La mañana de este martes, el Ayuntamiento de Eivissa ha intervenido en la zona del pequeño muelle de sa Punta, en la bahía de Talamanca, después de que el día anterior vecinos de la zona denunciaran a Periódico de Ibiza y Formentera el corte del balizamiento y la proliferación de embarcaciones auxiliares y otras lanchas en el lugar. Vecinos de la zona habían advertido el lunes de un notable aumento de dinguis y barcos que, tras el corte de las boyas, atracaban directamente en el muelle cercano al hotel Argos, pese a estar señalizado como espacio restringido.
La intervención municipal de este martes consistió en la restitución del balizamiento a su estado original y en la advertencia a los usuarios que intentaban utilizar el muelle como punto de amarre o fondeo irregular. Asimismo, se procedió al proceso de retiro de aquellas embarcaciones que permanecían amarradas sin autorización, para recuperar el orden en un enclave especialmente sensible durante la temporada alta.
Disuadidos
Durante el operativo, llevado a cabo por un trabajador de Medio Ambiente del Consistorio, varios dinguis intentaron aproximarse al muelle con la intención de amarrar «para tirar la basura un momento», según reconocieron sus tripulantes en un momento dado. Sin embargo, las advertencias del funcionario bastaron para disuadirlos y evitar que repitieran una práctica que se ha vuelto habitual en las últimas semanas.
Esta escena refleja la tensión que se vive en la zona, donde el uso intensivo de embarcaciones auxiliares procedentes de chárteres fondeados en la bahía ha generado molestias entre vecinos y comerciantes, tanto por la acumulación de residuos como por la ocupación indebida de espacios públicos y privados.
Recuperar el control
La acción del Ayuntamiento se produce apenas unas horas después de que se hicieran públicas las denuncias vecinales del lunes por la tarde. Según señalaron residentes de Talamanca, el corte del balizamiento se prolongó durante todo el día y favoreció que numerosos dinguis, además de otras embarcaciones de mayor tamaño, llegaran hasta el muelle y lo convirtieran en un punto de acceso directo a tierra.
El Consistorio no tenía constancia oficial del corte de las boyas hasta el momento en que este rotativo publicó las quejas vecinales y su rápida intervención este martes busca restablecer la seguridad y el orden en un espacio que sufre cada verano la presión del chárter náutico, en ocasiones ejercido sin autorización.
"mano dura" como con los moronegros jajajajajaaj