El barrio de Can Llaudis se encuentra entre la carretera de Sant Antoni, a la altura del Hiper Centro, y el Camí Vell de Sant Mateu, con algunos tramos en el municipio de Santa Eulària y otros, la gran mayoría, en el de Sant Antoni. Este barrio residencial cuenta con unas 70 parcelas y unos 300 vecinos, según Vicent Martínez, presidente de la Asociación de Vecinos de Can Llaudis.
«La carretera que conecta nuestro barrio con el Hiper Centro no tiene iluminación, aceras ni paso para los peatones, y los coches circulan a gran velocidad. Ya ha habido varios accidentes contra viviendas y zonas rurales. Hasta ahora no ha habido heridos graves, pero no esperemos a que ocurra una tragedia», denuncian desde la asociación vecinal, que se ha puesto en contacto con Periódico de Ibiza y Formentera para explicar sus inquietudes y demandas. Basta un breve paseo por la zona, tal y como ha comprobado este rotativo, para confirmar las quejas vecinales.
El primer tramo desde el centro comercial hasta el barrio discurre por el polígono industrial de Montecristo. Allí, según apunta la junta directiva, se encuentra otro de los problemas: una arqueta que, «como está por debajo del nivel freático, suele desbordar aguas fecales sin necesidad de que llueva y que no podemos evitar cada vez que pasamos por aquí».
Las aceras en este tramo son prácticamente inexistentes, invadidas por vegetación e intransitables, lo que «supone un peligro para quienes vamos caminando hasta el supermercado o para nuestros jóvenes cuando van a coger el autobús para ir al instituto. Hay un grupo de señoras que salen a pasear por la zona y se ponen un chaleco reflectante por precaución».
Tráfico y velocidad
Esta zona está señalizada con prohibición de circulación a vehículos pesados y con un límite de velocidad de 30 km/h. Sin embargo, desde la asociación denuncian que «por las estrechas calles de este tramo no dejan de pasar camiones y tráilers que atajan por este camino para evitar atascos y ahorrar tiempo entre Botafoc y el polígono industrial. Si el paso de dos coches ya es ajustado —quien más quien menos se ha dejado un retrovisor—, imaginad si te cruzas con un tráiler».
El poco respeto por la limitación de velocidad queda patente en una escena que, según los vecinos, este pasado miércoles sumaba cuatro días intacta: un coche de alta gama destrozado y abandonado en el campo tras salirse de la curva, llevándose por delante la señal que prohíbe superar los 30 km/h. En cada curva hay rastros de accidentes, con evidentes destrozos que «si llegan a enganchar a un peatón estaríamos hablando de una desgracia».
Francisco Berjel, presidente de la asociación durante décadas y residente en el barrio desde 1984, sigue en la directiva junto a su hija, Inmaculada. Asegura que el abandono institucional de Can Llaudis «ha ocurrido siempre: nunca nos han puesto siquiera decoración en Navidades». Pero no son las luces navideñas las que reclaman sino iluminación básica. «Al peligro de tener que caminar por la carretera porque no hay acera se añade hacerlo de noche porque no hay ningún tipo de alumbrado y no se nos ve». En realidad, sí existe un tramo iluminado: la calle que llaman «la avenida», con cerca de 100 metros alumbrados por menos de una decena de farolas, ubicadas en una acera a medio terminar.
Este abandono, aseguran los vecinos, convierte al barrio en un lugar ideal para «autocaravanas y alquileres turísticos que, en verano, aumentan notablemente la población del barrio y saturan todavía más estas calles».
«Estamos dispuestos a pagar nosotros mismos las farolas, si hace falta», afirma Berjel, recordando que «en su momento, entre todos los vecinos, ya pagamos el camino que luego se convirtió en carretera: 24.000 pesetas cada uno».
Peticiones vecinales
Los vecinos reclaman, «más allá de los parches que han ido poniendo», una mayor atención por parte del Ayuntamiento, «que se entiendan entre el de Santa Eulària y el de Sant Antoni para solucionar los problemas antes de que haya una desgracia».
La lista de demandas incluye una pasarela elevada y/o señalización en el suelo «para que el peatón sepa por dónde pasar sin peligro y que los coches sean conscientes de que puede haber gente caminando»; semáforos «para detener el tráfico en una dirección y permitir el paso desde la otra»; un radar «como esos que están poniendo en todas partes, con la carita verde o roja, para concienciar sobre la velocidad máxima»; e incluso convertir la calle en unidireccional.
La asociación también denuncia el estado del torrente que atraviesa el barrio, cubierto de vegetación «y de basura en su tramo final», lo que multiplica el riesgo de inundaciones con la llegada de lluvias. «Además, cuando el torrente está limpio, es un lugar donde los vecinos solemos pasear», según precisan.
La respuesta
Desde el Ayuntamiento de Sant Antoni aseguran mantener «un contacto constante» con los vecinos de Can Llaudis y haber celebrado diversas reuniones para atender sus demandas. El Consistorio recuerda que este núcleo, que antes tenía la clasificación de suelo urbanizable, fue desclasificado por una Directriz de Ordenación Territorial y actualmente es suelo rústico. Esto implica que, legalmente, no se pueden ejecutar obras de urbanización como el asfaltado de calles o la instalación de alcantarillado e iluminación pública, ya que la normativa lo prohíbe.
Pese a estas limitaciones, el Ayuntamiento afirma que sigue realizando actuaciones de mantenimiento y mejora dentro del marco legal vigente, con el objetivo de atender las necesidades vecinales en la medida de lo posible. En los últimos años, desde las áreas de Movilidad y Policía Local se han llevado a cabo mejoras como la instalación de reductores de velocidad y la mejora de la señalización, además de la restricción del paso de camiones de alto tonelaje por el interior del núcleo.
Asimismo, se realiza un seguimiento de las denuncias vecinales para evitar estacionamientos prolongados o en zonas prohibidas de camiones y caravanas. El Consistorio está trabajando en el nuevo Plan General de Ordenación Urbana (PGOU), que se presentará en fase de avance en las próximas semanas y que contempla una nueva calificación urbanística para Can Llaudis como núcleo rural, lo que permitiría dar una solución a la situación actual de las viviendas.
Por último, el Ayuntamiento señala que ya ha contactado con la asociación de vecinos para convocar una reunión en la que se les explicarán las previsiones del nuevo PGOU y se escucharán sus demandas.
Si usted está viviendo alguna situación parecida o relacionada con la isla de Ibiza y quiere exponerlo en este rotativo puede entrar en contacto con ‘Periódico de Ibiza y Formentera’ llamando al 971 190 543 o bien escribiendo un correo electrónico a: redaccion@periodicodeibiza.es para explicarnos su caso.
Alucino con lo expuesto y con lo que veo en este barrio. Paso con frecuéncia en moto, o con mi coche por esta travesía, y no me explico que vayan por ahí a toda velocidad. No me he dejado todavía mi espalda por esa travesía de milagro de los dobles saltos de los badenes que hay instalados cada pocos metros. Voy despacio por esos badenes 10 km/h ó como mucho a 20 kms/h y son una auténtica tortura. No puedo entender que no se respeten a algún grupo de personas mayores que por motivos de salud, se ejercitan caminando por las tardes con sus chalecos reflectantes. El no respetar a estas personas, me parece algo imperdonable. Lo que hace falta es más mano dura con control policial. Iluminación: La zona poblada está iluminada... ...¿Que se quiere iluminar? ¿El campo? Veo más prioritario el arreglar los vertidos de fecales que proceden del Polígono industrial de Montecristo (otra monumental ilegalidad) y que día sí, y otro también, anegan y contaminan durante años los campos que hay en esa zona. He visto crecer esa zona desde hace cerca de 50 años y en esa época, esa zona nació y creció de una forma desmedida e ilegal, sin que nadie pusiera remedio. Conozco personas con propiedad en esa zona, que aún teniendo propiedad con algo más de extensión, no puedan mover una sola piedra.