Este lunes 1 de septiembre se abría la esperada veda del raor (Xyrichtys novacula) en Ibiza y Formentera. Para Pepe Molio, veterano pescador ibicenco de 93 años, la escena parecía clara: «Ahora todo esto es política. Con lo de la veda la gente se ha vuelto loca, no quiero saber cómo estará ahora mismo Es Freus: seguro que infestado de barcos pescando es raor. En dos días lo dejan todo esquilmado: pasado mañana ya no queda ninguno».
Molio recuerda con detalle cómo se vivían aquellos días de pesca en su juventud: «Ya he pescado todos los míos. Salíamos a pescar, sobre todo por la zona de Santa Eulària, donde tenía controlado un rincón que no fallaba nunca; sacábamos los cuatro o cinco que necesitábamos para comer y volvíamos para casa». Sus palabras reflejan no solo la memoria de jornadas de pesca concretas, sino también la manera en que esta actividad se integraba en la vida cotidiana de muchos ibicencos.
Sin embargo, la jornada de este lunes no ha sido tan multitudinaria como Molio imaginaba. El viento del sur-suroeste, con rachas cercanas a los 20 nudos, ha levantado un mar agitado que ha desanimado a gran parte de los pescadores recreativos a hacerse a la mar. Ni en Sa Punta, punto de embarque habitual de aficionados al raor, ni en Sant Antoni se ha visto el movimiento de llaüts y barcas que caracteriza el primer día de la temporada. Las condiciones marítimas adversas han reducido de forma notable la presencia de embarcaciones, frenando la actividad habitual y obligando a muchos a esperar un día más favorable.
Sant Antoni
En la cofradía de pescadores de Sant Antoni ni una sola embarcación salió este lunes, ni pescadores profesionales, ni recreativos. En la pequeña caseta que hay en el lugar Nicolás, pescador profesional, se resignaba ante la situación, esperando vientos mejores. Llegó a primera hora, a las 07.00 horas, para emprender la pesca, tarea que no ha podido realizar por culpa de esa mala mar. En un principio pensaba esperaba poder salir por la tarde, pero esta intención también resultó frustrada. Aunque en el puerto la situación era de relativa calma «más hacia adentro está muy movido, y para pescar los raors voy, como mínimo, hasta es Freus».
Además, como persona dedicada profesionalmente a la pesca, lleva ya días haciendo frente a esta mala mar «la temporada de langosta ha sido especialmente movida, así que también hay que descansar un poco de la marejada».
Sin embargo, esta espera no se prolongará mucho en el tiempo. Y es que esta misma madrugada, a partir de las 03.00 horas, el llaüt de Nicolás emprenderá su partida para, esta vez sí si el viento lo permite, dar el pistoletazo de salida a esta nueva temporada de raor.
Un poco más tarde, pero no mucho más, en torno a las 06.00 horas, partirá Juanjo, en este caso no un pescador profesional, sino recreativo. Como Nicolás, tenía la intención de partir en este primer día, algo que ha tenido que posponer con motivo del viento. Es por ello que dedicó la mañana de este lunes a ultimar todos los preparativos en su embarcación para que a primera hora del martes todo este listo para emprender la pesca.
Al igual que ellos, en la cofradía de pescadores de Sant Antoni este lunes por la mañana se encontraron las mismas frustraciones ante la imposibilidad de salir. Es por ello que muchos han aprovechado para revisar sus redes o comprar los últimos instrumentos de pesca a la espera de que este martes, esta vez sí, sea un día fructífero en su cometido.
La normativa
La normativa vigente regula estrictamente la pesca del raor. Cada pescador puede capturar hasta 50 ejemplares por día, con un máximo de 300 por embarcación. Es obligatorio disponer de licencia de pesca recreativa, válida por tres años, y los ejemplares capturados no pueden venderse, siendo únicamente para consumo propio. Estas medidas, implantadas desde el año 2000, han permitido estabilizar la población del raor, que es considerado un símbolo de la gastronomía y de la tradición marinera de las Pitiusas. La veda cumple un papel central en la sostenibilidad de la especie, evitando la sobreexplotación y permitiendo que las futuras generaciones puedan seguir disfrutando de esta pesca.
La apertura de la temporada del raor sigue siendo un acontecimiento relevante, tanto para los pescadores aficionados como para quienes mantienen viva la cultura marítima de Ibiza. La combinación de normativa, tradición y condiciones meteorológicas determina el desarrollo de cada jornada. Hoy, el viento y la mala mar han bajado la fiebre del raor, dejando en evidencia la dependencia de la pesca recreativa de factores que no siempre se pueden controlar, y recordando la delicada relación entre actividad humana y ecosistema marino.
La fiebre del raor, al menos en este primer día, se vio obligada a esperar condiciones más favorables para desarrollarse plenamente, manteniendo el equilibrio entre pesca, sostenibilidad y memoria histórica.