La sección segunda de la Audiencia Provincial de Palma ha celebrado este miércoles por la mañana el juicio contra un hombre acusado violar a un menor en su domicilio de Ibiza, tras engañarle con una invitación para jugar a un videojuego. El acusado ha sido finalmente condenado a siete años de prisión y se le ha impuesto una sanción de 15.000 euros.
El escrito de la acusación de la Fiscalía relata que, a mediados de febrero de 2022, este hombre mayor de edad envió una solicitud de amistad a través de una red social al menor, que fue aceptada.
Una vez establecida la conexión comenzaron a hablar sobre videojuegos y días después le preguntó su edad, a lo que este le respondió que tenía 15 años. Seguidamente, le preguntó su orientación sexual y le propuso mantener relaciones sexuales, algo que el menor rechazó.
Tras ganarse la confianza del menor, un mes más tarde, el hombre le propuso ir a su casa para jugar al videojuego Naruto Shippuden y este aceptó. Ya en su domicilio, que el procesado compartía con otras personas, ambos se metieron en la habitación del hombre, este la cerró con un pestillo que estaba en la parte alta de la puerta y empezaron a jugar.
En un momento dado, el hombre empezó a hacerle tocamientos y el menor le apartó la mano para seguir jugando pero poco después le comunicó que se quería ir. Sin embargo, el menor no alcanzaba a quitar el pestillo, el hombre se negaba a abrirle e incluso llegó a amenazarle.
Esto provocó que el menor se volviera a sentar, entonces fue cuando el hombre le quitó la ropa, le violó y obligó al menor a que llevara a cabo la misma práctica sexual con él. Tras ello, se vistieron, el hombre se fue a la cocina de la casa y el menor aprovechó para huir.
A raíz de esto, el menor bloqueó al hombre de la red social, aunque este trató de contactar con él mediante otros perfiles. El menor contó a su madre lo ocurrido pero por miedo a las represalias no denunciaron hasta pasado un tiempo.
Como consecuencia de la agresión sexual, la víctima sufrió trastorno de estrés postraumático con expresión tardía, síntomas de intrusión, evitación, alteraciones cognitivas y del estado de ánimo, disminución de interés o participación en actividades y una alteración importante del estado de alerta y reactividad, que manifestaron en hipervigilancia, problemas de concentración y alteración del sueño, por lo que el menor necesitó tratamiento psicológico.
Este Joan imagino que será familiar del pederasta intentando justificar lo injustificable.