Numerosos ciudadanos de la ciudad de Ibiza suscribieron ayer las palabras y quejas del juez decano Sergio González Malabia por los daños que niños y adolescentes están causando con sus juegos al edificio de los juzgados.
Desde un conocido bar situado en la plaza de Sa Graduada señalaron ayer que «algún pelotazo nos llega», aunque lo peor, además de los juzgados, se lo llevan los vecinos de algunos edificios situados en el pasaje de la calle Castilla, donde sufren «fuertes pelotazos cada dos por tres y golpes en la entrada, además de ruidos y mucha suciedad».
«La verdad es que es algo que molesta», insistieron desde este local, considerando que deberían encontrarse soluciones a esta problemática.
Los responsables de la Pastelería Bonanza, situada justo en la esquina de la popular plaza, reconocieron que a ellos, desde que existen tantas terrazas en este espacio de Vila, no les afecta tanto que haya niños jugando a la pelota, «algo que no se puede hacer porque hay carteles que así lo indican», afirmaron.
«Siempre han jugado por aquí y ahora nos llegan pocos balonazos, pero sí que vienen muchos clientes del barrio quejándose. Muchos dicen que casi se han caído por culpa de una pelota. Los niños juegan fuerte, lanzando los balones con mucha potencia», explicaron.
En otra cafetería de la plaza, los trabajadores señalaron que sus compañeros del turno de tarde son quienes más sufren esta situación. El propietario, por otra parte, puntualizó que «hay juegos y juegos» y mientras muchos niños se entretienen sin causar ningún problema a quienes tratan de relajarse en una terraza, otros no tienen en cuenta para nada si causan o no molestias. En muchos casos, además, los padres no les controlan puesto que no se trata de niños pequeños.
En un bar cercano a los juzgados explicaron que, al cerrar a las 15.30 horas, no sufren directamente las molestias de un balonazo, aunque sí suelen encontrarse las mesas y sillas movidas y su terraza llena de basura. También señalaron que los vecinos están «muy enfadados» con este tema y recordaron cómo otros establecimientos de la zona abiertos hasta hace muy poco expresaban continuamente su hartazgo por estos hechos.
Al igual que entre los vecinos de la plaza, la denuncia formulada por el juez decano provocó en las redes sociales un intenso debate entre quienes defendían que los niños deben tener espacios para jugar y aquellos que criticaban la actitud incívica de estos menores, que «además son maleducados con los adultos que les llaman la atención». También lamentaban que, en muchas ocasiones, los padres no regañan a sus hijos, aunque estén molestando a otros ciudadanos.
Esta misma semana, el juez decano Sergio González Malabia explicó que una cámara de seguridad completamente rota, azulejos quebrados y arquetas eléctricas descolgadas, eran las últimas consecuencias de los juegos que, tarde tras tarde, disputan numerosos niños y jóvenes de Ibiza en la plaza de sa Graduada, justo a las puertas del edificio judicial.
Tras dos años reivindicando soluciones, el juez decano Sergio González Malabia reiteró su hartazgo y volvió a exigir al Ayuntamiento y a la gerencia de Justicia alguna acción contundente que acabe con estas prácticas.
A la espera de alguna solución, sugirió que el Consistorio instale elementos como bancos en la plaza para impedir que se juegue al fútbol. «Los niños dan unos balonazos tremendos y no es la primera vez que rompen cosas. Se acaban de cambiar las rejas de unas ventanas que dan a la plaza porque también estaban rotas y a ese ritmo van a durar poco. Han sido muy caras y eso es un coste que nos afecta a todos. He vuelto a escribir al alcalde cuando vi todos los daños que se causaron», explicó.