La Academia de Gastronomía de Ibiza y Formentera ha celebrado este sábado su asamblea anual en el que se ha presentado un informe de las actividades realizadas, de los temas a desarrollar con el resto de academias marcados en el último Foro de Academias Autonómicas, de sinergias con la Real Academia de Gastronomía, así como, del diseño de las nominaciones de las futuras ediciones de los premios de la institución gastronómica pitiusa.
Además, durante la celebración de la misma, Luna Lucarini ha pronunciado su discurso de ingreso en esta institución gastronómica que se titulaba «El amor de la cocina y la cocina del amor». Pedro Matutes, presidente de la Academia de Ibiza y Formentera, ha destacado el compromiso con la gastronomía de las islas y ha pedido a los académicos un esfuerzo para sacar adelante proyectos de futuros que tienen como compromiso poner en valor fuera de nuestro territorio, la cocina de las Pitiusas. «Es fantástico que Ibiza y Formentera se hayan convertido, una vez más, en un escaparate gastronómico mundial con la apertura de restaurantes reconocidos internacionalmente, pero para nosotros es fundamental la protección de nuestra cocina y de nuestro producto kilómetro cero. Esa es la aportación de valor que tienen que hacer nuestros cocineros y restaurantes, en una oferta cada vez más globalizada. Es fundamental que entre todos apoyemos nuestra gastronomía tradicional y al sector primario de las islas. Estamos hablando de identidad, de tradición, de paisaje, de familia, de olores y sabores. No podemos consentir que la cocina de Ibiza y Formentera quede relegada, esa seria una gran pérdida y un fracaso enorme como sociedad».
Nueva integrante
Y sobre «El amor de la cocina y la cocina del amor» ha versado el discurso de ingreso de Luna Lucarini como académica de la institución Pitiusa. Una profesional joven de la restauración y la hostelería, formada en escuelas de prestigio internacional. La nueva académica ha destacado en su intervención que «la cocina nace del amor – como acto de cuidado, de entrega, de generosidad –, y al mismo tiempo lo alimenta, lo nutre y lo eleva».
«En nuestras islas, este gesto adquiere una dimensión aún más íntima. En Ibiza y Formentera, la cocina ha sido siempre una expresión de identidad, un legado transmitido con respeto y cariño. El bullit de peix, la sobrasada, el flaó, los productos del mar y de la tierra… son memoria viva de generaciones que han sabido amar su entorno a través del alimento», ha continuado Lucarini. Y ha finalizado con un compromiso de defensa con la gastronomía de las islas. «Hoy, al entrar en esta Academia, me comprometo no solo a estudiar, a preservar y a celebrar la riqueza de nuestra gastronomía, sino a hacerlo con el amor que merece. Porque sin amor, la cocina es una técnica vacía; con amor, se convierte en arte, en cultura, en comunión», ha agregado.