En la zona de rocas que se sitúa justo antes de entrar a la playa de Cala Bassa, un hombre cae al agua, con un fuerte traumatismo y una lesión medular que le hace perder la sensibilidad en las piernas y las manos y no poder salir por él mismo. A escasos metros, en la zona de la arena, un bebé entra en parada cardiorespiratoria y ha de ser atendido al momento si se quiere evitar que fallezca por ahogamiento.
Todo esto no se trata de un cúmulo de desgraciados infortunios, sino de el simulacro que los socorristas de Sant Josep han llevado a cabo durante la mañana de este martes en Cala Bassa para estar preparados para atender situaciones reales de manera simultánea.
Las dos pruebas a las que estos socorristas se han enfrentado ha sido la caída a las rocas de un hombre «algo muy habitual porque a la gente le gusta mucho saltar desde las rocas, algo muy riesgoso» que es retirado mediante un tablero espinal por dos socorristas, quienes también lo evacuan de la playa gracias a la colaboración de otros dos socorristas que llegan como refuerzo por vía marítima con una barca.
El otro caso, que ha de ser atendida por la tercera de los socorristas, se produce por la obstrucción de las vías aéreas de un bebé. Ante la incapacidad de retirar ese objeto, la socorrista inicia las tareas de RCP -Reanimación Cardiopulmonar – para salvar al pequeño.
Socorristas
Matías Martínez coordinador del operativo de socorrismo de las playas de Sant Josep, ha explicado que «el músculo de un operativo de salvamento o de emergencias se demuestra con la segunda emergencia.
Para la primera siempre estamos listos esperando, pero con la segunda es cuando se mide realmente la eficacia con unos recursos limitados». Para Martínez, es muy importante estar preparado ante cualquier eventualidad o emergencia que pueda surgir «porque muchas veces pasan varios días en la playa en los que no sucede nada, lo cual tiende a oxidar a cualquier trabajador.
Estos simulacros nos ayudan a mantenernos en forma ante lo que pueda suceder». La regidora de litoral y playas del municipio de Sant Josep, Felicia Bocú, ha explicado que esta actividad «se trata de una serie de simulacros que realizamos a lo largo del año y que tienen como objetivo que los socorristas se habitúen a un caso real y sepan actuar con rapidez y mente fría ante cualquier suceso que haya en la playa para que no tengamos una víctima en nuestro municipio.
En este sentido, Bocú ha señalado la intervención que unos socorristas del municipio de Sant Josep realizaron hace un par de meses en Platja d’en Bossa, cuando mediante un RCP que se realizó con mucha rapidez salvó la vida de un señor que había perdido la consciencia.