Una vez finalizó la fuerte tromba de agua en la ciudad, muchos vecinos de Ibiza comenzaron a dejarse ver. Sobre las 11.30 horas, y aunque por algunas calles de Vila caminar era realmente complicado, los más osados se atrevieron a salir a comprar el pan, a tomar un café o a buscar la prensa. En la zona de es Pratet, sin embargo, pocos eran los atrevidos y quienes salieron eran principalmente comerciantes de calles como Carlos III, donde los negocios volvieron a llevarse la peor parte de las lluvias.
David es el propietario de un centro de masajes y de formación situado en esta conocida zona de Ibiza. Mientras intentaba secar el suelo recién instalado en su local, recordó cómo en pocos días es la tercera vez que sufren una inundación: «Ya sufrimos la del 30 de septiembre; también la del sábado y la de este domingo. Tras la primera, tuvimos que cambiar el suelo, que era de madera, y ahora otra vez. Pedimos que las ayudas lleguen rápido porque, además de la inversión que hemos tenido que hacer, no hemos podido trabajar mientras nos cambiaban el suelo. Es un desastre porque aquí se acumula toda el agua y, aunque pongas barreras, entra igual».
En el centro tenían programadas este domingo varias actividades de formación que tuvieron que suspender. Según calculó, el 50 % de su material puede haber quedado inservible, aunque es difícil cifrar las pérdidas ahora mismo con exactitud.
Al igual que este empresario, en un locutorio situado en la misma calle los propietarios no dejaban de achicar agua del local.
Fue en la calle Pere Francès donde las inundaciones volvieron a dejar tramos de calzada y acera completamente anegados para sorpresa de algunos turistas alojados en el Hotel Royal Plaza. Unos británicos agolpados en la puerta aseguraron que, a pesar de la lluvia, no se iban a quedar sin visitar la ciudad, aunque en el Reino Unido no suele llover con tanta intensidad como en Ibiza, apostillaron.
Desde Barcelona, Pablo había viajado a Ibiza el fin de semana para acudir a una boda que se pudo celebrar el sábado sin mayor problema. «El agua es buena porque es vida. En Barcelona llueve más», afirmó.
José Manuel, un vecino del barrio, bajó en cuanto pudo para ver cómo había quedado su vehículo estacionado en un parking de la misma calle. «Se ve que hay algo que falla porque cada vez que caen cuatro gotas estamos inundados», comentó.
María Teresa, también vecina de es Pratet, lamentó «el desastre» que deben soportar cada vez que llueve con fuerza. En cuanto pudo salir, se acercó a ver los negocios de conocidos para avisarles en caso de inundación. «Yo creo que son las tuberías que no funcionan», afirmó.
También la programación cultural de Can Ventosa se vio afectada por las lluvias. Parte del elenco del espectáculo de zarzuela previsto para la tarde fue desviado a Palma y además durante la mañana los técnicos no pudieron acceder al teatro para montar el decorado.
En la zona, mientras algunas cafeterías este domingo optaron por no abrir, otros negocios como una carnicería del barrio atendía sin mayor problema a sus clientes habituales. En la calle de Felipe II, algunos locales de comida se vieron también afectados por las fuertes lluvias y sufrieron inundaciones el sábado por la tarde y este domingo por la mañana. «Esperemos que no llueva más», afirmó el responsable de una pequeña pizzería.
Como quieren que no se inunde, las pocas salidas de las feixas al puerto por debajo de la avenida santa Eulalia taponadas menos una, la canalización desde Juan XXIII hacia el puerto en vez de evacuar agua la rebosa a la altura del deposito al final de Pere Francés, los imbornales de la zona de Pere Francés ,Mallorca ,Menorca etc. están llenos de porquería desde antes de las lluvias, la E10 sin canalización de escorrentía directa hacia las feixas, todo hacia el barrio pratet, pero ni el alcalde ni el resto lo ven, cada día vamos a peor.