios Sociales municipales y el resto de recursos asistenciales de la isla para atender a las personas vulnerables».
Ferrer concluyó agradeciendo a todas las administraciones, a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado y, muy especialmente, a nuestra Policía Local, a los Servicios Sociales municipales, a todo el equipo de Medio Ambiente, a los Servicios Jurídicos y a todas las empresas externas «que, con su profesionalidad, han hecho posible un desalojo pacífico y ordenado».
En este punto es preciso recordar que, previo al desalojo, según detalló Santa Eulària, se habían desconectado dos cuadros eléctricos conectados ilegalmente a redes de suministro,12 instalaciones eléctricas precarias. También se retiraron durante el desalojo de este martes 29 botellas de butano, dos camiones completos de aparatos eléctricos y electrónicos, 10 baterías, tres bidones de aceite, cinco cocinas de gas, dos bidones de combustible, así como otros residuos peligrosos, como placas de amianto y gases refrigerantes.
Pienso igual. Si no tienes donde vivir, no vengs a trabajar.