La pesca recreativa de Ibiza denunció ayer que la normativa sobre reservas marinas en Ibiza y Formentera es discriminatoria. Indicaron que las Pitiusas concentran el doble de superficie de aguas interiores donde está prohibida la pesca submarina en comparación con Mallorca, pese a que esta isla cuenta con un 18 % más de territorio.
«Es un sinsentido. En las Pitiusas tenemos ya más superficie vedada a la pesca submarina que en toda Mallorca, y encima se plantea seguir ampliándola», criticaron, lamentando que las decisiones del Govern en esta materia responden a una estrategia de «estrangulamiento» hacía la pesca recreativa. Al respecto, pusieron como ejemplo la Reserva Marina de es Freus, en Formentera, con 15.500 hectáreas de extensión, lo que la convierte en la segunda más grande de Baleares, sólo por detrás de la Reserva Marina del Migjorn de Mallorca, que alcanza las 20.000 hectáreas. Aseguraron que una zona tan amplia es «inmanejable» porque lo que ocurre en una parte de la reserva no tiene relación con lo que sucede en otra. «Es una aberración. No tiene sentido ampliar todavía más su superficie; en realidad estaríamos hablando de otra reserva diferente», criticaron, denunciando la contradicción que supone que en es Freus esté prohibida por completo la pesca submarina, mientras que en Migjorn esta práctica está regulada por días.
«En la segunda más grande no puedes hacer pesca submarina, y en la más grande sí. No tiene ninguna lógica», lamentaron. Por ello, consideraron injustificado que se planteen nuevas restricciones en estas islas, que ya acusan un «déficit de espacio para la práctica de actividades tradicionales». «Si el Govern quiere proteger, que lo haga en Mallorca, donde hay déficit de reservas. Aquí estamos saturados», apuntaron. Uno de sus principales reproches es la complejidad de las normativas. «Hay que ser ingeniero de la NASA para saber lo que se aplica en una reserva u otra, ni los propios inspectores se aclaran», ironizaron e indicaron que entre las limitaciones vigentes, destacan la prohibición de pescar con pez vivo, «una técnica tradicional», la restricción en el número de especies capturables y las limitaciones en anzuelos.
Según denunciaron, estas medidas están pensadas para «amedrentar al recreativo» y reducir el atractivo de un hobby que practican miles de isleños. Desde el sector consideraron que la política de reservas debería centrarse en la sostenibilidad real, no en prohibiciones parciales que califican de «hipócritas». Reclamaron que las exigencias de tallas mínimas se apliquen también al sector profesional. «Una rotja pequeña es pequeña para todos. Sin embargo, los profesionales pueden coger cajas enteras», apuntaron. Para el colectivo, lo coherente sería apostar por reservas integrales, además de una regulación de la actividad recreativa a través de días de pesca y cupos, en lugar de prohibiciones absolutas.
Si empiezan por cerrar los beachclubs del parque natural podríamos q se toman en serio la protecciòn, todo lo demas es encubrir su amiguismo hacia ciertas empresas. Basta ver la cantidad de basura q se acumula en el Parque Natural y el inmenso tráfico q se permite a diario.