El sindicato UGT ha asegurado haber iniciado acciones legales por presuntas situaciones de acoso laboral en la empresa Gestión Sanitaria y Asistencial de Baleares (GSAIB).
En este sentido, desde el sindicato han denunciado presiones, comentarios despectivos y alusiones a la vida personal por parte de algunos responsables hacia los trabajadores, situaciones que han provocado bajas laborales y un ambiente de trabajo tóxico, según aseguran.
Además, UGT ha advertido nuevamente sobre la situación que atraviesa el servicio de transporte sanitario en Ibiza y Formentera, gestionado por la empresa pública GSAIB. «La precariedad de las ambulancias, la acuciante falta de personal y la inacción continuada de la gerencia están llevando el servicio a un punto límite, afectando gravemente tanto a trabajadores como a usuarios», manifiestan desde el sindicato.
Sobre los refuerzos en la plantilla, UGT señala que actualmente hay ocho candidatos listos para ser contratados que siguen esperando un contrato. Esta demora, según el sindicato, provoca que los profesionales busquen empleo en otros sectores o abandonen la isla. Mientras tanto, la escasez de personal se suple sobrecargando a la plantilla fija y eventual con guardias y horas extra, generando un desgaste insostenible.
En la reunión que tuvo lugar la semana pasada y en la que participaron el gerente del GSAIB, Sergio Rodríguez, y representantes de UGT en Ibiza y Formentera, la gerencia de la empresa trasladó promesas de cambio y que el sindicato explica que a día de hoy está en disposición de denunciar que todo ha quedado en palabras: «Es una táctica recurrente del GSAIB para ganar tiempo, mientras la situación se agrava».
Vehículos obsoletos
La situación del parque móvil es igualmente alarmante. «Hace un mes se anunció la llegada de tres nuevas ambulancias de soporte vital avanzado para parchear el problema, pero la realidad es que no ha llegado ninguna y, en cambio, tenemos más vehículos averiados», denuncia UGT.
Además, el sindicato reitera su solicitud de una nave cubierta en las bases de Can Misses, Sant Antoni y Sant Agustí, similar a las existentes en otras islas. La falta de un techo y de puntos de recarga provoca que las ambulancias alcancen temperaturas de hasta 47 grados en su interior, afectando tanto al material sanitario como al confort de pacientes y trabajadores.